Departamento de Literatura Española - Universidad de Córdoba

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Mariposa, no sólo no cobarde,

mas temeraria, fatalmente ciega,

lo que la llama el Fénix aún le niega.

quiere obstinada que a sus alas guarde:

 

pues en su daño arrepentida larde,

del esplendor solicitada, llega

a lo que luce, y ambiciosa entrega

su mal vestida pluma a lo que arde.

 

¡Yace gloriosa en la que dulcemente

huesa le ha prevenido abeja breve,

suma felicidad a yerro sumo!

 

No a mi ambición contrario tan luciente,

menos activo, si cuanto más leve,

cenizas la hará, si abrasa el humo.

Luis de Góngora