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Título del texto editado:
Síguese la vida de micer Francisco Petrarca, compuesta por el susodicho micer Leonardo
Autor del texto editado:
Bruni, Leonardo (1369-1444). Traductor anónimo
Título de la obra:
Vida de Aristóteles [ff. 1-24v]. Vidas de Dante e de Petrarca, Leonardo Aretino [ff. 25-62]. Comparación de Gayo Julio César e de Alexandre por Pedro Cándido [ff. 62v-90v]. Tractado de los oficios e oficiales de Roma compuesto muy homillement por David, famoso e sotil doctor en utroque jure [ff. 90v 114v]
Autor de la obra:
Bruni, Leonardo (1369-1444). Traductor anónimo
Edición:
1458 a.


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Síguese la vida de micer Francisco Petrarca, compuesta por el susodicho micer Leonardo.


Francisco Petrarca, omne de grande ingenio, nació en Arejo, en el Burgo del Huerto. El su nacimiento fue en el año de mil et trecientos et cuatro, a treinta días de julio, poco antes que el sol saliese.

Su padre hobo nombre Petrarca, su abuelo hobo nombre Parenzo, el su linaje de Bancisa. Petrarco, su padre, moró en Florencia et obró asaz en la república que muchas veces fue enviado embajador de la cibdat en muy graves casos, et muchas veces, con otras comisiones. Obró altamente en grandes fechos. E fue un tiempo escribano en palacio, deputado sobre las reformaciones. Et fue omne valiente por juicio et discreción et activo et asaz prudente, el cual, en aquel peligro et trabajos de los cibdadinos de Florencia, cuando vino la división et bandos entre los negros et los blancos, fue reputado sentir con la parte blanca, et por esta ocasión fue lanzado de Florencia de consuno con los otros. Por lo cual, reducido a Arejo, fizo allí su estada ayudando a su parte et a su seta virilmente, en cuanto le bastó la esperanza de deber tornar a Florencia; et después, falleciéndole la tal esperanza, partió de Arejo et fuese a corte de Roma, la cual, en aquel tiempo, era nuevamente pasada en Aviñón. Et fizo bien su vida et su tractar en corte, et con asaz honor et ganancia. E allí crió sus fijos fasta ser mancebos, de los cuales el uno fue llamado Gerardo et el otro fue llamado Francisco. Este es aquel que después fue llamado Petrarca, según diremos en el proceso de la vida suya.

Así que este Petrarca, criado en Aviñión, en punto que vino cresciendo se vido et se conoció en él gravedat de costumbres et alteza de ingenio, et fue muy bello de su persona, e su fermosura bastó por todo el tiempo de su vida. Después que hobo aprendido Gramática et fue salido de aquellos primeros estudios pueriles, diose por mandamiento del padre al estudio de las Leyes et del Derecho Civil, en el cual estudio perseveró por algún año. Mas la natura suya, la cual a más altas cosas era elevada et tirada, estimando en poco las Leyes et los litigios et pleitos, reputando aquello ser muy baja materia para el su ingenio, dábase et referíase escondidamente en todo su estudio a Tulio, a Virgilio, a Séneca, a Lactancio et a los otros filósofos et poetas et históricos. E así mesmo él, como era pronto et puesto a decir en versos, pronto a decir en prosa, pronto a sonetos et canciones morales, gentil ornado et apuesto en todo su decir, despreciaba tanto las leyes et las enojosas et gruesas comentaciones de las glosas de ellas, a que si la reverencia del padre non lo hobiese tenido, non solamente él non fuera en pos de las leyes et del estudio de ellas, mas, si las mismas leyes fueran en pos de él, él non las hobiera aceptado.

Después de la muerte del padre, devenido él en su libre poderío, súbito se dio a aquellos estudios abiertamente, de los cuales había seído de primero ascondidamente discípulo por temor del padre, et súbito comenzó a volar su fama et ser llamado non Francisco Petrarco, mas Francisco Petrarca, ampliándose el su nombre por reverencia de las virtudes suyas. E hobo tanta gracia de intelecto. Aquel fue el primero que revocó et trajo a luz de conición aquestos altos estudios que luengamente habían estado anublados, ciegos et non sabidos, los cuales han sobido después en la presente alteza, de la cual cosa, a fin que mejor se entienda, faciéndome faz atrás, quiero recordar con breve discurso.

La lengua latina et toda su perfección et grandeza floreció muy alta et grandemente en el tiempo de Tulio, ca de primero había seído non polida nin limada nin sutil, mas saliendo poco a poco a su perfección vino en el tiempo de Tulio en el más alto colmo et alteza. E después de la edad de Tulio, comenzó a caer et descender así como fasta en aquel tiempo había sobido, et non pasaron después muchos años que ella había recebido muy grande desflazo et diminución en sí mesma.

E puedese decir que las letras et los estudios de la lengua latina anduvieron egualmente con los estudios de la república de Roma, ca fasta la edad de Tulio hobo acrecentamiento et después, perdida la libertad del pueblo romano por la señoría de los emperadores, los cuales jamás non cesaron de matar et de desfacer los omnes de precio, peresció, de consuno con el buen estado de la cibdat de Roma, la buena desposición de los estudios et lengua latina.

Octaviano, que fue el menos malo emperador, fizo matar millares de cibdadinos romanos. Tiberio et Galícola et Claudio et Nerón non dejaron ende persona que hobiese vista de omne, e después siguiéronse Galba et Octón et Vitelio, los cuales en pocos meses se desficieron el uno al otro. Después de aquestos non fueron más emperadores de la sangre romana, por cuanto la cibdat et la tierra era así amenguada et abatida de los precedientes emperadores a que non había quedado persona alguna que de precio fuese. Vesspasiano, el cual fue emperador después de Vitelio, fue de aquellos de Rieto, et así mesmo Tito et Domiciano sus fijos. Nerva emperador fue de Narne; Trajano, que fue adoptivo de Nerva, fue de España; Severo fue de África; Alexandre fue de Asia; Probo de Hungría; Diocleciano de Esclavonia; Constantino fue de Anglaterra. Esto de los emperadores es aquí por mí recordado solamente por mostrar que así como la cibdat de Roma fue amenguada et abatida por los emperadores perversos et tiranos, así los estudios et las letras latinas rescibieron semejante caída et diminución, tanto que por extremo casi non se fallaba quien sopiese las letras latinas con alguna gentileza.

Et sobrevinieron en Italia los godos et los lombardos, naciones bárbaras et estrañas, los cuales, de fecho, destruyeron casi toda cognición de la lengua latina, según que parece en los instrumentos en aquel tiempo otorgados et fechos, ca non podría en el mundo ser cosa más material nin más gruesa nin más ruda que ellos son.

Recobrada después la libertad del pueblo itálico por expulsión de los lombardos, los cuales habían tenido ocupada a Italia por espacio de doscientos cuatro años, las cibdades de Toscana et las otras comenzaron de reaverse et trabajarse et dar obra acerca de los estudios et aliviar algún tanto el grueso estilo. E así, poco a poco, vinieron recobrando vigor et fuerza, mas mucho delgadamente et sin verdadero juicio de gentileza alguna, por manera que fasta el tiempo de Dante pocos sabían el estilo latino, et aquellos pocos lo sabían asaz mal, como dejimos en la vida de Dante.

Francisco Petrarca fue el primero el cual hobo tanta gracia de ingenio a que revocó et trajo en luz la antigua polidez et lindeza del perdido estilo et olvidado et puesto que en él non fuese perfecto; e él fue empero el que vido et abrió la vía a aquesta perfección, fallando et tractando las obras de Tulio et aquellas gostando et entendiendo et adaptándose cuanto pudo et sopo aquella muy elegante et muy cendrada et muy perfecta facundia et alto modo de decir, et por cierto asaz fizo en demostrar la vía a aquellos que después los habían de seguir.

Ansí que, dándose Francisco Petrarca a estos estudios et manifestando su virtud desde el tiempo de su juveneza et mancebía, fue mucho honrado et reputado et fue requerido del papa, de quererlo por secretario de su corte, mas él non lo consintió jamás nin preció la ganancia. Empero, por poder venir en ocio con vida honrada, aceptó algunos beneficios et fízose clérigo seglar. Et aquesto non lo fizo él tanto porque de su propósito así fuese, cuanto lo fizo constreñido de necesidat por cuanto poco o nada le quedó de la herencia de su padre, et en casar una su hermana se convertió casi toda la herencia patria. Gerardo, su hermano, se fizo monje de cartuja et perseverando en aquella religión feneció su vida.

Los honores del Petrarca fueron tales a que ningún omne que fuese en su edat fue más honrado, cual ca non solamente allende los montes, mas acá, en Italia, pasando a Roma, fue solenpnemente coronado poeta. Escribe él mesmo en una epístola que en el año de mill et tescientos cincueta vino a Roma por el jubileo et en se tornando de Roma, fizo su camino por Arejo por ver la cibdat et la naturaleza donde era nacido. Et en sabiendo los cibdadinos de su venida, todos lo salieron a recebir como si fuese un rey. En efecto la su fama era así grande por toda Italia et el honor a él atribuido de todas las cibdades et tierras et de todos los pueblos que parecía una cosa incredible et maravillosa. Et non solamente de los pueblos et gente mediana, mas de altos et grandes príncipes et señores fue deseado et honrado et tenido acerca de sí con muy grandes provisiones, ca él fizo algún tanto de tiempo su estada con micer Galeazo, visconde, rogado de aquel señor con suma gracia que se deñase et ploguiese de estar acerca de él, et semejantemente fue honrado del señor de Padua. Et era tanta la reputación suya et la reverencia que le era acatada por aquellos señores a que muchas veces había con él una luenga contención et porfía sobre que él andoviese et entrase delante de ellos en algún logar et los precediese en honor. E ansí, el Petrarca, con aquesta vida honrada, reputada et acatada, vivió fasta el extremo término de su edad.

Hobo el Petrarca en los sus estudios, una singular dote. Conviene saber que fue muy abto en prosa et en versos, et en el un estilo et en el otro fizo asaz obras. La su prosa polida, linda et florida; el verso es limado, muy compuesto et asaz alto. Et aquesta gracia de amos estilos es estada en pocos o en ninguno, fuera el Petrarca, ca parece que la natura tuvo al un estilo o al otro; et aquel a que la persona se siente más avantajosa suélese dar a él, según que fue de Virgilio, que en el verso fue excelentísimo et en prosa non escribió cosa alguna. E así mesmo, Tulio fue alto maestro en el decir en prosa, mas en versos non vale nada. Aquesto mesmo vemos en los otros poetas et oradores que el uno de aquestos estilos haya estado de sus excelentes loores, mas en amos los estilos non me recuerdo haber leído alguno de ellos. El Petrarca solo es aquel que por dote singular fue excelente en el un estilo et en el otro, et compuso muchas obras en prosa et en versos, los cuales non conviene recortar casos manifiestos et notos.

Murió el Petrarca en Arcate, una villa del paduano en la cual, retrayéndose en su vejez, había escogido su estada et vivienda por folgura et reposo suyos, en vida ociosa et apartada de todo impedimento. Tovo el Petrarca, mientra que vivió, muy grande amistad con Juan Bocacio, el cual en aquella edad era famoso en los mesmos estudios. Así que, desque muerto el Petrarca, las musas florentinas quedaron a Bocacio, casi por una sucesión hereditaria, et residió en él la fama de los poéticos estudios. E también fue sucesión en el mesmo tiempo. ca a la sazón que Dante murió el Petrarca era de edad de veintisiete años, et cuando el Petrarca murió era el Bocacio nueve años menos de edat que él, et así andovieron las musas por sucesión.

Cuanto atañe a la vida del Bocacio non la escriberemos al presente, non porque él non merezca todo grandísimo loor, mas por cuanto a mí non son en noticia las particularidades de su generación et de la su privada o apartada condición et vida, sin la cognición de las cuales cosas non se debe escrebir; mas los libros et las obras suyas me son asaz en noticia. E veo que él fue de grandísimo ingenio et de grandísimo estudio, et mucho laborioso, et tantas cosas escribió de su propia mano que es una maravilla. Aprendió Gramática cuando ya era grande, et por esta razón non hobo la lengua latina mucho en su valía, mas por las cosas que escribió en vulgar se ve bien que naturalmente él era elocuentísimo et había el ingenio oratorio; de las obras suyas escriptas en latín, la Geneología tiene el principado. Fue mucho impedido de la pobreza et nunca se contentó de su estado. Antes siempre escribe de sí mesmo querellas, cuitas et quejas; fue tierno de natura et desdeñoso, la cual cosa desabrió mucho sus fechos, por cuanto él non tenía de sí mesmo nin pudo sofrir estar nin vevir con los príncipes et señores.

Dejando, pues, agora estar al Bocacio, et dilatando la su vida para en otro tiempo, tornaré a Dante et a Petrarca, de los cuales digo así que, si comparación se deba facer entre aquestos dos muy prestantes omnes, las vidas de los cuales son por nos escriptas, afirmo que amos fueron muy valientes et famosísimos et dignos de muy gran comendación et loor; queriendo, empero, con estrecho et trillado examen de virtudes et méritos, compararlos de consuno et ver en cuál de ellos es mayor excelencia, digo que bien es de facer entre ellos una contención non pequeña, por cuanto son casi eguales en el su correr a la fama et a la gloria, de los cuales dos fablando podemos decir en aqueste modo.

Conviene saber que Dante en la vida activa et civil fue de mayor precio que el Petrarca, por cuanto se hobo loablemente en las armas por la patria et en la gobernación de la república, lo cual non se puede decir del Petrarca, por cuanto nin estovo en cibdat libre, la cual hobiese de gobernar civilmente, nin fue jamás en armas por la patria, la cual cosa sabemos ser gran mérito de virtud. Demás de aquesto, Dante, seyendo perseguido de destierro et de pobreza, non desamparó jamás los sus claros estudios, antes escribió la su bella obra en muchas dificultades et trabajos. El Petrarca compuso las sus obras en sosegada et pacífica vida et suave et honrada, et en muy gran buena andanza, cerca de lo cual se otorga que es más de desear la buena andanza. Pero non embargante esto, es de mayor virtud poder conservar en la adversidad de la fortuna la mente et voluntad a los estudios, mayormente cuando de buen estado se cae en menguado. Así mesmo, en ciencia de Filosofía et en las Matemáticas, Dante fue más enseñado et más perfecto por cuanto se trabajó acerca de ellas gran tiempo, así que el Petrarca non es egual en esta parte a Dante. Por todas aquestas razones, parece que Dante deba ser preferido et preceder en honor.

Volviendo agora la foja et deciendo las razones del Petrarca, se puede responder al primero argumento de la vida activa et civil que el Petrarca fue más sabio et más prudente en escoger vida quieta, reposada et ociosa que trabajarse en la república et en las contenciones et setas et bandos civiles, las cuales muchas veces lanzan et dan de sí el fruto que a Dante dieron de ser desterrado et maltratado por la malvestad de los hombres et por la ingratitud del pueblo et por cierto Joan de la Bella, su vecino, del cual el pueblo de Florencia había rescebido tantos beneficios et después lo desterró et murió en exilio. Suficiente ejemplo debiera ser Dante de non se trabajar en la gobernación de la república. También se puede responder en esta mesma parte de la vida activa que el Petrarca fue más constante en retener la amistad de los príncipes, ca non se andovo mudando nin variando como fizo Dante. E ciertamente el venir en reputación et vida honrada de todos los señores et pueblos non fue sin grandísima virtud et sapiencia et constacia.

De la parte que se dice que en la adversidat de la fortuna Dante conservó et mantuvo la mente o voluntad acerca de los estudios, se puede responder que non es menor virtud retener la mente en los estudios en la prosperidat et en la buenandanza que retenerla en la adversidat, por cuanto más corrompen la mente de la persona las cosas prósperas que las adversas. La gula et el sueño et los ociosos tratos son capitales enemigos de los estudios.

Si en Filosofía et en las otras ciencias matemáticas, lo cual confieso et consiento decir, se puede que en muchas otras cosas el Petrarca fue más enseñado que Dante, ca en la ciencia de las Letras et Gramática et en la cognición de la lengua latina Dante fue mucho inferior al Petrarca. Dos partes son en la lengua latina, conviene saber, prosa et versos; en la una et en la otra es superior en Petrarca, por cuanto en prosa él es luengamente más excelente et en el verso también es más alto et más ornado que non el verso de Dante; así que en toda lengua latina ciertamente Dante non es egual al Petrarca. Cuanto toca al decir en vulgar, el Petrarca es en canciones egual a Dante et en sonetos le avantaja. Confieso, empero, que Dante en la obra principal avantaja toda obra del Petrarca et, por tanto, concluyendo, cada uno de ellos ha et tiene en parte su excelencia, et en parte es excedido et sobrepujado.

Cuanto atañe haber seído el Petrarca laureado de corona poética et non el Dante, esto non importa cosa alguna cerca de la comparación de ellos, ca mucho más es de estimar el merecer corona que haberla recebido, mayormente que la virtud es cierta e la corona alguna vez se puede dar por liviano juicio así al que la merece como al que non es merecedor.





GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera