EL
LIDERAZGO EN LOS CENTROS ESCOLARES CON EXPERIENCIAS DE MEJORA.
Oscar Maureira Cabrera
Alumno del Programa de Doctorado
del MIDE
Facultad
de Educación
Universidad
Complutense de Madrid
Introducción
Desde hace
ya un largo tiempo, se viene reflexionando e investigando acerca del liderazgo, son innumerables los autores(Stogdill,
Hommans, Likert, Fiedler, Hersey y Blanchard, House, Bryman, Bolman y Deal,
etc.) que en distintas épocas, han
dedicado mucho esfuerzo a esclarecer este elusivo y polisémico concepto. A partir de esta última década,
el tema sigue siendo relevante, implementándose formulaciones teóricas,
principalmente desde la sicología social, tratando de superar los enfoques,
tanto personalistas como conductuales y situacionales de liderazgo, para acercarse
a modelos cognitivos.(Ruiz Olabuénaga,1995).
La mayor cantidad de investigación se ha realizado en relación al
mundo de la empresa productiva tanto de índole industrial, como comercial.
En menor grado en las organizaciones sociales, es evidente este mayor énfasis, por cuanto el liderazgo
siempre se ha asociado a productividad de la empresa, tanto es así, que buena
parte de los estudios han tenido como unidad de análisis, a eminentes ejecutivos
de empresas que se han caracterizado, ya sea por sus índices de logro económico
o por el cambio producido en la organización en el modo de trabajar.
En el ámbito de la organización escolar, por su peculiar
modo de estructurarse(modelos burocráticos de organización, anarquía organizada,
débil autonomía en la gestión escolar, celularismo de la acción docente,
etc.) y por la compleja caracterización del producto educativo, ha hecho
más difícil su conceptualización. Además,
en muchos profesores produce un cierto resquemor, por su asociación del concepto
de liderazgo con autoritarismo y abuso de poder. Subyace en el sub-conciente
colectivo europeo, distintos estereotipos y mitos en torno al liderazgo(Suárez-Zuloaga
y Gáldiz, 2000).
Desde el movimiento investigativo de las escuelas eficaces,
aparece como factor relevante el liderazgo instructivo o pedagógico del director,
tanto en el estudio denominado de los cinco factores(Edmonds, 1979), como
también en el de los doce de Mortimore y et al (Creemers, 1997).
Los modelos iniciales integrados de eficacia escolar de Scheerens,(1990) vuelven a remarcar esta función o proceso de gestión escolar como
muy relevante para la eficacia e incremento de la calidad educativa a nivel
de las variables de proceso del centro.
También desde el movimiento de la mejora escolar, se
hace énfasis en el liderazgo, especialmente en el impulso y facilitación de
los cambios considerados necesarios por el centro educativo, para llevar adelante
proyectos de mejoramiento de la acción educativa.
Un modelo de liderazgo, que se viene usando desde la
última década y que en los últimos congresos de dirección de centros educativos
a nivel internacional(Deusto, 2000), sigue teniendo vigencia y completa actualidad,
es el liderazgo transformacional de Bass(1985), cuyo significado esencial,
está en hacer de los colaboradores verdaderos líderes. Son importantes
las investigaciones empíricas realizadas por; Pascual y et al.(1993) y Bernal(2000)
en el ámbito español, como las de, Geijsel y et al.(2000) y Borrrel y Severo,
(2000)en el campo internacional, que están empleando como base de sus planteamientos
de liderazgo educativo este modelo.
Como se ha dicho en distintas ocasiones, las reformas educativas se han comenzado
más por los pies, que por la cabeza,(García Garrido J.L, 2000).
De este modo, cuesta bastante poder
encontrar centros escolares en los cuales haya algún indicio de liderazgo,
tanto de parte del equipo directivo, como de un grupo importante de profesores.
Los Planes Anuales de Mejora(PAM), impulsados desde los organismos de la administración
educativa central, hace cuatro años, han querido estimular a los centros a llevar adelante proyectos de desarrollo, por
tanto, en estos centros hay una probabilidad
mínima de existencia de algo que
es fundamental, el espíritu por
cambiar y mejorar, ya que el liderazgo se identifica, con ese “darse
permiso para”, cuestiones que están asociadas con el liderazgo en su estado más puro.
Por tanto, las interrogantes generales que
guían este trabajo son; en primer lugar, el analizar el liderazgo con base al modelo de B. Bass, de los distintos
“líderes formales”, en este caso, los directores que han facilitado e impulsado
la incorporación de planes de mejoras en sus centros, teniendo como grupo
de referencia(control) aquellos centros más cercanos geográficamente, pero
que no han participado en acciones de mejora. En segundo lugar, el análisis
que se pretende realizar, tiene dos propósitos; por un lado, ver si hay diferencias
significativas en cuanto a la valoración del tipo de liderazgo y otra, que
consiste en determinar, si subyace un modelo plausible de relaciones casuales
entre variables, que se han identificado por la teoría(participación, satisfacción
en el trabajo, eficacia percibida) tanto directa como indirectamente con el
liderazgo y sus efectos.
Justificación
Teórica
Desde el ámbito anglosajón, se han ido desarrollando
movimientos investigativos en torno a la eficacia escolar, así de este modo,
las repercusiones del mítico informe Coleman(Fuentes,1988), y más tarde Jencks(Castejón,1996),
han protagonizado un auge importante de investigaciones en relación a que
la escuela aporta. En un primer estadio, las investigaciones iniciales, sobre
la eficacia escolar(Weber, Edmonds), pusieron de manifiesto la importancia
de ciertos factores en el aprovechamiento escolar, destacando el fuerte liderazgo instructivo,
como factor relevante. Posteriormente en esta misma línea, otros autores(Rutter
y Mortimore) confirmaron la presencia de un liderazgo docente superior,
en aquellos centros caracterizados como eficaces. Paralelamente, el
movimiento práctico de la mejora escolar,
ya sea en sus modalidades de Gestión Basada en la Escuela(SBM), como el de
Reestructuring School, han destacado el papel que juega el liderazgo en el
impulso y facilitación del cambio.
Desde las disquisiciones teóricas, en torno
a la escuela, como organización que aprende, también se ha puesto en evidencia
la relevancia que tiene el liderazgo compartido en el fortalecimiento de este
tipo de organizaciones(Bolívar, 2000). En esta misma línea el ejemplo de las
escuelas aceleradas(Bernal y Gil, 2000), ponen de manifiesto estilos de liderazgo
orientados a mejorar redes, tanto internas como externas a la comunidad escolar,
como también, saber compartir las funciones de liderazgo en un proyecto común,
cuestión que presupone abolir ciertos mitos en torno al liderazgo(Suárez-Zuloaga
y Gáldiz,2000), ya que las estructuras jerárquicas se vuelven cada vez más
planas, por tanto, la función de liderazgo no sólo descansará en el vértice
superior de la tradicional pirámide, sino más bien, en cada uno de los vértices
basales que la sostienen.
Desde la mirada más organizativa, de índole empresarial, el liderazgo siempre ha sido una
variable esencial, en el análisis productivo, fundamentado en la eficacia
y eficiencia, tanto es así, que un destacado estudioso del liderazgo, Kotter(2000),
ha señalado que producto de la época en que vivimos, cuyos cambios son acelerados
e intrageneracionales, lo que demandan las empresas de sus ejecutivos, no
es simplemente una buena gestión, sino fundamentalmente un mayor liderazgo.
Dentro de los distintos enfoques de liderazgo(visionario,
carismático, etc.) que la teoría ha provisto dentro de un marco general, hay
algunos que se han ido asimilando dentro de lo que son las organizaciones
educativas. El liderazgo transformacional, cuyos orígenes se remontan a las disquisiciones teóricas,
hechas por Burns(1978), que posteriormente
Bass(1985), investiga y operativisa en contextos más empresariales que
educativos. Desde los cuales afirma que un indicador clave de la calidad
y la mejora de la educación, es el liderazgo que ejerce el director(De La
Torre y et al,1998) pero este debe ser transformacional. Por su parte,
Leithwood y colaboradores(1994), en
el contexto estrictamente educativo y en base a la reestructuración de las escuelas, han desarrollado toda
un línea de investigación basada en el liderazgo transformacional. En uno de sus últimos trabajos, Leithwood(1999),
busca relaciones causales en torno a los efectos de este modelo sobre la
participación y el compromiso de los padres y alumnos(Leithwood.1999). Ultimamente la investigación realizadas por Geijsel y et al.
(2000), en torno al liderazgo transformacional
como condición que favorece la implementación de programas de innovación
a gran escala en las escuelas, pone de manifiesto, la plena vigencia de este
modelo.
El liderazgo transformacional(es la traducción hecha al español)
o mejor dicho transformador, de manera genérica, quiere significar, todo tipo de prácticas de liderazgo que fomenten un crecimiento significativo no sólo en las
prácticas manifiesta de los que experimentan tal liderazgo, los profesores, por ejemplo, sino en las que
estimulen también sus capacidades y sus motivaciones(Leithwood,1994). De manera
más sencilla, el término liderazgo transformacional implica una cualidad personal,
una habilidad para inspirar a los
miembros de la organización, para mirar más allá de sus propios intereses y centrarse en metas
de toda la institución(Murillo, 1999),es decir, el líder transformacional
se centra en el auto-concepto y la auto-estima del empleado(Bass, 2000). De
esta forma, se puede decir que el modelo de liderazgo transformacional, enfatiza
cualidades para el fomento de la innovación, tratando de distribuir más poder
real, fortaleciendo el liderazgo compartido y buscando como fin, un aprendizaje
organizativo.
Desde la perspectiva técnica, el liderazgo transformacional, según
Bass y Avolio(1994), se define por el acoplamiento de los siguientes factores:
·
Carisma: Capacidad por entusiasmar,
transmitir confianza, respeto y orgullo por el trabajo.
·
Consideración individual: Prestar
atención personal a los miembros de
la organización.
·
Estimulación Intelectual: Provocar
nuevos enfoques a problemas clásicos, enfatizando estrategias racionales a la solución de los problemas.
·
Inspiración: Promover
optimismo.
A través del
estudio realizado por Pascual y et al(1993), en las comunidades de Castilla
y León y País Vasco, se encontró un factor propio para las instituciones escolares
de esta realidad, asociado con el sentido del humor.
·
Tolerancia Psicológica: Sentido
del humor para superar, fallos y momentos duros propios de la interacción
educativa.
Siguiendo a Bass,
este distingue dos formas adicionales, que subsisten en el modo de influencia
interpersonal, se refiere por un lado
a la ya clásica relación del “quid pro quo”(tanto me das, tanto te doy), que
define como liderazgo transaccional, siendo caracterizado, por los siguientes
factores:
·
Recompensas contingenciales: Intercambio
de premios por esfuerzo.
·
Dirección por Excepción: Intervenir si no se consiguen los objetivos.
Por último, designa como “No liderazgo”
o “Dejar hacer”, aquel comportamiento evasivo y carente de dirección.
En un modelo de participación, las
tareas del director aumentan y complejizan, ya que una de sus funciones claves
y que no aparecen descritas en la normativa directamente, es la de preparar
para el trabajo y la actividad en grupo a todos los implicados, es decir, incrementar
destrezas de participación grupal, facilitando la actividad de los
grupos y la de sus miembros. Por tanto, esto supone pasar de un énfasis en el control,
a uno centrado en la persuasión y
colaboración. ( Immegart,1996).
Existen variables que tienen una fuerza
importante, para promover tanto la facilitación del cambio, como la efectividad
dentro del espacio relacional propio a cualquier organización social, siendo,
la participación una de ellas, especialmente
centrada en la implicación y la responsabilidad compartida. Por otro lado, la satisfacción en el trabajo,
es también un elemento clave para el desarrollo de la organización. La disquisición
teórica y algunos estudios del ámbito general en las organizaciones, han identificado
una cierta correlación entre participación y satisfacción en el trabajo.
La
gran mayoría de la literatura en torno al liderazgo, es consistente en relación,
a que este factor influye sobre el clima de la organización. Pero, la complejidad
de factores que conforman este último
concepto y la variedad de enfoques que existen, no hacen aconsejable la adopción de esta macro variable,
dentro de un modelo tentativo plausible, de relaciones causales parsimonioso. En cambio, variables como la participación
y la satisfacción en el trabajo, parecen estar más directamente relacionadas,
con una dirección transformacional.
Hacia la concreción del estudio empírico
Los Planes Anuales de Mejora(PAM), se enmarcan
dentro de las iniciativas de parte de la administración central, para generar
y animar a los centros a iniciar instancias
de cambios. En su corto trayecto, sólo cuatro años, la cantidad de centro
que cada año se incorporaron a esta iniciativa, fue en progresión geométrica.
Dentro de las características, más destacables de estos
PAM, están:
·
El carácter voluntario
·
Duración
·
Enfoques a varios niveles
·
Implicación activa
Ajustándose de esta manera a los criterios
internacionales para que el programa de mejora, tenga probabilidades de resultados satisfactorios.
Sus principales críticas, pueden encontrarse
en el incentivo económico que supone premiar a los más exitosos programas
de mejora, introduciendo elementos competitivos y por otro lado, la primacía de la función
de control de la administración central sobre los centros en contradicción
con la los principios de autonomía.
Dentro del análisis de los PAM(Hernández
Rincón y Pérez Albo, 2000) se pueden destacar que hay una mayor cantidad de
colegios que de institutos(ratio 5:1). Dentro de los propósitos más frecuentes,
se encuentra el mejoramiento del rendimiento académico del alumnado, canalizado
a través del énfasis en incrementar destrezas lectoras e interés por la lectura(40%).
Finalmente, se señala que aquellos programas que han sido exitosos, la
actuación del equipo directivo, ha sido destacable por su función de impulso,
a la puesta en marcha de dichos programas.
Teniendo presente, todo este cúmulo de información,
respecto de estos centros, y la relevancia del liderazgo en la función directiva
y docente. Es que surge este proyecto de investigación. Cuyos objetivos y
precisiones metodológicas generales se detallan a continuación.
Se consideró pertinente poder ahondar e
indagar acerca de las facetas de liderazgo que subyacen a la función directiva de los directores de una
muestra de centros, de la zona Madrid capital, que estuvieron y en algunos
casos, continúan en la aplicación de sus programas de mejora. El modelo a
emplear de liderazgo, es naturalmente el transformacional de Bass, siguiendo
en la línea de las aplicaciones de Pascual y et al(1993), Bernal(2000) y Pérez-Albo
y Hernández(2000), del cuestionario de liderazgo multifactorial (CLM). Además,
se han incorporado tres variables relevantes que la disquisición teórica apoya,
como son; la participación docente, la satisfacción en el trabajo y la eficacia
percibida del centro.
Evidentemente, para poder tener una mayor
consistencia en la propuesta investigativa, se ha querido también constrastar
con un número similar de centros,
cuyo criterio fundamental de elección es su proximidad geográfica, dentro
del ámbito estrictamente público.
Como un segundo propósito de esta investigación
en curso, se busca acercarse a un modelo plausible de relaciones causales, entre las variables señaladas anteriormente.
De este modo, el siguiente modelo causal, presenta
una primera aproximación tentativa, a las distintas vertientes de asociación con el liderazgo.
Eficacia
percibida del centro Satisfacción en el trabajo Participación Dimensiones
del liderazgo transformacional: ·
Carisma ·
Consideración
Individual ·
Estimulación
Intelectual ·
Inspiración ·
Tolerancia
psicológica
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EL LIDERAZGO
EN CENTROS ESCOLARES CON EXPERIENCIAS DE MEJORA
OSCAR MAUREIRA C.
Alumno del Programa de Doctorado del MIDE
Facultad de Educación
Universidad Complutense de Madrid
Este trabajo, corresponde al diseño
de una
investigación que se está realizando, como parte de la formación de un
doctorando de segundo curso.
El
interés que suscita el tema del liderazgo en las organizaciones educativas, es
máxime, especialmente en una época de
cambios rápidos y en donde cada vez más, se asienta la sociedad del conocimiento en nuestra realidad
cotidiana. La acción educativa, se nutre fundamentalmente de la interacción,
siendo una de las principales, aquellas que se establecen a través de los profesores con sus alumnos,
exigiéndose al nuevo perfil del
profesor, una orientación más de líder o guía, que el del tradicional
transmisor de contenidos. Pero, las fuerzas para dinamizar acciones, que
reviertan ciertas prácticas docentes a todo nivel educativo, ancladas en siglos
anteriores, están directamente relacionadas con una dirección escolar
transformacional, no sólo en su papel
de buen gestor, sino principalmente en su acción de líder.
Los propósitos de este trabajo, son dobles; en primer lugar, se busca indagar acerca del liderazgo, que desempeñan
los directores, en cuyos centros se han realizado o se están desarrollando
actividades de mejoras, directamente relacionadas con el incremento de la
calidad educativa del centro. Para el análisis del liderazgo, se ha considerado
el modelo transformacional de Bass,
suficientemente contrastado y vigente en los planteamientos actuales,
acerca del ejercicio del liderazgo desde una perspectiva del cambio. El segundo objetivo que se pretende, es determinar un modelo causal
plausible y parsimonioso, de
variables asociadas a los efectos del
liderazgo, como son la participación, la satisfacción en el trabajo y la eficacia
percibida en el centro.