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Tema del mes

El cambio climático se ha acelerado en la última década y en los próximos cinco años se producirá de nuevo un récord de temperatura promedio mundial, aseguran los pronósticos climáticos de la Organización Meteorológica Mundial publicados el pasado 22 de abril, Día de la Tierra. La ONU recuerda que hace 50 años, cuando se celebró por primera vez esta fecha en una época en que la protección del medio ambiente no era una prioridad en la agenda política, los científicos ya comenzaban a preocuparse por el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono.

Y no estaban equivocados. Hoy en día, la concentración de CO2 registrada por las principales estaciones de observación mundial es aproximadamente un 26% mayor al valor de 1970, mientras que la temperatura ha subido 0,86 °C desde entonces, y es 1,1 °C más elevada que en la era preindustrial.

El futuro solo muestra un aumento de la tendencia si no cambiamos profundamente lo que haces y cómo lo hacemos. Según las predicciones de la agencia de la ONU, para 2024 es probable que se produzcan nuevos aumentos de la temperatura mundial, en particular en las regiones de latitudes altas y en las zonas terrestres, y que el calentamiento oceánico sea más lento, en especial en el Atlántico Norte y en el océano austral. No sólo la temperatura, también las variaciones en el contenido de calor en los océanos y su acidificación, el nivel del mar, el tamaño de los glaciares, la cobertura de hielo marino en los polos o la pérdida de biodiversidad han demostrado una aceleración del cambio climático en los últimos cinco años.

Tanto para António Guterres, como para el líder de la Organización Metereológica Mundial, Petteri Talas, “se debe actuar con decisión para proteger al planeta tanto del coronavirus como de la amenaza existencial del cambio climático. Aunque la pandemia ha llevado a una reducción transitoria de las emisiones de gases de efecto invernadero de un 6%, no sustituye una acción climática continuada. Además, la situación hace que sea más difícil atajar los riesgos de desastres naturales, cuya gravedad no hace más que aumentar a causa del cambio climático. “Si bien el COVID-19 ha provocado una grave crisis económica y sanitaria de alcance internacional, el hecho de no hacer frente al cambio climático puede poner en jaque el bienestar de las personas, los ecosistemas y las economías durante siglos. Tenemos que aplanar la curva tanto de la pandemia como del cambio climático”, afirmó Talas.

“Con frecuencia, las crisis económicas anteriores han ido seguidas de períodos de ’recuperación’ asociados con aumentos de las emisiones hasta niveles muy superiores a los previos a la crisis”, advierte la Organización Meteorológica. Para fines de 2020, las emisiones globales de carbono deben disminuir un 7,6% y continuar disminuyendo en esa misma proporción cada año durante la próxima década para que se logre mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C a fines de siglo, según el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

La actual pandemia de COVID-19 es un claro recordatorio de la vulnerabilidad de los humanos y del planeta frente a amenazas de magnitud global. Según Guterres, la crisis actual es una llamada de advertencia sin precedentes y se necesita convertir la recuperación en una verdadera oportunidad de hacer lo correcto en el futuro.


Noticias del mes

El Comité sobre Aerobiología, Cambio Climático y Biodiversidad, de la Organización Mundial de la Alergia (WAO por sus siglas en inglés), ha publicado un estudio en el que se discute la posible influencia de los factores ambientales presentes en el aire (contaminantes químicos y biológicos) en el desarrollo de las alergias.

En este estudio ha participado la profesora Carmen Galán catedrática del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba, junto a personal investigador de EEUU, Francia, Italia, Brasil, Japón, Alemania, Colombia, México, Líbano, Bulgaria, Argentina, Israel y Tailandia. La investigación evidencia que la contaminación puede agravar la enfermedad alérgica de las vías respiratorias y aumentar la capacidad de respuesta. Por otro lado, estudios recientemente publicados, ponen de manifiesto que los contaminantes no son sólo responsables de problemas relacionados con la inflamación, sino que también son determinantes (junto a los alérgenos), en la aparición de las enfermedades alérgicas. Los estudios epidemiológicos muestran que el ozono, así como otros contaminantes generados por el tráfico, pueden tener relación directa con la rinitis alérgica, asma y dermatitis.

La exposición en zonas con mayor cantidad de contaminantes ambientales parece producir un aumento de la inflamación en las personas alérgicas que se manifiesta con irritación de la mucosa nasal y de otros síntomas respiratorios. En estos ambientes más contaminados, los contaminantes químicos, como las partículas de diésel, pueden servir como vector de transporte de los alérgenos (partículas de mucho menor tamaño) y microorganismos como bacterias o virus.

Otra problemática que se aborda en el estudio, publicado en World Allergy Organization Journal, es la influencia de los contaminantes químicos en la infancia, ya que una exposición temprana a este tipo de contaminantes implica un mayor riesgo de sufrir enfermedades atópicas infantiles, como asma, rinitis alérgica o eccema, así como la posibilidad de que posteriormente, los niños sufran enfermedades alérgicas en respuesta a alérgenos biológicos, como el polen, las esporas de hongos o los ácaros.

La reducción de la exposición a contaminantes y la reducción de emisiones contaminantes a través de prácticas de movilidad sostenibles parece, por tanto, fundamental. De la misma manera, parece importante que se lleve a cabo una reducción a la exposición a los alérgenos polínicos, mediante el uso de especies ornamentales que no produzcan polen alérgeno en los espacios verdes urbanos y que además se cuente a la hora de la planificación jardinera, con una mayor diversidad de especies vegetales. Estas medidas y una medicina preventiva, participativa y personalizada adecuada serían, para la Dra. Carmen Galán, las mejores formas de tratar de resolver el problema de las alergias, una enfermedad que afecta a una importante parte de la población humana.

Respirar durante años un aire con altos niveles de contaminación debilita el organismo a la hora de enfrentarse a una infección respiratoria como la COVID-19. Dos recientes estudios ligan las zonas con polución elevada a mayores cifras de mortalidad por la pandemia.

"La exposición a largo plazo al dióxido de nitrógeno puede ser uno de los factores más importantes que contribuyan a la mortalidad" de la enfermedad, según concluye una investigación de la Universidad Martin-Luther King de Halle (Alemania). La revisión del NO2 troposférico en Europa y los datos de fallecimientos indican varios "puntos calientes" en los estados observados: al norte de Italia, sobre todo en el valle del Po. Y en el centro de la península Ibérica, en la Comunidad de Madrid. "La exposición crónica podría ser un elemento importante en la alta letalidad por COVID-19 encontrada en estas regiones", argumenta el estudio.

Además, un análisis de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) muestra que "un pequeño incremento en la exposición prolongada a las micropartículas PM 2,5 lleva a un gran aumento en la tasa de mortalidad por COVID-19 en el país". Los resultados del trabajo en Harvard sugieren que respirar aire contaminado de micropartículas durante un tiempo prolongado "incrementa la vulnerabilidad a experimentar los síntomas más severos de la COVID-19", explican los autores. "Este estudio subraya la importancia de continuar haciendo efectivas las actuales regulaciones sobre contaminación durante esta crisis. No hacerlo podría, potencialmente, engrosar la tasa de muertes y hospitalizaciones", rematan.

Un grupo de científicos italianos ha detectado rastros de coronavirus en partículas de contaminación atmosférica, lo que les permitirá estudiar hasta qué punto el virus puede desplazarse y aumentar el número de personas contagiadas. La investigación no ha terminado y los científicos aún no saben si el virus dentro de las partículas de contaminación sigue siendo viable y en una cantidad suficiente como para provocar la enfermedad.

Los científicos identificaron un gen específico de la COVID-19 en muestras de contaminación atmosférica de un lugar urbano y de otro industrial pertenecientes a la provincia italiana de Bérgamo. Un laboratorio independiente lo ha confirmado en un test ciego.

En estudios previos se ha demostrado que las partículas de contaminación atmosférica contienen microbios y que posiblemente la polución haya transportado hasta distancias considerables el virus de la gripe aviar, el del sarampión y el de la fiebre aftosa.

Un 53% de los españoles afirma no saber qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) mientras que un 70% reconoce no haber visto antes su logo, según un estudio realizado por eBay sobre sostenibilidad y consumo sostenible, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Tierra, que se celebra cada 22 de abril.

Sin embargo, tal y como refleja el estudio, en términos de sostenibilidad, un 80% de los españoles asegura que en 2019 ha oído hablar sobre sostenibilidad más que en años anteriores, especialmente en televisión (67,5%), medios online (12,68%) y redes sociales (7,13%).

Por rangos de edad, los jóvenes de hasta 26 años son los que menos han oído hablar de los ODS (7,84%), frente a la población de entre 36 y 45 años, que son los que más identifican el término (36,19%). En cuestión de género, un 54,42% de los hombres afirma conocerlo frente al 44,3% de las mujeres. Además, el 85,71% de los encuestados considera que la sostenibilidad no es una moda pasajera y un 91,5% afirma que los productos y servicios sostenibles son necesarios

Distintas ciudades en todo el mundo están pensando cómo afrontar los próximos meses en el ámbito de la movilidad. Viena, Boston, Oakland, Budapest o Nueva Zelanda están aplicando diversas medidas para buscar alternativas a los desplazamientos en coche y ofrecer más espacio para moverse a los ciudadanos. Milán presentó un plan para reducir el tráfico y abrir más de 35 kilómetros de calles para las bicicletas y los peatones tras el confinamiento. Reino Unido anunció que permitirá a los municipios cerrar sus calles a los vehículos para proteger a los ciclistas y favorecer el distanciamiento social.

En España, el Gobierno ha pedido a los ayuntamientos que potencien la bicicleta en el desescalamiento del coronavirus. La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha enviado una carta a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en la que solicita que los ayuntamientos potencien la bicicleta como alternativa de transporte limpio y sostenible para la salida gradual de la crisis sanitaria del coronavirus. La misiva incluye recomendaciones como implantar carriles bici provisionales, reabrir los servicios públicos de bicicletas que permanecen cerrados y establecer corredores ciclistas en zonas periurbanas que comuniquen polígonos, localidades vecinas o campus universitarios con los centros de las ciudades.


Convocatorias
El Aula de Debate y el Aula de Sostenibilidad de la UCO están organizando el I Torneo de Discursos Ecocampus. El evento, que se articula en tres fases, pretende ser un gran ejercicio del arte de la oratoria, que se basa en saber transmitir un discurso con la finalidad de persuadir a los demás. Aunque ya se ha cerrado el plazo para participar, sí que podrá verse en directo tanto la semifinal como la final (8 y 9 de mayo, respectivamente), que serán retransmitidas en el canal de Youtube del SEPA. Los horarios serán anunciados en los próximos días en redes sociales.

Encuesta para el diagnóstico de la movilidad (anterior al confinamiento, claro) de la comunidad universitaria (trabajadores y alumnado). Por favor, rogamos que participéis rellenando este breve cuestionario. La información ayudará a diseñar medidas para favorecer una movilidad más sostenible entre la comunidad universitaria.

Enlace aquí.

Hasta el martes 26 de mayo continúan las charlas organizadas por Ecologistas en Acción en un ciclo titulado “Tapas confinadas: Encuentros virtuales para alimentar la reflexión y el debate”. Se puede consultar el programa en este enlace.

La conexión será bien por Zoom o por el canal de Youtube de Ecologistas en Acción.

Ecoconsejo

El desperdicio de alimentos es una cuestión importante ante la que todas las partes implicadas debemos tomar medidas para su reducción. Cada vez más países toman en consideración este concepto en sus políticas alimentarias. La reducción del desperdicio y de la pérdida de alimentos está incluida entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, ya que el Objetivo 12.3 pretende: “En el año 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante correspondiente a los niveles de la venta al por menor y el consumidor y reducir la pérdida de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro”.

Desde SADECO se busca reforzar la toma de conciencia para que este tipo de desperdicio sea el menor posible en nuestra ciudad, con una campaña unida al Pacto de Milán. Su objetivo es que el número de residuos de alimentos que llega al Complejo Medioambiental de Córdoba sea mínimo, con un beneficio directo en la reducción de emisiones de CO2, en el medio ambiente y en el cumplimiento de los ODS.

Diversos estudios indican que los residuos generados por los consumidores finales suponen más del 40% de los desperdicios totales generados en la cadena alimentaria, suponiendo el mayor porcentaje de desperdicio de alimentos en toda la cadena. SADECO nos ofrece por ello 10 recomendaciones:

10 CLAVES PARA REDUCIR EL DESPERDICIO ALIMENTARIO

  1. Planifica tu menú semanal y evita la improvisación.
  2. Haz una compra responsable: revisa la despensa y el frigorífico. Haz una lista y compra sólo lo que necesites. Siempre mejor en tu comercio de barrio.
  3. Ten en cuenta tu presupuesto y recuerda: ¡tirar comida es tirar dinero!
  4. Conserva adecuadamente los alimentos.
  5. Intenta comprar productos de temporada y consume la comida por orden de entrada: la más antigua primero.
  6. Ajusta las raciones e intenta cocinar sólo lo necesario.
  7. Aprovecha las sobras con creatividad. ¡Atrévete con nuevas recetas!
  8. A la hora de tirar, deposita en la basura sólo lo que sea imposible aprovechar.
  9. Si comes en la oficina lleva tu propio recipiente reutilizable. ¡Te ayudará a ahorrar dinero aprovechando los alimentos sobrantes!
  10. Si comes en el restaurante, no dudes en pedir que te pongan las sobras en un envase para llevar.

En cuanto al punto 7, puedes encontrar en internet miles de ideas (tradicionales o innovadoras) de la denominada “cocina de aprovechamiento”, que es aquella en la que al preparar una receta aprovechamos los recortes y partes no utilizadas de los ingredientes para otras elaboraciones y no tiramos a la basura alimentos que pueden servirnos perfectamente. A la vez, con las raciones que nos sobren de los alimentos ya cocinados, podemos aprender a darles una vuelta para configurar con ellos otras recetas que pueda disfrutar nuestra familia sin comer siempre lo mismo.

Y recuerda que puedes reciclar los alimentos que no se pueden aprovechar, separando adecuadamente y depositándolos en el contenedor de orgánica. Con ellos SADECO generará compost.