Page 9 - GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR. 2021.
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR:
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
Todas las tecnologías a lo largo de la historia han potenciado y limitado al mis- mo tiempo la capacidad humana de decidir. Teniendo esto en cuenta, la cuestión que debemos dilucidar es si estamos frente a un tipo de dispositivos realmente disruptivos o que solo se inscriben en la lógica evolutiva e incremental del progreso tecnológico. ¿Son más certeros a este respecto los planteamien- tos que podríamos llamar “rupturistas” (ya sea porque fomentan grandes expectativas o anuncian graves amenazas) que el juicio de quienes hablan más bien en términos de continuidad y sitúan la clave en el uso que se haga de la inteligencia artificial? La retórica sobre la inteligencia artificial es muy mesiáni- ca y muy paranoica. Las tesis de la Inteligen- cia Artificial General y la Singularity no dejan de alimentar expectativas que parecen des- mesuradas. Para otros, como Hawking, nos encontramos ante “the worst event in the his- tory of our civilization” (Molina 2017) y la libe- ral democracy might become obsolete over the coming century (Harari 2018). Unos con- ciben la inteligencia artificial como una ame- naza e incluso como el final de la democracia (Hofstetter 2016; O’Neill 2017), mientras que otras voces subrayan sus potenciales demo- cráticos (Helbing 2019; Ennals 1987).
En términos generales se puede adver- tir que en poco tiempo hemos pasado del ciberentusiasmo a la tecnopreocupación; en vez de entender las nuevas tecnologías como fuentes de capacitación, cada vez las consideramos más como artefactos para el desempoderamiento. El número se septiem- bre de 2018 de la MIT Technology Review fue dedicado a la cuestión de si la tecnología estaba amenazando a nuestra democracia y The Economist del 18 de diciembre de 2019 hablaba de un “aithoritarianism” que podría destruir las instituciones democráticas. Hay una cierta revuelta popular contra la tecno- logía: pensemos en las protestas anti-Uber, en la preocupación por los accidentes de los coches automatizados, en la desconfianza frente a los transgénicos y las vacunas o en las sospechas sindicales frente a la roboti- zación del trabajo. La Red, que fue saludada como impulsora de la democratización, es vista ahora como un espacio de intromisión, ya sea en el ámbito de la privacidad o en los procesos electorales. Cuanto más gran- des son los big data, más pequeños parecen los ámbitos en los que mantenemos nuestra capacidad autónoma de decisión. Internet fue recibida en un comienzo como tecnolo- gía genuínamente democrática, mientras que ahora es percibida como una amenaza. Con la inteligencia artificial bien podría estar ocurriendo lo contrario: que sea vista funda- mentalmente como una amenaza, como una tecnología que impide la libre votación, con- solida las desigualdades y en última instancia está en contradicción con nuestra capacidad democrática de decidir. No ayuda mucho a clarificar este debate limitarse a señalar que tiene efectos positivos y negativos (Ceron / Curini / Iacus (2017). Tampoco aporta mucho al avance del conocimiento sobre este asunto banalizar los riesgos con la cómoda distin- ción entre la tecnología y el uso que pueda hacerse de ella; debemos preguntarnos por la naturaleza y las potencialidades de la inte- ligencia artificial itself en relación con la orga- nización democrática de la sociedad.
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