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De Fernando Bermúdez Carvajal
Ya con celoso desdén
mira Arcadia sus pastores,
Vega,
trasponer
tus flores
a los campos de
Belén.
Mas es consuelo también, [5]
cuando de sí más presuma,
que en esta divina suma
(primicias del bien secreto)
aventajaste el
sujeto,
que era
imposible
la
pluma.
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