Información sobre el texto

Título del texto editado:
“De la vida y costumbres del poeta”
Autor del texto editado:
Fernández de Villegas, Pedro, 1453-1536
Título de la obra:
La tradución del Dante de lengua toscana en verso castellano, por el reverendo don Pero Fernández de Villegas, arcediano de Burgos, y por él comentado allende de los otros glosadores, por mandado de la muy excelente señora doña Juana de Aragón, duquesa de Frías y condesa de Haro, fija del muy poderoso rey don Fernando de Castilla y de Aragón, llamado el católico, con otros dos tratados, uno que se dice Querella de la fe y otro Aversión del mundo y conversión a Dios
Autor de la obra:
Dante Alighieri (1265-1321)
Edición:
Burgos: Fadrique Biel de Basilea / Pedro Fernández de Villegas, 1515


Más información



Fuentes
Información técnica





De la vida y costumbres del poeta


Los interpretadores o glosadores de algund auctor suelen premitir su vida y costumbres, lo qual facen también los que comentaron este notable poeta, que escriben su vida y virtuosas costumbres, especialmente el docto y muy elegante Cristóforo Landino, que mejor y más copiosamente que ninguno le comentó, al cual yo en esta glosa e interpretación, mediante Dios, más que a ninguno de los otros entiendo seguir. Dice del linaje más antiguo de Dante, que la familia de los Frangi Panes, fue de la orden de los senadores romanos, del cual dice ser nascido el glorioso doctor de la Iglesia Sant Ambrosio, y de aquel linaje dice venir el nuestro poeta Dante. Pero, tomando su parentela más de próximo, dice que Cacia Guida, su tercero agüelo, del cual face mención en el decimoquinto y decimosexto canto del Paraíso, fue casado con una doncella ferraresa del noble linaje de los Aldígeros, de la cual el fijo primero que hobo tomó el nombre de aquel linaje y porque este fue notable persona y de mucho valor, tomaron sus descendientes el nombre de aquel linaje, como este había fecho, y que después, quitándose la letra D por uso del tiempo, dejaron de llamarse Aldígeros y nombráronse Alígeros. O dice que fue por ventura porque ellos traen unas alas por armas. Este primero que decimos haberse nombrado Alígero tovo un fijo del mesmo nombre, que fue agüelo de este poeta Dante. Fueron estos precesores suyos mucho antiguos y nobles cibdadanos de la cibdad de Florencia; su morada fue en el sesto de San Pedro, vecinos a los Donatos y a los de Pacis.

Nasció Dante en el año de mill y docientos y sesenta, en el pontificado del papa Clemente Cuarto. Y no se debe dejar en olvido un maravilloso sueño que su madre, estando preñada de él, poco antes de su nascimiento soñó: parescíale estar en un verde y florido prado y cabe una cristalina fuente, debajo de un laurel que paría un fijo, el cual algund tiempo se mantenía de los cogollicos de aquel árbol. Y bebía de la fuente, y que en breve tiempo crescido, se facía pastor y queriendo cortar de las ramas del laurel caía en la fuente, y súpito salía de ella fecho pavón y no era más hombre. El Bocacio interpreta este sueño larga y prolijamente, pero en suma lo que dice es que ser pastor significa haber apacentado el mundo de su doctrina poética, filosófica y teologal, y las fermosas y doradas péndolas del pallón significan sus graciosas y áureas sentencias. Y del tal sueño ninguno se debe maravillar, porque en diversas regiones y tiempos se lei haber precedido al nascimiento de algunos grandes varones algunos prodigios, señales y sueños, que significaron la grandeza y merescimientos de aquellas personas. Ponen ejemplo el Bocacio y Cristóforo en el sueño del rey Astiages, que fue rey de los medos, que soñó que del vientre de su fija nascía una cepa cuya sombra cubría toda la Asia, y de ella nasció el rey Ciro que toda aquella parte enseñoreó. En el santo doctor de suso nombrado Santo Ambrosio acaeció lo del enjambre de las abejas que estando en la cuna se le entraron en la boca. En Santo Domingo, en Santo Tomás de Aquino, en otros santos antes de sus nascimientos acaescieron sueños o señales que prenosticaron su santidad y excelencia. Tornando pues a nuestro poeta, desde su niñez comenzó a mostrar muchas señales y muy ciertos indicios de su grande prudencia y doctrina que había de tener y tal se mostraba su rostro de viveza y juicio singular.

En su niñez fue preso de amor de una bellísima doncella, fija de Folco Portinari, noble cibdadano florentín, llamada Vice, a la cual después siempre nombró por más digno nombre Beatrice. Y dice de ella en ciertos versos suyos que había ocho años, y que él no pasaba del noveno. A esta amó con tan ferviente amor no solamente cuando vivía, mas aun después de muerta en el vicésimo cuarto año de su edad que acervísimamente por luengo tiempo lloró. En los sus primeros años de estudio mucho aprovechó en la oratoria, pero mucho más en la poesía; fue bien docto en la Lógica y Filosofía natural y Moral y Teología, grande astrólogo y cosmógrafo, mucho se deleitó de música y fuéronle muy familiares todos los singulares músicos de su tiempo.

No le faltó ánimo ni fuerza para la disciplina militar, y muchas veces se falló en armas y en guerra, y en la peligrosa batalla de Campaldino virilmente peleó, en que fizo honor a sí y utilidad a su patria. Y tornando al amor de Beatriz, fuele tanto grave el dolor de su muerte y el deseo de ella que siempre vivió en continua tristeza y lágrimas.

Consejo fue de sus amigos que tomase mujer, porque fuese mitigado el furor de su contina angustia en que vivía. Saliole al revés, que, como quiera que casó con muger nobilísima del linaje de los Donatos, llamada Gema, y ella fuese honesta y cumplida de muchas virtudes. Pero fue tan brava y rencillosa que venció a la socrática Jantipa. Para la dulce condición del Dante fue aquello tan enojoso, que al fin no la pudo sofrir y la apartó de su compañía en tal determinación que después ni en la patria ni en el destierro nunca más consigo la tovo. Doblole aquello el deseo de Beatriz y de su tan graciosa conversación

No fue de pequeño consejo en la administración de la república, antes tan prudente y tan amador de la justicia y defensor de ella que, seyendo por ello mucho amado del pueblo, y estonces no se faciendo eleción de los magistrados por suertes sino por votos, en el trigésimo quinto año de su edad fue elegido por uno de los priores, el cual magistrado es el superior en la republica florentina. Mas las cosas, tan subjetas a la temeridad de la fortuna, a las veces donde se espera honor y descanso, nasce tribulación, especial en pueblo inficionado de tan pestilentes contenciones como a la sazón en aquel eran, lo cual Dante experimentó en sí, que, habiendo administrado aquel cargo con grandísima integridad, donde esperaba dones y gracias, contrajo odio y grande inimicicia, por donde fue su perpetuo destierro de la patria, la cual estaba divisa en güelfos y gebelinos, y aun aquellas parcialidades tornadas a dividir entre sí mesmas en blancos y negros como adelante en la glosa se dirá, "Deo duce." Tentó Dante cuanto él pudo diversas veces la concordia y de amatar aquel fuego encendido y, no podiendo, quiso dejar el cargo y apartarse a vevir en vida ociosa de letras y contemplación divina, mas lleváronle contra su deseo y buen propósito los ruegos de amigos y alguna ambición que en todas casas mora.

Cresciendo, pues, de día en día las civiles discordias, y habiéndose juntado en el monesterio de la Trinidad los principales de la parte negra a tomar sus escandalosos consejos, fue molesto a Dante que tales juntas se ficiesen de personas y en logares privados. Y tanto valió su auctoridad que fueron desterrados micer Corso Donati, Gieri Espina y otros de aquella parte, y ansí mesmo de la otra micer Gentil y micer Torregiano de Cerqui con otros; por donde ambas partes le fueron enemigas. Al fin, no cesando las diferencias, fue fecho embajador a Bonifacio octavo, en la cual legación estuvo dudoso, porque no veía quedar en sus compañeros del oficio persona de tal recabdo que en tanta turbulencia y tempestad supiese administrar y guiar el gobernalle. Por lo cual, estando como abstraído y fuera de sí, fue oído decir: "si yo voy, quién quedará, y si yo quedo, quién irá;" la cual palabra sus émulos interpretaron a grande arrogancia y soberbia, como si en él solo estuviese el reparo de la gobernación pública.

Al fin fue a Roma en su embajada. Subcedió lo que él temía, que micer Corso tomó en Florencia y pudo tanto con su parcialidad, que Dante con otros nobles cibdadanos fue confinado por siempre, y sus bienes confiscados. Este provecho y galardón sacó el nuestro poeta de su trabajo y grande integridad. Tentó después en vano muchas veces tornar a la patria: no aprovechó ni pudo pacificar a sus enemigos. Pensó tornar con armas y por fuerza: juntándose con otros confinados, ficieron gente y capitán al conde de Romena. Tan poco subcedió el efecto, pasó la montaña de Apenino y fue rescebido de Alberto de la Escala, señor de Verona, muy beninamente.

Al fin se fue a París, donde asaz pobremente vivió algund tiempo en contino estudio y allí puso conclusiones en todas sciencias y públicamente respondió ad omne quiere. Pasando después Enrico emperador en Italia, cobró nueva esperanza de recobrar su patria y fuese a él, el cual de los florentinos se mostraba quejoso, y persuadiole que dejase el cerco que tenía sobre Brexa y se viniese a Florencia. El emperador lo fizo, mas venido en Pisa acordó de se ir por mar a Roma a rescebir su corona imperial. Después tomó la vía de Florencia; no fue rescebido en ella y, tomándose a Roma en un logar llamado Bonconvento, murió. Perdida ya Dante la esperanza de retornar a la patria, pasó en la Romaña; y de Guido Novelo, señor de Rábena, fue graciosamente rescebido, donde puso domicilio, y allí por la mayor parte fizo y acabó esta comedia. Y después de algunos años que allí vivió, fenesció su vida en el año cincuenta y seis de su edad. Fue sepultado con solemnes exequias en aquella cibdad de Rábena, en el monesterio de los fraires menores.

Fue Dante de estatura mediano, la cara algund tanto luenga, los ojos gruesos, nariz aquilina, el color negro y ansí la barba y el cabello, que demás de ser negro era crespo. Por ende se cuenta por cosa graciosa que, pasando Dante en Rávena donde estaban ciertas dueñas, la una le mostró a las otras y les dijo: "aquel fue al infierno y es tornado de allá." La una de ellas respondió: "bien se le paresce que de eso trae ahumado el rostro y el cabello erizado."

Su figura de natural quedó de mano del grand pintor Gioto florentino, y está en la iglesia de Santa Cruz, en la capilla del Potestá. Fue grave en la fabla, pero muy gracioso, vistiose siempre honestamente, aun cuando estaba en su casa y en grande patrimonio; en comer y beber muy continente; aborreció mucho a los golosos y voraces, decía ser bestiales hombres y que vevían por comer. Tenía muchas veces pensamientos profundos, fue cobdicioso de leer cosas nuevas, tanto que en un logar muy ajeno de lectura en una fiesta donde danzaban, habiendo a las manos un libro, le pasó todo, que no vio ni entendió cosa ninguna de la fiesta. Fue elegante en fablas no pensadas y en su república fizo muchas que fueron en grand manera loadas. Fue enviado por embajador a muchos príncipes y comunidades, y redujo en luz todo ornamento retórico y poético, en sus tiempos cuasi del todo perdido; escribió en latín Églogas, y en oración soluta latina tres libros intitulados Monarquía, y otros De vulgar elocuencia; escribió en vulgar toscano muchos sonetos y canciones, y esta maravillosa obra que llamó "Comedia;" de las excelencias de la cual diremos adelante; "donante domino."





GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera