Martín lo dio todo. Ha sido un compañero en la tarima que nos ha llevado de la mano por el campo del conocimiento. Ha sido un hombre noble y sencillo que se hizo grande ponderando a quienes fueron sus maestros y lo condujeron hacia su pasión: ser un gran geógrafo. Su delicada salud no consiguió que desistiera de impartir el programa de su asignatura, aún cuando no pudiera mantener el ritmo de los movimientos a los que nos tenía acostumbrados en el estrado. Con sus vivencias nos transportó a una naturaleza maltratada que había cambiado sustancialmente el paisaje, convenciéndonos con sus argumentos y haciendo que nos sintiéramos identificados con su pasión por la asignatura. Martín: Nos embarga la tristeza pero nunca nos invadirá el olvido de tu magisterio, de tu creatividad y pasión, de tu sabiduría y compromiso, y la huella de humanidad que has dejado. El tiempo compartido en tus clases ya compensa sobradamente todo el tiempo pasado en la Cátedra. Nuestro orgullo es poder decir que hemos sido tus alumnos y compañeros. Descansa en paz. Alumnos de la Cátedra Intergeneracional (Córdoba)