Título del texto editado:
Noticia de los poetas castellanos que componen el Parnaso español. Tomo III. [Biografía de] Cristóbal Suárez de Figueroa
Cristóbal Suárez de Figueroa nació en la ciudad de Valladolid y floreció a principios del siglo XVII. Su
estudio
principal fue el Derecho, y llegó a ser doctor en esa facultad, aunque dedicado igualmente a la amenidad de las buenas letras y poesía, acreditó su
ingenio
en varios
tratados
curiosos y
traducciones
de las lenguas vulgares tanto en prosa como en verso. Sus
poesías
por lo común fueron amatorias, y aunque esta sea la especie menos útil, tienen las calidades de la poesía de estilo, esto es, mucha
dulzura,
naturalidad, hermosa y limpia frase, y decoro de las personas, que todas se hallan únicamente en el libro de
La constante Amarilis,
invención
pastoril
al modo de la
Diana
de Montemayor, que
imprimió
en
Valencia
en 1609, y se
tradujo
y publicó en francés por N. Lancelot en 1614. Obra de mucho
ingenio
y dulcísimo estilo y cuya especie se había hecho moda o
costumbre
en aquellos tiempos, por lo cual abunda nuestra lengua en tantos libros de esta clase de
novelas
pastoriles en verso y prosa, no menos apreciable esta en nuestro autor que sus versos. Pero la más
famosa
y acreditada que compuso fue la
traducción
de
El pastor Fido,
tragicomedia pastoral de Bautista Guarini, la que se atreve a
competir
con la del
Aminta
del
Tasso
por
Jáuregui,
y es una de las mejores que del idioma italiano tiene la lengua castellana. Las demás obras de que se le conoce por autor son estas:
Espejo de la juventud;
España defendida,
poema
heroico;
Hechos de don García Hurtado de Mendoza, cuarto marqués de Cañete; Historia y anual relación de las cosas que hicieron los padres de la Compañía en el Oriente por los años de 1607 y 1608; El pasajero, advertencias utilísimas a la vida humana; Varias noticias importantes a la humana comunicación; Obras espirituales de la madre Bautista de Génova; Plaza universal de todas las ciencias y artes.
Ignórase los demás hechos de su vida y de su muerte. Miguel de Cervantes, en su
Viaje del Parnaso,
le menciona en estos términos:
Figueroa es estotro, el
doctorado,
que cantó de Amarili la constancia
en
dulce
prosa y verso regalado.