 |
Carpóforo: Globoso o subgloboso, de 1 a 3 cm de diámetro. La capa externa es bastante gruesa, dura y fácilmente separable de la carne. Está cubierta de verrugas poligonales planas de un color ocráceo rojizo de joven, para virar a castaño oscuro en la madurez. La gleba o parte interna es primero blanca y posteriormente adquiere tonos violáceos y rojizos, con venas blanquecinas definidas. Posee un olor fuerte y desagradable. |
|
Esporas: Elípticas, espinosas, de 23-42 x 14-25 micras. Hábitat: Forma grupos bastantes numerosos. En diferentes tipos de sustratos, es frecuente bajo Quercus, Populus o Pinus, con los que vive asociada. Como todas las trufas fructifica enterrada en el suelo. Madura al final de la primavera y principios de verano, aunque no es raro verla en invierno. La fotografía se realizó en el Parque Natural Sierra Mágina. Observaciones: No es comestible, aunque no podemos considerarla tóxica. Observaciones: Se podría confundir con T. aestivum, más abundante, pero con la carne de color blanquecino. Es un comestible excelente, alcanzando precios desorbitados. Su búsqueda resulta muy difícil por su hábitat subterráneo, utilizándose perros o cerdos amaestrados. En el mercado es frecuente el fraude con la mencionada T. aestivum. |
||