Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Romance. A la vida del autor”
Autor del texto editado:
Barrionuevo, Jerónimo (1587-1671)
Título de la obra:
Comedias y poesías varias por don Juan Cantón de Salazar. Ms. original, año de 1700 [corrección sobre la autoría y la fecha]
Autor de la obra:
Cantón de Salazar, Juan [Barrionuevo, Jerónimo de]
Edición:
1641-1648


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Romance.A la vida del autor

«Aunque la propia alabanza
desdore a un hombre de bien,
es justo que sepan todos
lo que el tesorero es.
Barrionuevo de Peralta, [5]
Vera y Molina después
son de mi padre apellidos
que dicen bien lo que fue.
De Montalvo y de Mesía
juntos en mi madre hallé [10]
a Córdoba y Figueroa
ceñido el noble laurel.
A dos de abril en Granada
dicen que desembarqué
el año de ochenta y siete [15]
una mañana a las diez.
La peroquia de Santa Ana
fue donde me bauticé,
tan noble, que por lo menos
le besa el Darro los pies. [20]
Pasé mis primeros años
en regalada niñez,
hasta que en Valladolid
oídor mi padre le ven.
De doce años sería [25]
cuando una peste cruel
me dejó con solo madre,
acates, pero mujer.
La gramática en Belmonte
tras esto luego estudié, [30]
que es fundamento de todo
el latín para saber.
Las artes en Alcalá
me dieron sin merecer;
el primer grado entre muchos [35]
que a rótulo le llevé.
Mozo de veinte y dos años
en Salamanca me hallé
en una pendencia grande
sin entender el porqué. [40]
Acometiome un teniente
celoso, a mi parecer,
que una mujer le desprecie
por solo quererme bien.
Venía con diez o doce, [45]
metí mano a mi broquel
y de cuatro cuchilladas
desjarreté dos u tres.
Era un león desatado,
no tenía qué perder, [50]
sin que ninguno llegase
que no le diese quehacer.
Montantes, piedras y palos
dieron conmigo al través,
y, cual toro agarrochado, [55]
me llegaron a prender.
Pasé en la trena diez días
hasta que me hizo merced
el grande duque de Lerma,
con que todo nada fue. [60]
Pasaba entonces a Italia
por general el marqués
de Santa Cruz, y con esto
me quise embarcar con él.
Llevé dos hermanos míos, [65]
hechos al mismo pincel,
del rosicler del aurora
que entre las flores se ve;
más que Narcisos galanes
y más que Adonis, a quien [70]
la diosa de la belleza
les quisiera parecer;
en lo rubio y en lo blanco
el alemán y el francés
tuvieron bien que invidiar, [75]
y muchas damas que hacer.
Mozos sin pelo de barba,
leche y sangre todo es,
brotando perlas sus labios
en desusado clavel. [80]
Llenos de galas y plumas
nos vio Valencia esta vez,
reina de toda hermosura
y de flores un vergel.
En el Grao nos embarcamos, [85]
y, haciendo el mar un desdén,
a muchos dio que pensar
amanecer en Argel.
Pero, siguiendo el viaje,
domingo al amanecer [90]
dimos a Génova vista,
águila cada bajel.
Tomamos la tierra en breve,
y, buscando un mercader
que una letra me pagase, [95]
al punto encontré con él.
Pareciome no tenía,
vestido a lo portugués,
talle de tener un cuarto,
y así se lo dije a él. [100]
Llevome a casa consigo,
donde tanta plata hallé,
que todo lo de Castilla
me pareció un oropel.
“Aquesta riqueza -dijo- [105]
toda, hijo, la gané
en vuestra patria pasando
lo mejor de mi niñez.
Con una pluma no más
tanto es España volé, [110]
que casi al carro del sol
le pude poner dosel.
No tengo en mi casa gasto,
y con esto conservé
lo que gané cuando mozo [115]
para ora a la vejez.
Vosotros, como caballos,
esto hacéis al revés:
en la mocedad lozanos
y en un molino después”. [120]
Abriome mucho los ojos
para llegar a entender
que calidad sin dinero
es barahúnda y tropel.
A Nápoles luego fuimos [125]
tan en breve, que no sé
si primero fue el llegar
que llegarlo yo a entender.
Los regalos y riquezas
que nos tenían no sé, [130]
si no es de un marqués hermano,
quien las pudiera creer.
En la jornada primera
de los Quérquenes a un mes
murió Francisco, mi hermano, [135]
a las manos de un infiel.
Las rosas de sus mejillas,
la púrpura y rosicler
en el esguazo quedaron
como pliego de papel; [140]
que, aunque a su lado tenía,
cual generoso lebrel,
dos moros hechos pedazos,
fue terrible este vaivén.
Don Rodrigo sobre Onella [145]
de un mosquetazo el nivel
las esperanzas y vida
abatió con altivez.
Viendo desastres tan grandes,
mudando de parecer [150]
a la iglesia me acogí
por no morir moscatel.
Catorce años de Roma,
con grande gusto y placer,
entre leones de azúcar [155]
pasé mejor que Daniel.
Pero, acordándome luego
del mercader ginovés,
con esta tesorería
en breves días choqué. [160]
Las delicias eran grandes,
mas todas las olvidé,
porque España me tiraba,
como dicen, con cordel.
A veintinueve de mayo, [165]
antes del anochecer,
un domingo por la tarde
en Sigüenza me apeé.
Habrá más de veinte años
que por sus puertas entré, [170]
pensando gozar en ella
la hermosura de Raquel,
donde por hacer más que otro
he venido a padecer
tanto, que, a ser menos cuerdo, [175]
me sucediera un revés.
Por honrar a mis criados
y dalles de nuevo el ser
me ha perseguido la envidia,
monstruo sin dios y sin ley. [180]
Si yo me parezco a Dios
en aquesto de hacer bien,
a quien mal le pareciere
sin duda será un Luzbel.
No he tenido más trabajos [185]
que en esta ciudad hallé,
saliendo de todos ellos
como fruta de sartén.
Por apartarme de todos
no sé dónde me topé [190]
un coadjutor de Molina,
lindo como el aguamiel,
que, como aquesta no sirve
no más que para cocer
alguna frutilla mala, [195]
así es aqueste doncel.
En mi casa retirado
me he venido a recoger,
por si pudiese librarme
como viuda de Siquén. [200]
Entreténgome rezando,
sin ser de nadie arancel,
y aun en esta soledad
temo que me he de perder.
Del coadjutor de sí mismo [205]
hice una comedia ayer,
para escarmiento de muchos
cuando las prebendas den.
El purgatorio padezco
de san Patricio y podré, [210]
si de él escapo con vida,
por único parecer»,
Esto cantaba Gerardo
en destemplado rabel;
gozoso responda el eco [215]
en una y otra pared.






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera