La asociación ha iniciado el curso 2018/2019 con un viaje cultural a Asturias, que efectuamos del 5 al 10 de octubre.

Salimos el día 5 muy temprano, desayunamos en ruta, almorzando en Medina del Campo y visitando esta bella localidad, y continuamos hasta Gijón, donde cenamos en el hotel donde nos alojamos.

El día 6, después de desayunar en el hotel, nos desplazamos a Oviedo, donde nos esperaba la guía que nos acompañó todos los días hasta el regreso. Conocimos esta interesante ciudad, primero con una panorámica en el bus y a continuación a pie visitando todos los monumentos y sitios interesantes. Nos repusimos con un suculento almuerzo donde la estrella fue la merluza de pincho.

Después de comer regresamos a Gijón, e hicimos lo mismo que en Oviedo: panorámica desde el bus y recorrido a pie disfrutando de su atractiva combinación de sabor marinero, patrimonio monumental y moderno urbanismo.

El día 7, después de desayunar en el hotel, emprendimos camino hacia Cangas de Onís, paseándonos por el puente romano sobre el Sella, y del que pende la Cruz de la Victoria. Continuamos hasta Covadonga, visitando la Basílica y la Santa Cueva, que alberga a la Virgen de Covadonga y la tumba del Rey Don Pelayo. A continuación subida a los Lagos. Verdaderamente impresionante. Al llegar al restaurante donde almorzamos, nos ofrecieron el famoso culín de sidra. Nos deleitamos con una fabada asturiana y escalopines con queso de cabrales, antes de tomar un fabuloso arroz con leche de postre.

Después del café fuimos al Mirador de Fitu, desde donde se contempla tanto los Picos de Europa como el Cantábrico. Inigualable. Y para terminar nos desplazamos a Ribadesella. Después de pasearla, regresamos a Gijón.

El día 8, después del desayuno en el hotel, pusimos rumbo a Cangas del Narcea, y después de un buen paseo por esta bella localidad nos desplazamos al Monasterio de San Juan Bautista, en Coria, también llamado el Escorial Asturiano. Nos fuimos a almorzar a Pola de Allende, donde degustamos un delicioso potaje asturiano y unas truchas con jamón, terminando con una tarta de chocolate de la abuela con el café. Todo delicioso.

Y por último, el día 9 después del desayuno en el hotel, emprendimos la ruta en dirección a Ribadeo, una localidad que impresiona por su belleza. Después de pasearla nos dirigimos a la playa de Las Catedrales, un paisaje mágico y cambiante con las mareas. Comimos en Santa Eulalia de Oscos, que se caracteriza por los tejados de las viviendas de pizarra. Aquí hicimos un excelente almuerzo en el que no faltó el caldo de Santaya y la sopa de cocido. Por la tarde visitamos la bellísima Luarca, ciudad natal del premio Nobel Severo Ochoa; y Cudillero, que aunque no estaba previsto en el planing, hicimos un hueco para verlo ya que si nos vamos de Oviedo sin haber pasado por él, habría sido imperdonable. Tiempo ya de regresar a Gijón y descansar.

Por fin el día 10, después del desayuno en el hotel, emprendimos viaje de vuelta a Córdoba. Por cierto que al pasar a la altura del Valle de los Caídos, aunque no estaba previsto, nos desviamos para visitarlo. Es impresionante el Monasterio, la Cruz y los alrededores del mismo.

Ha sido un viaje en el que hemos podido conocer la bella tierra asturiana y la idiosincrasia de los asturianos.