Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Fernando de Herrera, que llamaron el Divino”
Autor del texto editado:
Caro, Rodrigo (1573-1647)
Título de la obra:
Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla
Autor de la obra:
Caro, Rodrigo (1573-1647) Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla Caro, Rodrigo (1573-1647)
Edición:
ms. c. 1647









FERNANDO DE HERRERA,

que llamaron el Divino


Fue Fernando de Herrera tan conocido en Sevilla, su patria, y su memoria aún está tan permanente, que, si alguien leyere esto que aquí escribo, podrá ser me culpe de que anduve corto en la relación de su ingenio y letras. Pero yo diré lo que entiendo, sin encarecimientos vanos, porque le conocí, aunque no le hablé, por ser yo muchacho cuando él era ya viejo; mas me acuerdo de lo que publicaba su fama.

Supo la lengua latina muy bien e hizo en ella muchos epigramas llenos de arte, pensamientos y modos de hablar escogidos de los mayores escritores antiguos. De la lengua griega tuvo mediana noticia. En las lenguas vulgares leyó los mejores autores, habiéndolas estudiado con cuidado; y todo esto hizo al mayor conocimiento de la lengua castellana, notando los modos de decir que tenían o novedad o grandeza.

De lo que escribió en prosa se reconoce haberlo escrito con gran cuidado, porque es de lo mejor que hay en nuestra lengua. En lo que escribió en verso, a que más le llamaba su genio, los que pueden conocer mejor este género, hallan que sus versos castellanos son cultos, llenos de luces y colores poéticos, tienen nervios y fuerza, y esto no sin venustidad y hermosura. Bien es verdad que lo que escribió, que no fue poco, por no ser vulgar ni común, es poco apetecido de los que sienten con el vulgo, que no pueden juzgar lo recóndito de su erudición. Tuvo grande excelencia en la escogencia de las voces y epítetos más ilustres, escondiendo en todo el arte e imitación de los mayores poetas.

Naturalmente era grave y severo, y esto mismo trasladó a sus versos. Comunicaba con pocos, siempre retirado o en su estudio o con algún amigo de quien él se fiaba y con quien explicaba sus cuidados. No sé si por esto o por lo aventajado de sus poesías le llamaban el Divino Herrera; y así dijo un satirógrafo de aquellos tiempos:

Esto hace que valga tan de balde
el millar de las rimas y sonetos
que el Divino Herrera escribe en balde.


Mientras él vivió no imprimió sus poesías. Hízolo Francisco Pacheco, célebre pintor en esta ciudad, cuya oficina era academia ordinaria de los más cultos ingenios de Sevilla y forasteros. Fuele muy aficionado a todas sus obras, alabándolas con encarecimiento, y las buscó con mucho cuidado y dio a la estampa debajo del amparo del conde de Olivares, valido de Felipe IV.

Las obras de prosa que escribió son de lo mejor que anda en nuestra lengua, que fueron La vida y martirio de Tomás Moro, presidente del Parlamento de Inglaterra en tiempo del desdichado Enrique VIII, principio y patrocinador de la cisma de aquel reino; La batalla naval contra el turco en Lepanto: y, por haber sido la primera relación estudio de pocas horas, la escribió segunda vez con más cuidado. Escribió notas a Garcilaso, en que descubrió su mucha lección, así de poetas griegos y latinos como de italianos y otras lenguas vulgares; y esta dio a la estampa viviendo. Trabajó una Historia general de España hasta la edad del Emperador Carlos V, la cual tuvo acabada por los años de 1590, y esta le pidió o la guardó algún curioso para honrar ajeno nombre.

Supo Fernando de Herrera la filosofía muy bien; estudió las matemáticas, la geografía antigua y moderna exactamente; tuvo muchos y selectos libros. Las medras de todo esto fue solo un beneficio en la iglesia parroquial de San Andrés de esta ciudad. Pero en esta corta fortuna tuvo y tendrá muchos compañeros, porque la virtud todos la alaban, pero pocos la buscan y menos la premian.

Su muy aficionado Francisco Pacheco, entre muchos retratos que hizo de personas insignes, hizo uno de Fernando de Herrera y me pidió le hiciese un epigrama latino. Hice el siguiente:

Vivis et a tumulo superis datur ora tueri
Fernande? An fallax ludit imago? Quid est?
Subductum morti video, et iuvat usque morari.
Elysium Felix nam tenet umbra nemus
Post manes tumulumque manes et, funeris expers, 5
Vivis ab efigie, vivis ab ingenio.






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera