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Martes, 28 de Abril de 2015 15:14

La provincia de Córdoba alberga seis de los doce órdenes con los que se clasifican los suelos de todo el planeta

A. M.
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Organizadores del ciclo de conferencias con motivo del Año Internacional de los Suelos, junto al conferenciante Juan Gil Torres (tercero por la izquierda).   Organizadores del ciclo de conferencias con motivo del Año Internacional de los Suelos, junto al conferenciante Juan Gil Torres (tercero por la izquierda).

La alta diversidad supone un importante patrimonio natural, según el profesor de la UCO Juan Gil Torres

Córdoba contiene seis de los doce órdenes con los que la taxonomía de suelos los clasifica en todo el planeta. En cuestiones de suelo, se puede encontrar en la provincia, con una superficie de 13.550 kilómetros cuadrados (el 2,73% del territorio nacional) un importante patrimonio natural: ejemplos de la mitad de los suelos que hay en todo el orbe. Algunas de composiciones están siendo afectadas por la erosión, ha explicado el profesor de la Universidad de Córdoba Juan Gil Torres, en el ciclo de conferencias que la institución académica ha organizado con motivo del Año Internacional de los Suelos.


Gil Torres ha diferenciado cinco regiones en la provincia según las características de los suelos. De noroeste a sureste son: el batolito de Los Pedroches, Sierra Morena, la vega y las terrazas del Guadalquivir, la Campiña Sur Cordobesa y la Cordillera Subbética. Cada una de estas zonas tiene unas características diferenciadas respecto a la contigua. Los Pedroches y Sierra Morena presentan suelos poco profundos y una aptitud forestal, la vega del Guadalquivir y la campiña se componen por suelos profundos y fértiles propicios para la actividad agrícola, la Subbética alberga también suelos profundos y fértiles más orientados a la actividad agroforestal.


En estas cinco zonas diferentes se encuentran seis de los doce taxones efalológicos: leptosoles, regosoles, cambisoles, luvisoles, phaeozems y acrisoles.


La erosión cada vez más intensa en el área mediterránea afectan a los suelos de Córdoba, “que no escapan de este problema”, ha apuntado el profesor titular del Departamento de Química Agrícola y Edafología de la UCO. De esta manera, procesos como la iluaración (esto es, la dispersión de arcilla y la deposición de la misma en alguna zona profunda del perfil del suelo) y la rubefacción (mayor presencia de hierro en el suelo), la hidromorfía (mantenimiento de una capa de agua durante un tiempo determinado) afectan a los terrenos cordobeses. Estos procesos son especialmente intensos en la campiña alta y en la Cordillera Subbética y observables, por ejemplo, en olivares.


El especialista aboga por considerar a los suelos “como parte de la biodiversidad” con el fin de proteger tanto el patrimonio natural que suponen como la fertilidad de los mismos de la erosión. En este sentido, Gil Torres ha recordado una cita del edafólogo Ramón Folch, que señaló en 1994 que “pocos problemas resultan menos reversibles a corto, medio y largo plazo que la depuración de la interfase edáfica” y consideraba el espacio que albergan los suelos, entre la roca madre y la superficie, “esa fina pincelada que cuelga entre dos mundos, el umbral de la vida en el dintel geológico”.