Publicado en M. Alganza Roldán, J.M. Camacho Rojo, P.P. Fuentes González & M. Villena Ponsoda (edd.), EPIEIKEIA. Studia Graeca in memoriam Jesús Lens Tuero (= Homenaje al Profesor Jesús Lens Tuero, Granada, Athos-Pérgamos, 2000, p. 387-396. ISBN 84-95443-03-1.
El Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento, proyecto gestado en la década de los ochenta, comienza a ser realidad.
Cuando este artículo salga a la luz, habrá aparecido ya el primer fascículo1, por lo que este volumen-homenaje a nuestro compañero, amigo y profesor Jesús Lens se presenta como una magnífica ocasión para justificar el proyecto, en primer lugar, y, en segundo, para exponer varios presupuestos básicos, lingüísticos y semánticos, que inspiran la redacción de esta obra.
Con anterioridad a la publicación de este primer fascículo, se editaron dos obras, a
saber, Método de análisis semántico aplicado al
griego del Nuevo Testamento, de Juan Mateos2 y Metodología del Diccionario Griego-Español del Nuevo
Testamento, de Jesús Peláez3, en las que, como sus títulos indican, se expone el
método de análisis semántico que subyace a la composición del diccionario, y se
formula y ejemplifica la metodología seguida para la redacción de los lemas del
mismo.
Por primera vez, que sepamos, se elabora un método de análisis semántico completo y se establece la metodología para la redacción de los lemas de un diccionario, conjuntando de este modo semántica y lexicografía.
Tanto el método como la metodología han sido experimentados durante años, pues la obra se realiza con la colaboración de GASCO4, cuyos miembros vienen reuniéndose sin interrupción desde el año 90, en dos sesiones semanales, para preparar los análisis de lexemas que ahora comienzan a ver la luz.
1. ¿Por qué un
Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento?
La respuesta a esta pregunta es obvia: no hay en la actualidad ningún diccionario mayor del Nuevo Testamento que tenga como lengua de término el castellano. Los existentes están en las lenguas latina (F. Zorell)5, alemana (W. Bauer)6 e inglesa (J. P. Louw - E. A. Nida7 y versión inglesa del diccionario de W. Bauer8). Esta razón justifica de suyo la tarea emprendida, pues los estudiosos del Nuevo Testamento de habla hispana se ven mediatizados lingüísticamente al tener que utilizar otros diccionarios en lenguas de término distintas de la nuestra. Este diccionario ofrece directamente en castellano las opciones de traducción de cada término griego, incluidos los giros idiomáticos o modismos, facilitando la labor del traductor que, de no contar con él, se ve forzado a utilizar otros en lengua de término no castellana, teniendo que dar en cada momento con la traducción adecuada de cada uno de los términos de la lengua correspondiente del diccionario, tarea que no siempre resulta fácil. Por lo demás, en los diccionarios de griego clásico, este griego no se trata, por razones evidentes, de forma sistemática y extensa, sino más bien a manera de apunte.
Pero hay otra razón añadida importante que justifica este proyecto. De estos diccionarios, a disposición de filólogos y exegetas del texto del Nuevo Testamento, los de W. Bauer y F. Zorell son diccionarios antiguos, que aún siguen prestando un gran servicio a los estudiosos, pero, por su fecha de publicación, no pudieron incorporar a la redacción de los lemas los principios de la lingüística y semántica modernas, estando escritos según los cánones de la lexicografía tradicional. Son, en realidad, al igual que la mayoría de los diccionarios bilingües, repertorios de términos con diversos apartados dentro de cada lema, que no siempre representan diferentes acepciones de la palabra, pues con frecuencia se basan más en criterios gramaticales o sintácticos que lingüísticos y semánticos9.
Por su parte, la adaptación y traducción a la lengua inglesa del Diccionario de W. Bauer realizada en 1957 (Bauer-Arndt-Gingrich [BAG]), citada en nota 8 o la segunda edición de la misma (Bauer-Arndt-Gingrich-Danke [BAGD]), no introdujeron cambios metodológicos sustanciales.
La reciente sexta edición alemana del Diccionario de W. Bauer, llevada a cabo por Kurt y Barbara Aland10, que ofrece numerosas novedades, no ha cambiado tampoco sustancialmente ni la metodología lexicográfica ni el tratamiento de los lemas.
Las novedades de esta edición son las siguientes: sigue el texto del NT tal como lo ofrece hoy la 25ª edición de Nestle Aland y la 3ª del Greek New Testament (Bauer había utilizado la 21ª edición de Nestle, de 1952), se han completado los datos del NT y el tratamiento de las variantes textuales, se ha revisado a fondo la restante literatura cristiana primitiva, se ha incrementado la aportación de los apócrifos del NT, introduciendo 250 nuevos lemas extraídos del léxico de estas obras así como de los Padres apostólicos; se han aumentado los datos de los Apócrifos y Pseudoepigráficos del AT, de los escritos intertestamentarios, de la restante literatura judía en lengua griega y de los autores antiguos; se cita mucho más ampliamente la versión de los LXX, se añaden nuevos testimonios de papiros, especialmente no neotestamentarios, conservando los lemas básicamente su antigua estructura y ordenación. Con relación a las traducciones propuestas por Bauer y a la organización misma de los lemas, basada fundamentalmente en criterios sintácticos, se han mantenido por lo común las mismas, modernizándolas con cautela y corrigiéndolas en contadas ocasiones. Rehacer la traducción y hacer una nueva organización semántica de los lemas habría dado origen a un diccionario totalmente nuevo, finalidad que no han pretendido los editores en ningún momento11
Finalmente, el diccionario de Louw-Nida, antes citado12, nos parece una propuesta lexicográfica realmente importante desde el punto de vista lingüístico y semántico, que supone un punto de inflexión en la metodología lexicográfica al estudiar los lexemas agrupándolos por campos semánticos. Estos autores son los primeros en el campo bíblico en incorporar a la redacción de su diccionario los principios básicos de la lingüística actual y especialmente de la semántica estructural, aunque no hayan sido del todo consecuentes en la redacción de los lemas con los principios lingüístico-semánticos formulados en la magnífica introducción al mismo13.
Editado en dos volúmenes, y ordenadas las palabras por campos semánticos, la utilización del diccionario de Louw-Nida resulta realmente incómoda, pues no reúne dentro de cada lema todos los sememas14 o acepciones diferentes de una misma palabra, sino que éstos se hayan repartidos por los diferentes campos semánticos. Así, por ejemplo, para ver las diversas acepciones de a)nh/r hay que consultar los campos 9.24; 9.1; 10.53; 34.69; 33.341; los significados de una preposición como e)pi/ (878 veces en el Nuevo Testamento) se distribuyen entre 21 lugares distintos del diccionario.
Llama también considerablemente la atención que los autores no hayan tenido presente para el estudio de las palabras todos los contextos en que éstas aparecen, por lo que, con cierta frecuencia, se omiten acepciones de un determinado lexema por esta causa. De a)gaqopoie/w que aparece 9 veces en el Nuevo Testamento se aducen solo tres citas ( 1Pe 2,20; 1 Pe 4,19 y 1 Tim 6,18); de a)gaqo/j (102 veces) se citan sólo seis textos y se omite una acepción (Mt 25,21: laborioso, diligente); en a)ga/ph se registran sólo dos acepciones (amor, comida) de las tres que tiene el semema, omitiendo 2Tes 2,10 donde significa "complacencia en una realidad y apego a ella" (amor, adhesión). Del término path/r (414 veces en el NT) toman 24 ejemplos solamente, y así en otros muchos casos.
Logro principal de este diccionario es la definición que se da de cada acepción o semema; se trata, en realidad, de un diccionario de sememas, más que de uno organizado por lemas con todas las acepciones reunidas dentro de cada lema.
El diccionario de Louw-Nida, sin embargo, ha supuesto un paso importante para la aplicación de la Lingüística y Semántica actuales a la Lexicografía15.
2. Presupuestos básicos del
DGENT
Pasemos ahora a exponer varios presupuestos básicos por los que se rige la redacción de los lemas del DGENT, a saber, la distinción sistemática entre significado y traducción, y la construcción de las definiciones de las palabras en el diccionario.
- Significado y traducción
El primer presupuesto sobre el que se basa nuestro diccionario es la distinción sistemática en el tratamiento de cada palabra entre significado y traducción.
Entendemos por significado "la información que contiene y transmite un término aislado o en contexto". Expresado en términos semánticos, el significado está integrado por "el conjunto de rasgos distintivos o semas de un lexema, ordenados según una determinada jerarquía y expresados mediante una paráfrasis verbal". El significado de una palabra griega, por tanto, no es otra palabra de otra lengua, que, a su vez, es susceptible de ser definida de otro modo y puede tener un significado diferente, sino que se expresa con un enunciado descriptivo de la misma al que denominamos definición, esto es, "una paráfrasis (expansión) que expone el conjunto de los semas contenidos en un lexema o semema, según el orden que corresponde a su configuración sémica".
Por la clase de diccionario que nos proponemos hacer, consideramos que también los diccionarios bilingües deben describir no sólo el significado de la palabra en sí, que podemos denominar "significado lexical", en terminología de J. P. Louw, sino también el de cada una de las diferentes acepciones de la palabra ("significado contextual")16.
De este modo, antes de ofrecer la traducción de un término, nuestro diccionario presenta sistemáticamente la definición, para evitar la posible confusión que se origina en el lector que ve cómo, con frecuencia, una misma palabra en la lengua de origen puede traducirse por diversas palabras en la lengua de término sin ofrecérsele a cambio ningún criterio para elegir una u otra.
Siguiendo este principio, de un lexema verbal como a)gnoe/w, que aparece 17 veces en el Nuevo Testamento y del que se registran dos acepciones diferentes, damos en nuestro diccionario también dos definiciones con sus correspondientes traducciones. Según la primera (significado lexical), que representa el sentido obvio del verbo, lo definimos como "No tener conocimiento de alguien o de algo"; puede traducirse por desconocer, ignorar, no saber, no entender, no darse cuenta, no percatarse; así en Mc 9,32, Hch 13,27; Rom 2,4, etc.; en otro casos, el contexto añade un sema de "voluntariedad" (factor contextual), obteniéndose de este modo el segundo semema que puede definirse como: "No querer tener conocimiento de alguien o de algo"; su traducción será: desentenderse, no hacer caso (cf. Rom 10,3; 1 Cor 14,38 y 2 Cor 6,9).
El lexema nominal abstracto a)gaqwsu/nh que aparece 4 veces en el Nuevo
Testamento se presenta también con dos significados o acepciones. En Rom 15,14; Gál 5,22
y 2Tes 1,11 se puede definir como "Disposición a hacer el bien que se manifiesta en
la conducta respecto a alguien", siendo su traducción equivalente en contexto: bondad, benignidad, benevolencia, buena voluntad; en
Ef 5,9, por metonimia, se define como "Conducta
respecto a alguien que manifiesta la disposición a hacer el bien", y su traducción
es obra buena, bondad.
En
el tratamiento de a)gaqo/j encontramos tres acepciones o sememas diferentes con su
correspondiente definición y traducción: 1) "Que posee una disposición de ánimo
favorable hacia otro u otros, manifestada en la conducta respecto a ellos": bueno, benéfico, bondadoso, benigno, honrado,
generoso; cf. Mt 5,45; 12,35; 20,15, etc. 2)
"Que presta bien su servicio": diligente,
laborioso, cumplidor; cf. Mt 25,1; Mc 10,17; Jn 1,46. y 3) "Que es recto en sí mismo y/o favorable para
el hombre": bueno, de buena calidad, recto,
beneficioso; cf. Mt 7,17; 12,34, etc.
De este modo procedemos al presentar los lemas del diccionario, distinguiendo siempre entre significado y traducción, dando la definición correspondiente de la palabra cada vez que ésta tenga un significado diferente en contexto, y haciendo seguir la definición de su traducción o traducciones equivalentes.
Los diccionarios bilingües, sin embargo, no suelen hacer distinción entre significado y traducción, salvo en determinadas palabras, por lo común, aquéllas que se refieren a términos de realia. Estos diccionarios al uso son más bien repertorios de palabras en los que a una palabra griega corresponde una lista de palabras en la lengua de término, que no son el significado de la palabra, sino traducciones de la misma en contexto. Así el diccionario manual de J. M. Pabón, -que gran mayoría de los alumnos ha utilizado para comenzar su estudio de la lengua griega e iniciarse en la traducción-, junto al verbo oi)ke/w da la siguiente lista de traducciones, según se presente el verbo en voz activa o pasiva:
-Activa: "Habitar, morar; vivir, pasar la vida, estar, hallarse; estar situado; ser gobernado o dirigido; habitar [en, ac.]; ocupar, colonizar, gobernar, administrar".
-Pasiva: "Estar habitado (h(( oi)koume/nh la tierra habitada, la Hélade, el imperio romano, el universo); estar establecido en [ac.]; estar situado; regirse, administrarse17.
Este diccionario, -al igual que los diccionarios bilingües-, no describe el significado del verbo oi)ke/w que se traduce por palabras tan distintas, susceptibles, a su vez, de diferente definición.
En diccionarios más extensos, suele ofrecerse, junto a cada palabra en la lengua de término, diversos ejemplos ilustrativos (rara vez la totalidad de las apariciones o frecuencias del término) que sirven de orientación al usuario para saber cuándo tiene que traducir por uno u otro término, pero sin explicar por qué, según el contexto, hemos de traducir por palabras diferentes la misma palabra de la lengua de origen.
Sólo en el caso de palabras de baja frecuencia los diccionarios suelen dar la traducción de la palabra en cuestión en todos los contextos, indicando al lector en cuál de ellos debe utilizarse una traducción u otra18.
- La definición de las palabras
La distinción básica y sistemática entre significado y traducción nos ha llevado a elaborar un método de análisis semántico que conduzca a poder definir las palabras de modo adecuado, sin ambigüedades.
Esto lo hace ya el Diccionario de Louw-Nida, innovando el concepto de Diccionario bilingüe, pues da sistemáticamente de cada palabra, o mejor de cada acepción, su definición; pero sus autores no indican en ningún momento, cuando presentan la teoría que subyace a la elaboración del mismo, con qué método han construido las definiciones, que, por cierto, son con frecuencia vagas e imprecisas. Tampoco lo hace, es verdad, ninguno de los diccionarios que conocemos, bilingües o monolingües. Las definiciones tan acertadas, por cierto, del Diccionario de Uso del Español de María Moliner se construyen, a nuestro juicio, más como resultado de una refinada dote de observación lingüística, acompañada de profunda intuición, que de un método previo que ayude a construir tales definiciones.
Según este último diccionario definir es "explicar lo que es una cosa con una frase que equivale exactamente en significado a la palabra que designa la cosa". De modo más ajustado semánticamente hemos descrito más arriba lo que entendemos por definición: "una paráfrasis (expansión) que expone el conjunto de los semas contenidos en un lexema o semema, según el orden que corresponde a su configuración sémica".
Definir no resulta fácil. Como conocedores de la lengua, sabemos exactamente lo que las palabras significan, pues las entendemos y utilizamos adecuadamente, pero sentimos dificultad en delimitar su significado de otras afines o parecidas. Para resolver esta dificultad y hacer de la definición de las palabras casi una cuestión de lógica lingüística, le hemos dedicado un capítulo en nuestra obra Metodología del Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento, siguiendo las pautas del Método de Análisis Semántico antes citado.
Según lo allí expuesto, para poder definir adecuadamente una palabra, es necesario, en primer lugar, clasificarla según la especie o especies semánticas19 que contiene; a continuación, debemos establecer su fórmula semántica20 y presentar el desarrollo sémico de la misma21, consistente en la enumeración de los semas22 que integran la especie o especies semánticas de la fórmula, ordenados jerárquicamente. Con estos pasos previos, explicados prolijamente en la citada obra23 se procede a dar la definición de cada una de las palabras (significado lexical) con sus distintas acepciones (significados contextuales), cada una de las cuales irá seguida también de su propia definición.
Laborioso método que solamente es posible aplicar en corpora de lengua reducidos y bien delimitados, como es el caso del Nuevo Testamento, cuyos libros están escritos en una franja de tiempo de dos siglos aproximadamente. Resultaría imposible su aplicación en estados de lengua viva o en obras como el DGE de Francisco Rodríguez Adrados, que abarcan muchos siglos de lengua griega en constante evolución.
Ahora bien, el método elegido no resulta imposible de aplicar, cuando se trata de un corpus cerrado de textos, escritos en una franja de tiempo de dos siglos aproximadamente, como es el Nuevo Testamento.
El resultado de la aplicación de este minucioso método para definir las palabras puede verse en algunos ejemplos que propongo a continuación, tomados del fascículo primero del Diccionario.
Comencemos por a)/gamoj, lexema adjetival fácil de analizar. Para definirlo debemos dar los siguientes pasos:
- Por el conocimiento que tenemos de la lengua griega o mediante una consulta rápida a un diccionario sabemos que se traduce al castellano por "no casado, sin mujer o marido". Este lexema denota24, por tanto, un estado (especie semántica Hecho) y connota25 una relación de atribución (especie semántica Atributo) de ese estado a un sujeto personal (especie semántica Entidad). Descrita de modo gráfico, la fórmula semántica de a)/gamoj es:
H <-- R --> E
En este gráfico, la especie semántica denotada (H) va dentro del recuadro; las connotadas (R y E), fuera de él. Las flechas en doble dirección, hacia la especie semántica H o E, indican que el estado (H) se atribuye a (R) un sujeto (E).
Los semas que integran cada una de estas especies semánticas, enumerados jerárquicamente son:
- La especie semántica Hecho consta de tres semas:
estaticidad (se trata de un hecho estático)
no vinculación
conyugalidad
La especie semántica Entidad está integrada por dos semas:
individualidad
humanidad
La especie semántica Relación, a su vez, se especifica con el sema:
atribución
A esta operación de descomponer la especie semántica en sus semas correspondientes, la denominamos desarrollo sémico26.
La
definición debe integrar todos los semas enumerados. Así podemos decir que a)/gamoj
denota un estado de no vinculación a un cónyuge por parte de un individuo humano.
Su definición puede ser: "Que no está unido por vínculo matrimonial".
Puede traducirse por soltero, célibe.
He elegido esta palabra sencilla para explicar cómo procedemos siempre que construimos una definición.
Veamos otra más compleja27, pues es en la complejidad de los lexemas analizados donde se muestra la eficacia de la metodología propuesta. Tomemos ahora como ejemplo el verbo a)gapa/w que aparece en el NT 141 veces.
Estudiados los contextos en que aparece, concluimos que este verbo denota, en primer lugar, un estado (especie semántica Hecho -estático-), que se manifiesta (especie semántica Relación) en la conducta (especie semántica Hecho -dinámico-). El agente de esta conducta es un sujeto humano (especie semántica Entidad); la acción del sujeto tiene por objeto o término a otro individuo humano (especie semántica Entidad).
Expresada gráficamente, la fórmula del lexema es la siguiente:
<-- R1 --- E1
H + R +H'
---R2 --> E2
Cada una de las especies semánticas de la fórmula, pueden, a su vez, descomponerse en sus semas correspondientes:
H estaticidad
disposición
interioridad
estima
benevolencia
R manifestatividad
H' dinamicidad
actuación
beneficialidad
E1 personalidad
individualidad
R1 agentividad
R2 terminalidad
E2 personalidad
individualidad
A partir de este desarrollo sémico o enumeración de los semas que componen cada una de las especies semánticas, podemos construir la definición del lexema: "Estar favorablemente dispuesto (H) hacia (R2) una persona (E2) a quien se estima (H) y manifestarlo (R) procurando su bien (H'). Sus posibles traducciones son: amar, querer, sentir predilección. Con este significado aparece en Jn 3,35; Jn 17,23, Rom 9,25; Ef 1,6; Heb 12,6 y otros textos del NT.
Esta definición, sin embargo, no es válida para todos los contextos en que aparece a)gapa/w. A veces, por metonimia (efecto por causa)28 se da una inversión de las especies semánticas denotadas en la fórmula, de modo que no se trata ya de "un estado que manifiesta una conducta", sino de "una conducta concreta que manifiesta un estado o disposición interior del sujeto":
<-- R1 ---E1
H' + R + H
-- R2 --> E2
El desarrollo sémico de cada una de las especies semánticas sigue siendo el mismo, pero la definición cambia. Ahora se trata de: "Actuar manifestando la disposición interior favorable y el deseo de bien de alguien a quien se estima". Como traducciones podemos dar: manifestar / mostrar /demostrar amor; así en Mc 10,21; Jn 3,16; Gál 2,20; 2 Tes 2,16 y otros.
Pero tampoco se agota aquí el significado del verbo que estudiamos. En los dos casos anteriores, el término de la acción era un ser personal; en otros es un objeto material o un hecho, factor contextual29 que incide en un nuevo cambio de significado, por lo que aparece una tercera acepción en la que ha desaparecido su carácter manifestativo, denotando ahora una sola especie semántica y cuya fórmula puede describirse así:
<-- R1 --- E1
H
-- R2 --> X
En este caso, varían algunos de los semas que integran cada una de las especies semánticas de la fórmula. Son los siguientes:
H estaticidad
disposición
complacencia
interioridad
E1 individualidad
humanidad
R1 atribución
R2 terminalidad.
X materialidad / factualidad
La definición que obtenemos de la conjunción de estos semas es: "Tener complacencia en cosas o hechos". Como posibles traducciones damos: gustar de[algo], complacerse en, amar. Con este significado aparece en Lc 11,43; 1Pe 3,10; 1Jn 2,15a.
Dando la definición de la palabra en cada una de las acepciones de la misma, se evita que el diccionario, la principal herramienta del traductor, se convierta en un laberinto del que, con frecuencia, no se sabe cómo salir.
Basten estos ejemplos para mostrar dos de los presupuestos básicos sobre los que se cimenta la redacción de los lemas del DGENT, a saber, la distinción sistemática que se hace en su presentación entre significado y traducción, y la descripción del significado mediante una definición, seguida de su correspondiente traducción o traducciones.
En sucesivos artículos iremos exponiendo y ejemplificando los restantes presupuestos básicos que subyacen a la redacción de los lemas del Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento.
1 Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento. Análisis de lexemas. Proyecto dirigido por Juan Mateos, con la colaboración de Jesús Peláez y GASCO (Grupo de Análisis Semántico de Córdoba), Ed. El Almendro, Córdoba, Junio 2000.
2
J. Mateos, Método de análisis semántico aplicado
al griego del Nuevo Testamento (Estudios de Filología Neotestamentaria, nº 1),
El Almendro, Córdoba 1989. En adelante citaremos esta obra de modo abreviado: Método de análisis semántico.
3 J. Peláez, Metodología del Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento (Estudios de Filología Neotestamentaria, nº 6), El Almendro, Córdoba 1995. Esta obra aparecerá en notas sucesivas de modo abreviado: Metodología del Diccionario.
4 Grupo de investigación de la Universidad de Córdoba dirigido por Juan Mateos, profesor emérito del Instituto Oriental de Roma, con la colaboración de Jesús Peláez, catedrático de Filología Griega de la Universidad de Córdoba e integrado por Angel Trujillo, Rufino Godoy, Carmen Padilla, Luis Domingo, Juan Guillén, Julio Cuenca, Marta Merino, Adela Saldaña y Elisa Requena, doctores o Licenciados en Teología, Filología Clásica o Hispánica. Recientemente se ha integrado en este grupo otro equipo de trabajo del Departamento de Clásicas de la Universidad de La Laguna (Tenerife), coordinado por Juan Barreto, Profesor titular de Filología Griega.
Diversos miembros del grupo han publicado los siguientes artículos en el campo de la semántica aplicada al griego del Nuevo Testamento: J. Mateos, "Análisis de un campo lexemático. eu)logi/a en el Nuevo Testamento", FN (Filología Neotestamentaria) 1 (1988) 5-25; Id., "Análisis semántico de los lexemas skandali/zw y ska/ndalon", FN 2 (1989) 57-92; C. Padilla, "Sobre el verbo a)pokri/nomai en el Nuevo Testamento, FN 3 (1990) 67-74; Id., "Ensayo de clasificación de la especie semántica "Atributo" en la letra "Alfa" del Diccionario del Nuevo Testamento", FN 4 (1991) 61-72; J. Mateos - J. Peláez, "El adverbio a)/rti en el Nuevo Testamento", FN 8 (1995) 85-94; J. Mateos, "pa/lin en el Nuevo Testamento", FN 7 (1994) 65-80; Id., "(u(pakou/w y términos afines en el Nuevo Testamento", FN 8 (1995) 209-227; J. Peláez, "El factor contextual como elemento determinante del significado de los lexemas. El caso de a)polei/pw". V Simposio Bíblico Español. La Biblia en el Arte y en la Literatura. Vol I. Literatura. Universidad de Navarra, Valencia-Pamplona 1999, 411-417; Id., "Del lexema al lema. Pasos para la redacción del Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento", en Congreso Internacional: Cien años de investigación semántica: de Michel Bréal a la actualidad. Facultad de Filología. Universidad de la Laguna (Tenerife). 27-31 de Octubre de 1997 (en prensa).
5 F. Zorell, S. J., Lexicon Graecum Novi Testamenti, París 11930, 31961, repetición de la primera edición con un apéndice bibliográfico, 41990 con apéndice bibliográfico actualizado.
6 W. Bauer, Griechisch-Deutsches Wörterbuch zu den Schriften des Neuen Testament und der frühchristlichen Literatur, diccionario nacido de una reelaboración del de E. Preuschen (1910) con sucesivas ediciones (21928 -todavía con el nombre de E. Preuschen), 31937 (a partir de esta fecha, con el nombre solo de W. Bauer), 41952, 51958; revisada en 1963 y 1971). La sexta y última edición de este diccionario ha aparecido editada por K. y B. Aland (Walter de Gruyter-Berlin-New York 61998).
7 J. P. Louw - E. A. Nida (eds.), Greek-English Lexicon of the New Testament based on Semantic Domains, 2 vols., New York: United Bible Societies, 1988. Existe edición electrónica en diskettes instalables en ordenador, de más fácil uso que la manual, pues puede hacerse la búsqueda seguida de todas las apariciones de la palabra a lo largo del diccionario, paliando de este modo la incomodidad de la búsqueda manual.
8 W. Bauer - W. F. Arndt - W. Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and other Early Christian Literature, The University of Chicago Press 1957.
9 Un análisis crítico de los tres diccionarios citados ha aparecido en la obra citada Metodología del Diccionario, 31-63, a la que remito; véase también J. A. Lee, "The United Bible Societies' Lexicon and its Analysis of Meanings", FN 10 (1992) 167-189, con réplica de J. P. Louw, "The analysis of meaning in lexicography, FN 12 (1993) 139-148; también Simon Wong, "Leftovers of Louw-Nida's Lexicon. Some considerations towards 'A Greek-Chinese Lexicon' ", FN 14 (1994) 137-174.
10 W. Bauer, Wörterbuch zum Neuen Testament, 6., völlig neu
bearbeitete Auflage von Kurt und Barbara Aland, Walter de Gruyter-Berlín-Nueva York 1988.
11 Véase una breve reseña de esta nueva edición en Metodología del Diccionario, 40; también J. P. Louw, How do words mean, if they do?, FN 8 (1991) 137ss.; J. K. Elliott, FN 3 (1989) 100-102; TS 50 (1989) 576-578; ETL 64 (1988) 450-454, etc..
12 Véase nota 7.
13 Véanse pp. VI-XX del primer volumen de la citada edición.
14 Denominamos semema
al "significado que resulta de adiciones efectuadas al núcleo sémico y / o de
alteraciones producidas en el núcleo mismo o en la figura nuclear de un lexema por los
clasemas y semas ocasionales, y que exige una nueva definición". Equivale a
"acepción".
15 Véase reseña de D. A. Black en FN 1 (1988) 217-218; también en J. Rodríguez Somolinos, "La lexicografía griega en los últimos años", EC 33 (1991) 91. Una presentación crítica de esta obra puede verse en Metodología del Diccionario, 43-64.
16 La expresión "significado lexical",
así como "significado contextual" la hemos tomado de J. P. Louw, How do words mean, if they do?, FN 8 (1991) 133.
Para la elección del significado lexical, a partir del que se derivan los distintos
sememas, hemos fijado diversos criterios, expuestos en Metodología del Diccionario, 86-89.
17 J. M. Pabón S. de Urbina, Diccionario Manual Griego-Español, Bibliograf
S.A., Barcelona 1980.
18 Así el citado diccionario de F. Zorell organiza el
lema oi)ke/w, (ocho veces en el NT) distinguiendo su traducción según tenga uso
transitivo o intransitivo: 1) intrans.: domun habeo,
alicubi habito [Hom. ss.]; meta/ ti/noj de
conjugio 1C 7,12 .13; de Spirito Sancto in homine justo inhabitante Rom 8,9.11; 1 C
3,16; de principio actionum homini velut innato Rom 7,18.20. 2) trans.: incolo, inhabito locum [Hom. ss] 1Tim 6,16.
19 Entendemos por especie
semántica "un conjunto de palabras que tienen el mismo rasgo semántico (sema)
dominante". Según esto, las especies semánticas clasifican los vocablos atendiendo
a la índole de su contenido conceptual. Se basan en conceptos infralingüísticos que
descomponen la percepción intuitiva de la realidad. El hombre tiene una experiencia del
mundo que lo rodea y, para orientarse y situarse en él, la expresa desde su punto de
vista; para ello, clasifica y denomina Entidades
(sigla E) (seres), las describe por medio de Atributos
(sigla A) (cualidad, dimensión) o enunciando Hechos
(sigla H) (estados, acciones, procesos) que tienen lugar, fijándose en las Relaciones (sigla R) que se establecen. Además usa
la Determinación (sigla D) para actualizar,
identificar y situar en el espacio y en el tiempo. Se tienen así cinco especies
semánticas, designadas cada una con su letra inicial; cf. Metodología del Diccionario, 66-69; 161. Para un
estudio pormenorizado de las especies semánticas, véase Método de análisis semántico, 12-15; 69-147.
20 Llamamos fórmula
semántica al "conjunto de las especies semánticas denotadas por un lexema
más las relaciones necesariamente connotadas". La fórmula semántica describe,
así, la estructura elemental del lexema, base de su núcleo significativo; cf. Metodología del Diccionario, 73-78; 161; cf. Método
de análisis semántico, 17-47.
21 Denominamos desarrollo
sémico "la lista de los semas o rasgos semánticos que corresponden a cada
una de las especies semánticas de la fórmula, denotadas o connotadas"; cf. Metodología del Diccionario, 160; 88-111.
22 Entendemos por
sema "un rasgo mínimo o elemental, es decir, no susceptible de ser descompuesto
en otros más simples". En la práctica del análisis, sin embargo, esta definición
teórica es imposible de mantener, pues hay que usar, como si fueran semas, términos que
en realidad representan conjuntos de semas elementales. Así el sema humanidad es claramente analizable en otros más
sencillos (entidad, corporeidad, vitalidad,
sensitividad, racionalidad), pero enumerar todos esos semas cada vez que aparece humanidad haría de los desarrollos sémicos listas
interminables repetitivas y poco inteligibles.
Los semas se designan con sustantivos abstractos; éstos constituyen un
metalenguaje, por lo que no debe extrañar que, a veces, se construyan términos no
existentes en la lengua; cf. Metodología del
Diccionario, 162.
23 Métodología
del Diccionario, 65-111
24 La denotación
es objetiva y comprende los rasgos necesarios y suficientes para identificar un
concepto, según el uso de la comunidad lingüística. Prácticamente equivale a
"significado"; cf. Metodología del
Diccionario, 160.
25 La connotación
puede ser objetiva o subjetiva. La connotación
objetiva está constituida por las relaciones que el concepto exige necesariamente y
que, aunque no directamente integradas en él, se le asocian más o menos conscientemente
y se descubren por la reflexión. Pueden ser relaciones de presuposición, finalidad,
agentividad, terminalidad, etc. Por ejemplo, el lexema "comer" connota
(presupone) un alimento. Hay otras connotaciones
que llamamos subjetivas (asociativas, emotivas,
etc.), propias de individuos o grupos; éstas no se consideran en el análisis semántico,
pues pertenecen al análisis del relato; cf. Metodología
del Diccionario, 160.
26 Véase definición en nota 20.
27 Para describir lo obvio desde el punto de vista lingüístico no es necesaria la elaboración de una teoría semántica; términos como gh= tierra, u(/dwr agua, i)xqu/j pez, a)gka/lh brazo, ai(/ma sangre y otros parecidos, cuando se utilizan en sentido real, no figurado, no precisan de fórmula o desarrollo sémico para construir su definición, pues su significado queda claro y al alcance de todos.
28 Preparamos en la actualidad un
artículo sobre la metonimia explicada desde el punto de vista semántico.
29 Sobre el factor contextual, véase Metodología del Diccionario, 113-131; también mi artículo "El factor
contextual como elemento determinante del significado de los lexemas. El caso de
a)polei/pw", citado en nota 4.