La vida del autor
En la liga de Francia las
armas
siempre truje,
por la muerte de un
grande
a
pobre
me
reduje,
retiréme a
enseñar
los niños con escuela
y después volví en Francia, mas Fortuna, que vuela,
me persiguió otra vez, pues por la muerte de
otro
quedé mucho más
pobre,
despedazado y
roto.
Por su mandado vine, oh Fortuna diversa,
pues por su muerte acerba te me mostraste adversa.
Y después, no sabiendo lo que de mí sería,
me vine aquí a Ruan por una fantasía,
do he
enseñado
a muchos la lengua de Castilla
y me entretengo entre ellos por grande maravilla,
porque, sin renta alguna mi
mercancía,
tratar
vivo de lo que cada uno se sirve de me dar.
Sírvolos muy contento sin desear más bienes,
y ellos tiran de mí mi lengua por rehenes.
Entretanto he
compuesto
tres libros en dos lenguas,
y este Espejo es el cuarto. Dios me saque de
menguas
por medio de un mancebo
monarca
generoso,
al cual tengo por cierto que reinará en reposo
muchos y largos días, según nuestro deseo,
pues que ya por su reino ha hecho un rico empleo,
y que él, la reina y pueblos con gran prosperidad
supliquémosle todos al Dios de la verdad
que en paz, salud y bien con toda quietud
pueda reinar alegre hasta la senetud.