COLGAJOS CONJUNTIVALES

Los colgajos conjuntivales se realizan con el objetivo de ser vendajes naturales que ayuden a la correcta cicatrizanción de territorio subyacente por lo que son muy utilizados en el tratamiento de úlceras corneales.

Todos los colgajos conjuntivales consisten en la transposición de una delgada capa de tejido conjuntival hacia la córnea, para cubrir la lesión. Los diferentes tipos de colgajos conjuntivales vascularizados incluyen el colgajo conjuntival total o de 360°, el puente o colgajo bipediculado, el colgajo en caperuza (180°) y el colgajo pediculado. Los colgajos conjuntivales proceden, generalmente, de la conjuntiva bulbar adyacente: sin embargo, también puede usarse la conjuntiva tarsal (colgajos tarsoconjuntivales). Los colgajos de conjuntiva bulbar se mueven con el ojo, por lo que no se aplica ninguna tensión al propio colgajo. Para la realización de cualquier colgajo conjuntival, la zona recepto­ra de la córnea y la úlcera deben estar preparadas de forma adecuada. La zona receptora debe prepararse desbridando la lesión, eliminando todo el epitelio suelto y el tejido corneal desvitalizado. Hay que tener mucho cuidado para no producir una perforación corneal durante este desbridamiento.

Tipos de colgajos conjuntivales

Colgajos conjuntivales totales (360°)

El colgajo conjuntival total (o de 360°) cubre la totalidad de la córnea y está indicado cuando la mayor parte de la córnea está afectada por una lesión

Colgajo conjuntival en puente

El colgajo «en puente» o bipediculado es un colgajo lineal fijado a la con­juntiva en sus dos extremos. Este colgajo está indicado sobre todo en le­siones corneales lineales largas, como las laceraciones que deben cubrirse con un colgajo conjuntival después de ser suturadas. Estos colgajos se comienzan mediante la incisión de la conjuntiva desde el limbo hasta casi 180° tanto adyacente como paralelo a la lesión corneal lineal. El área es socavada extensamente, eliminando el tejido fi­broso inferior. Se realiza una segunda incisión conjuntival paralela y a 5-8 mm de la primera incisión, creando, así, un «puente» de conjuntiva. Éste se desplaza sobre la le­sión y se sutura, en la córnea, alrededor de la lesión. A continuación, el lugar de procedencia del colgajo se cierra mediante aposición de la conjuntiva restante con una sutura. La ventaja de este procedimiento es que proporciona un riego sanguíneo extraordinario a las lesiones lineales largas de la córnea

 

Colgajo conjuntival «en caperuza» (180°)

Este tipo de colgajo se indica en lesiones corneales periféricas. La conjuntiva adyacente a la lesión se incide y se separa del limbo. El colgajo es, entonces, desplazado para cubrirla lesión y se sutura en su lugar.

Colgajo conjuntival pediculado

El colgajo pediculado o rotacional es, probablemente, el más útil y versátil de los colgajos conjuntivales. La base del colgajo pediculado debe dirigirse hacia el área del limbo más próxima a la lesión.

 

Una vez que se determina la localización de la base, se determina un campo de 1,0-1,5 cm temporal a la base; éste será el lugar donde se ini­ciará el colgajo. Se corta una pequeña ranura en la conjuntiva, perpendicular al limbo y, a través de esta ranura, se socava todo el campo del colgajo mediante una disección roma. El tejido fibroso subyacente (cápsula de Tenon) debe separarse de la conjuntiva, de forma que ésta aparezca transparente. A continuación, se realizan dos cortes pa­ralelos para crear una tira de conjuntiva, que se rota para cubrir la lesión corneal. El colgajo se sutura a la córnea. Estas suturas se comienzan por el extremo distal del colgajo y se continúan a intervalos de 1,0-1,5 mm. Para evitar la interrupción del suministro de sangre, no se realizan suturas en la porción del pedículo del colgajo o en la porción proximal de la lesión. El lugar de procedencia del colgajo en la conjuntiva bulbar de­bería cerrarse con una sutura. Los colgajos conjuntivales se adhieren al estroma corneal, pero no al epitelio adyacente que rodea la úlcera. El suministro de sangre puede interrumpirse, cortando la base del colgajo en el limbo, 3-8 semanas después de la colocación del colgajo.  La eliminación del aporte sanguíneo permite que el colgajo remita y disminuya la cicatriz corneal resultante.

Colgajo conjuntival en isla

Un colgajo conjuntival libre o «en isla» es un colgajo conjuntival modificado en el cual el aporte sanguíneo se interrumpe completamente. La zona donante puede encontrarse en la conjuntiva bulbar o tarsal. La conjuntiva se diseca, se escinde del lugar donante y se traslada para cubrir la lesión corneal. La cara epitelial debe permanecer hacia fuera para permitir una fijación adecuada del colgajo a la lesión. El colgajo se revasculariza, habitualmente, en 3-5 días, dependiendo de la cantidad de vasos corneales en las proximidades de la lesión antes de la intervención.

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