El próximo sábado, 15 de junio, a las 13 horas, en la Sala Mudéjar del Rectorado, tendrá lugar la presentación del libro "La lucha contra el hambre" del ex ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En el acto intervendrán además del autor, el vicerrector de Coordinación, Estudiantes y Cultura, Manuel Torres y José Esquinas, director de la Cátedra de Estudios sobre Hambre y Pobreza de la Universidad de Córdoba.

Publicado en Rectorado

 

Concienciar de la importancia actual y futura de los cultivos infrautilizados, los llamados “cultivos de los pobres”, para combatir el hambre y la pobreza en el mundo y garantizar la seguridad alimentaria es el objetivo fundamental del Seminario Internacional “Cultivos del pasado y nuevos cultivos para afrontar los retos del siglo XXI”, organizado de forma conjunta por varias instituciones nacionales e internacionales y coordinado por la Cátedra de Estudios sobre Hambre y Pobreza (CEHAP) de la Universidad de Córdoba.

Del 10 al 13 de diciembre, en el Palacio de la Merced  y coorganizado por la Diputación y la Universidad de Córdoba a través de la Cátedra de Estudios sobre el Hambre y la Pobreza, tendrá lugar un Seminario Internacional bajo el título " Cultivos del Pasado y Nuevos Cultivos para afrontar los Retos del Siglo XXI"

Las especies olvidadas e infrautilizadas (NUS, por su sigla en inglés), también conocidas como "los cultivos de los pobres", desempeñan un papel crucial en la lucha contra el hambre hoy y lo seguirán haciendo en el futuro, especialmente en las partes más pobres y marginadas del mundo. Aunque cada vez más se reconoce su valor como recursos clave para el desarrollo agrícola y rural, los esfuerzos para promover el interés y la investigación sobre los mismos son escasos. Como reconocimiento al creciente valor de las NUS, las Naciones Unidas han designado 2013 como el Año Internacional de la Quinua.

Según la FAO se han identificado unas 30.000 especies vegetales comestibles de las cuales más de 7.000 han sido utilizadas en la historia de la humanidad para satisfacer las necesidades humanas básicas como comida, ropa, fibras, medicinas, materiales de construcción y combustible. En la actualidad, no más de 150 especies son cultivadas comercialmente, de las cuales 30 constituyen el 90% del aporte calórico a la dieta humana y solo tres (arroz, trigo, maíz) representan más de la mitad de esa contribución calórica.

Esta reducción en el número de cultivos utilizados ha sido en parte el resultado de encuentros y desencuentros entre civilizaciones que a menudo han llevado a la sobreposición cultural de ciertas especies, un fenómeno que algunos definen como "colonización nutritiva". La mayoría de los cultivos tradicionales ha sido ignorada por la investigación y los programas de mejora genética, por lo que tiene un gran potencial para aumentar su rendimiento.

Afortunadamente, muchas NUS aún no se han perdido y son la base de los sistemas alimentarios locales de muchas zonas del mundo. Estos cultivos están adaptados a las condiciones agroecológicas de las áreas en las que todavía existen, y tienen fuertes lazos culturales con las comunidades que los ofertan y los utilizan. Cultivos como la quinua, cañihua, oca, tarwi o arracacha siguen satisfaciendo hoy una parte importante de la alimentación de las comunidades indígenas de la región andina.

Por otro lado, el proceso de globalización junto con los impredecibles cambios ambientales actuales aumenta la interdependencia de los países en cuanto a los cultivos y sus recursos genéticos. Eso ofrece más oportunidades a los cultivos infrautilizados. De hecho, es previsible que en ciertos países los cambios climáticos alteren la agroecología y en consecuencia la productividad de cultivos alimenticios importantes y que éstos deban ser reemplazados por otros más adaptados a las nuevas condiciones. Tan importante como su valor de sustitución es su potencial para conseguir una mayor diversificación de cultivos que permita aumentar la resiliencia y por tanto amortiguar los efectos negativos de la variabilidad climática.

En la actualidad, el 70 % del hambre y la pobreza se concentra en las zonas rurales de los países en desarrollo, razón por la cual el Banco Mundial ha reconocido que la inversión en agricultura es dos veces más eficaz en la lucha contra el hambre que la inversión en cualquier otro sector. A pesar de ello, la proporción de ayuda oficial al desarrollo (AOD) del sector agrícola ha caído del 16% en 1986 a menos del 5% en la actualidad, mientras que, por primera vez en la historia, el número de hambrientos ha superado los mil millones. La comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas, ha reconocido la necesidad de aumentar la inversión en el sector agrícola, enfatizando el apoyo al uso de la biodiversidad y a los pequeños agricultores, para quienes los cultivos infrautilizados tienen un significado especial.

En las últimas décadas las nuevas demandas del consumidor han aumentado las oportunidades de mercado para especies infrautilizadas tanto a nivel doméstico como internacional. Esto ha supuesto la revalorización de algunas especies, lo que ha demostrado su potencial cuando existen políticas de apoyo e inversiones adecuadas. Por esta razón, muchas especies que estaban marginadas hace 20 años tienen ahora un papel destacado en el mercado; por ejemplo la quinua ( Chenopodium quinoa ), la granada ( Punica granatum ), la maca ( Lepidium meyenii ) y la rúcula ( Eruca sativa ).

Por último, las necesidades de la sociedad actual y una mayor capacidad tecnológica están llevando a la domesticación y el uso de un número creciente de plantas silvestres, transformándolas en nuevos cultivos conocidos como promisorios, tanto para ser utilizados para la alimentación, como para usos medicinales y para la obtención de bio-energía.

Aunque los cultivos y especies infrautilizados son vitales para la supervivencia de las comunidades rurales pobres, la información disponible acerca de su producción, gestión y uso es escasa, lo que limita los esfuerzos para su mejora. Por tanto, es esencial que en el sector agrícola, las entidades no gubernamentales, las agencias de financiación y los centros de investigación y desarrollo compartan, en la medida de lo posible, prioridades y objetivos al respecto.

Por todo lo anterior, varias instituciones internacionales y españolas decidieron organizar conjuntamente el Seminario Internacional “Cultivos para el Siglo XXI”. Las instituciones organizadoras redactarán un documento de conclusiones y recomendaciones recogiendo las ideas e iniciativas más importantes surgidas en el Seminario. Ese documento podría adoptar la forma de una Declaración.

 Este será el cuarto de una serie de seminarios internacionales organizados por España específicamente para fomentar la lucha contra el hambre y la pobreza. Hasta ahora todos han tenido un fuerte impacto internacional, influyendo en el establecimiento de prioridades y desarrollo de políticas. Por ejemplo, el documento final del Seminario celebrado en 2010 fue discutido como documento de trabajo en la Asamblea General en Nueva York.

Más información e inscripciones en

http://www.cultivosparaelsigloxxi.com

José Esquinas recogió ayer el galardón en Madrid en el foro organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en España

El director de la Cátedra de Estudios para el Hambre y la Pobreza de la Universidad de Córdoba vinculada al Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación ceiA3, José Esquinas, recibió ayer en Madrid el Premio FAO 2012 a la trayectoria personal de manos de la Reina Doña Sofía.

Según recoge el acta del jurado, Esquinas fue premiado “por su dedicación de toda una vida a la construcción de un mundo sin hambre”

 

El Palacio de la Merced, sede de la Diputación de Córdoba, acogerá del 13 al 15 de septiembre el Seminario Internacional sobre Biodiversidad Agrícola en la Lucha contra el Hambre y frente a los Cambios Climáticos, convocado en el contexto del Año Internacional de la Biodiversidad y como contribución a las conmemoraciones del Día Mundial de la Alimentación.

En este encuentro estarán presentes, junto a la institución provincial, el Ayuntamiento de Córdoba, Bioversity Internacional, la Cátedra de Estudios sobre Hambre y Pobreza (CEHAP) de la Universidad, Convenio de Diversidad Biológica, FAO, el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y el Tratado Internacional de Recursos Filogenéticos para la Agricultura y la Alimentación.