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Miércoles, 26 de Abril de 2017 09:38

Nueva agricultura: Agricultura y Cambio Climático

G.C.
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Portada del suplemento sobre agricultura y cambio climático Portada del suplemento sobre agricultura y cambio climático

La revista “Vida Rural”, única publicación que aborda desde una línea técnico-divulgativa todo lo relacionado con la producción agrícola y considerada por el sector revista de referencia, ha publicado un suplemento que reúne 10 artículos publicados por el catedrático de Agronomía en la Universidad de Córdoba, Luis Lopez Bellido, en 2016, donde se expone la situación actual del conocimiento sobre la compleja interacción entre el cambio climático y la agricultura. Se analizan las estrategias, tanto para su adaptación ante un posible nuevo escenario como del importante papel que puede desempeñar esta actividad económica en la mitigación de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.

El documento se estructura en los siguientes apartados: Influencia de la agricultura en el cambio climático, Impacto del cambio climático en la agricultura, Influencia del cambio climático en los suelos agrícolas, Estrategias de adaptación de los cultivos al cambio climático, El papel de la agricultura en las estrategias de mitigación del cambio climático, Regadío y cambio climático, Biodiversidad, recursos genéticos y cambio climático, Mejora genética, biotecnología y cambio climático, Efecto del cambio climático en las plagas y enfermedades y Efecto del cambio climático en las malas hierbas y los herbicidas.

López-Bellido sostiene que el cambio climático global es un hecho científicamente constatado, aunque sus efectos sobre los ecosistemas y las diferentes actividades humanas son aún inciertos a escala regional y local; lo cual está creando fuertes controversias tanto a nivel científico como en la opinión pública. Resulta también evidente que, al menos en parte, la acción humana es responsable de esta alteración del clima, producida por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. Habitualmente se atribuye el inicio de dicho cambio a la revolución industrial y el uso generalizado de la energía fósil, que ha incrementando drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, desde la aparición de la agricultura, hace 10.000 años, el hombre está alterando el medioambiente, y posiblemente modificando el clima, aunque con una finalidad tan necesaria como es la de producir alimentos y dar de comer a la especie humana.

La agricultura tiene la peculiaridad de verse fuertemente afectada por el cambio climático debido a que es una actividad que depende en gran medida de las condiciones ambientales. Sin embargo, presenta otra singularidad: es el único sector, junto al forestal, que a través de la fotosíntesis puede secuestrar dióxido de carbono de la atmosfera y retenerlo en formas más o menos estables (biomasa y materia orgánica del suelo). Por este motivo, la agricultura debe desempeñar un papel primordial en todas las políticas ambientales y de lucha contra el cambio climático.

Según López-Bellido la presión demográfica, el cambio tecnológico, las políticas agrícolas y el crecimiento económico han sido los principales factores de los cambios que se han producido durante las últimas décadas en el sector de la agricultura. Esto ha supuesto globalmente un fuerte ritmo de aumento de la producción y demanda en un mundo más poblado, incrementándose el promedio mundial de calorías per cápita diario, aunque con notables excepciones regionales. Se estima que la agricultura genera del 10-12% de las emisiones antropogénicas de los gases de efecto invernadero (GEI) y cabe esperar éstas aumenten en las próximas décadas debido a la demanda creciente de alimentos y a los cambios en la dieta. No obstante, la agricultura tiene un importante papel que desempeñar frente al cambio climático, mitigando sus causas y adaptándose a su inevitable impacto. La agricultura puede contribuir a la mitigación minimizando las emisiones de GEI, secuestrando C atmosférico y produciendo biocombustible. El sector agrícola tiene un reto significativo: incrementar la producción global con el propósito de proporcionar seguridad alimentaria a 9 mil millones de personas para mediados del siglo XXI, mientras protege también el medio ambiente y mejora la función global de los ecosistemas.

Por otro lado, López-Bellido afirma que existe una preocupación importante respecto al impacto potencial del cambio climático sobre la capacidad de los sistemas agrícolas, que incluyen los recursos de suelo y agua para suministrar alimentos a hombres y animales, producir fibra y combustibles y el mantenimiento de los servicios que proporcionan los ecosistemas. Los impactos del cambio climático sobre la agricultura, a medio y largo plazo, son con frecuencia difíciles de analizar separadamente de las influencias no climáticas relacionadas con la gestión de los recursos. Sin embargo, hay una evidencia creciente que procesos tales como las variaciones fenológicas, las modificaciones de duración de la estación de crecimiento y los cambios de cultivo pueden estar relacionados con el cambio climático. Existe también un aumento de las catástrofes debido a la frecuencia cada vez mayor de algunos eventos extremos, los cuales pueden ser atribuidos al cambio climático. También el impacto económico del cambio climático sobre la agricultura es muy difícil de determinar, debido a los efectos que tienen las políticas y los mercados y el continuo desarrollo tecnológico en las técnicas agrícolas aunque hay evidencias de una mayor vulnerabilidad económica de los sistemas agrícolas.

El cambio climático presenta un gran reto para el manejo sostenible del suelo. Los suelos agrícolas son importantes sumideros de C, con un gran potencial para mitigar el cambio climático. También la biodiversidad del suelo juega un papel importante en los ciclos de C del suelo. El mejor entendimiento y manejo de los suelos representa un gran potencial para lograr su conservación e importantes beneficios: mitigar el cambio climático, evitar su degradación, mejorar la retención de agua e incrementar la productividad. Las prácticas de conservación serán decisivas y deben ser usadas como estrategia para la adaptación a los impactos del cambio climático sobre el recurso del suelo. Entre las estrategias claves figuran el uso del laboreo de conservación, las rotaciones de cultivo y el manejo de los residuos de cultivo, el manejo del pastoreo intensivo del ganado, la mejora del manejo de los sistemas de riego y el uso de tecnologías de agricultura de precisión. El mantenimiento y posible incremento de las cantidades de C orgánico secuestrado por el suelo puede ser crítico para la futura adaptación al cambio climático.

López-Bellido resalta que para valorar realmente el papel que la agricultura juega en la reducción de CO2 atmosférico es necesario conocer cuánto CO2 de la atmósfera puede capturar la agricultura y cuánto tiempo éste puede permanecer secuestrado sin que retorne a ella. Ambas cuestiones hacen referencia, respectivamente, a la cantidad y a la calidad del secuestro de C. No sólo importa cuanto CO2 se elimina de la atmósfera sino cuanto tiempo permanece estabilizado sin volver a remitirlo, y de nuevo pasar a formar parte del problema; en este sentido la agricultura no se diferencia mucho del papel que desempeña un bosque. Sin embargo, en los sistemas agrícolas, parte del CO2 que fijan los cultivos queda almacenado en el suelo gracias a sus raíces y residuos, comportándose en este caso como un sumidero a largo plazo.

El autor es doctor ingeniero agrónomo, y desde 1980 es catedrático de Agronomía en la Universidad de Córdoba (España). Ha desarrollado una intensa labor investigadora en los agroecosistemas mediterráneos, con especial énfasis en la experimentación de campo de larga duración, estudiando la influencia de las prácticas agronómicas en la sostenibilidad de la producción y el secuestro de carbono. Centrándose, en concreto, en los sistemas de laboreo, rotaciones de cultivo, especialmente con leguminosas, y la eficiencia en el uso del nitrógeno. Ha publicado numerosos libros y artículos científicos y técnicos sobre estas materias.