Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Noticia de los poetas castellanos que componen el Parnaso español. Tomo IX.[Biografía de] don Juan de Arguijo”
Autor del texto editado:
Caro, Rodrigo (1573-1647) López de Sedano, Juan José (1729-1801)
Título de la obra:
Parnaso español. Colección de poesías escogidas de los más célebres poetas castellanos. Tomo IX
Autor de la obra:
López de Sedano, Juan José (1729-1801)
Edición:
Madrid: Antonio de Sancha, 1778


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Fuentes
Información técnica






Don Juan de Arguijo, veinticuatro de Sevilla, nació en esta ciudad, sin constar el año ni el nombre de sus padres, pero sí la distinción de su familia. Fue casado y parece que tuvo sucesión. Ignóranse los hechos particulares de su vida y tiempo de su muerte, pero es cierto que ya no vivía por los años de 1630. De lo que nos ha quedado singular noticia es de la bondad de sus costumbres y de las virtudes de su ánimo, y particularmente de su magnificencia y generosidad, pues, inclinado a varios entretenimientos ingeniosos, músicas y otras diversiones honestas, sostenidas de su abundancia de bienes de fortuna, entre todos le llevó la primera atención la poesía y los que la profesaban, por ser él uno de los más ilustres entre ellos. Conducido por esta pasión y este genio, no se saciaba de llenar de favores, agasajos y donativos a todos los hombres ingeniosos de su tiempo, y en particular a los poetas, excediéndose en su esplendidez y franqueza, y traspasando tanto ya los límites de la liberalidad que, siendo tan acomodado y rico como haber quedado heredero de dieciocho mil ducados de renta anual, con estos gastos y los que ejecutó con motivo de la mansión que hizo en Sevilla cierta señora principal, mujer de un privado, destruyó su hacienda, de modo que vino a perderla y a quedar tan estrecho que solo se mantenía con el dote de su mujer, que, aunque ascendía a cuatro mil ducados de renta, era corto subsidio para su largueza y magnanimidad, a cuya decadencia ya había llegado, según el testimonio de Lope de Vega, por los años de 1609. Por estas grandes partidas fue tan celebrado de todos los poetas de su tiempo, que a porfía se extremaban en elogios y aplausos, venerándole por el Apolo, el protector y mecenas de los ingenios y, en suma, el primer hombre de toda España, consagrándole sus obras y poniéndolas bajo el auspicio de su patrocinio generoso, señalándose entre todos Lope de Vega, quien le dedicó el poema de La hermosura de Angélica, La Dragontea, las Rimas humanas en la 1ª y 2ª impresión, y otras varias obras. No nos constan las que compuso nuestro Arguijo fuera de las muchas poesías sueltas que se encuentran en varios libros de su tiempo, según la práctica de entonces, y en que les correspondía también a sus favorecidos con el caudal de su ingenio, pues la mayor de ellas que se conoce es la que se inserta en el presente tomo, pero por todas se acredita que era uno de los buenos poetas de su tiempo, por el espíritu de sus versos y la naturalidad, pureza y elegancia de su estilo. De ninguno de nuestros poetas se pudieran acumular tantos elogios como de nuestro Arguijo, por las razones expresadas. Insertaremos el de Lope de Vega en su Laurel de Apolo, por ser el más obligado de sus amigos y favorecidos:

Aquí don Juan de Arguijo,
del sacro Apolo y de las musas hijo,
¿qué lugar no tuviera si viviera?,
¿mas si viviera, quién lugar tuviera?
Pero con sustituto
bien es que goce de su ingenio el fruto,
y que de aquel varón insigne sea
eterna la memoria ilustre en cuanto
merece día por la luz febea.


También incluiremos el elogio que le hace en el Poema de la Jerusalén, por ser más conceptuoso, preciso y elegante:

Aquel cuya virtud jamás vencida
en la persecución acrisolada
mostró tantos quilates en la vida
que la piedra dejó toda dorada.
Aquel más excelente en la caída
que estuvo en la fortuna levantada,
si no es don Juan de Argijo, sevillano,
es la misma virtud en velo humano.


Aquí conviene insertar el artículo tocante a nuestro autor que trae el doctor Rodrigo Caro en su obra manuscrita de los Claros varones en letras naturales de Sevilla, de que dimos noticia en el tomo 8, y dice así:

Don Juan de Arguijo, veinticuatro de Sevilla. No solo elegantísimo poeta, sino el Apolo de todos los poetas de España, a los cuales honraba mucho y jamás censuró a ninguno; antes, siendo muy rico de renta que heredó de su padre en cuantía de dieciocho mil ducados de renta cada año, los favorecía con excesivos dones y donativos, tanto que, en la entrada en Sevilla de una señora, gastó cuarenta mil ducados por ser mujer de un privado, y este gasto atrasó su hacienda de modo que, sin ser jugador ni gastador con mujeres, vino a estar tan pobre que solo se sustentaba, hasta que murió, de la dote de su mujer, que eran cuatro mil ducados de renta, para su gran magnificencia corto caudal. Tocaba muchos instrumentos y en un discante era el primer hombre de toda España.





GRUPO PASO (HUM-241)

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2018M Luisa Díez, Paloma Centenera