Jueves, 29 de Julio de 2004 16:26

Corduba 04.Lucena. La ampliación de la UE no atrae la inversión española y supone un peligro para sectores como el mueble o la agroalimentación.

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Los lugares hacia los que se encaminan buena parte de las relaciones comerciales de España y sus diferentes zonas geográficas como consecuencia de la ampliación de la UE han sido objeto de análisis en los Seminarios Lucena 04 dentro del curso "La internacionalización de la economía española: el reto de la ampliación de la Unión Europea hacia países del Este" en el que su directora, Marta Muñoz, Doctora de Ciencias Económicas y Empresariales y profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén, ha concluido que la adhesión de los países del Centro y Este de Europa supone un nuevo marco competitivo en el que se han de desenvolver las empresas y una importante apertura del mercado internacional que, sin embargo, no ha terminado de atraer la atención de la inversión española. "Parece ser que la lejanía geográfica y cultural se ha convertido en una barrera costosa de sobrepasar que obstaculiza las relaciones comerciales con esas zonas", manifestó la ponente.

Muñoz ha explicado que la mayor parte de los empresarios andaluces y españoles ponen sus ojos en los mercados latinoamericanos como primera opción y no han variado su rumbo pese a los cambios en la UE. Asimismo, ha apuntado a Alemania como uno de los países a los que intentar restar parte de la cuota de mercado que posee en la zona centro y este europea con la que sus relaciones son intensas. Finalmente, también ha hecho mención del Plan Específico que ha puesto en marcha el Gobierno español para incentivar las exportaciones, inversiones y todo tipo de operaciones hacia estas zonas, pero se trata de esfuerzos que, por ahora, se pueden considerar prácticamente vanos.

Según la profesora, que ha profundizado en los factores que determinan el tipo y volumen de comercio exterior de cada país, aún no se han producido importantes efectos dentro del panorama nacional respecto a la entrada de estos nuevos estados; ni positivos, ni negativos. Respecto a estos últimos destaca el peligro que se cierne sobre las pequeñas y medianas empresas (pymes), ya que los nuevos miembros de la Unión Europea cuentan con mano de obra más barata y, por ende, con un alto nivel de competitividad en relación a países como España.

En concreto, la doctora ha alertado sobre las denominadas actividades tradicionales de contenido tecnológico bajo, ámbito en el que los nuevos socios comunitarios pueden competir y atraer la atención de propietarios y firmas asociadas para producir desde sus territorios. Es el caso del mueble -y la madera en general-, la industria del papel o el sector agroalimentario; tres opciones que en ellos también se practican y donde van a plantear una feroz competencia. La solución, para Muñoz, está muy clara: la especialización. "Centrarse en una parcela determinada del negocio o en una parte concreta de la actividad puede ser la clave del éxito para sobrevivir holgadamente ante estos nuevos participantes en el juego económico ".

Todo ello, en cualquier caso, tiene una lectura positiva, pues, en opinión de la directora del curso, estas nuevas circunstancias y la problemática que acarrean no son más que el resultado de que el país se está desarrollando económica y socialmente; y aunque aparezcan nuevos agentes en el panorama de las pymes éstas han de saber jugar sus bazas para ganar la partida ya que, recuerda Marta Muñoz, todas estas actividades no son más que "grandes oportunidades para nuestro sistema financiero".