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Soneto a la fama de Lope de Vega y a su Peregrino, por fray Onofre de Requesenes de la Orden de Predicadores, doctor en Teología, lector de artes, del convento de Santa Caterina, mártir, de Barcelona
Siendo en amar un español Leandro,
y en voz y
canto
un milagroso Orfeo,
en desdichas sin fin un Prometeo,
y en discreción un sabio Periandro,
en retratar un célebre Agesandro, [5]
y en luchar con la envidia un fuerte Anteo,
en manos para versos Briareo,
y en inventivas trazas un Terprando;
con razón grave, Lope, el peregrino
la fama dice sois, y no se engaña, [10]
del mundo a quien hinchís como divino;
que pues no hallan nación consigo estraña
vuestras
obras
por quien sois peregrino,
el peregrino sois de nuestra
España.