Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Avicena”
Autor del texto editado:
Caro, Rodrigo (1573-1647)
Título de la obra:
Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla
Autor de la obra:
Caro, Rodrigo (1573-1647)
Edición:
ms. c. 1647


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Fuentes
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AVICENA

Médico hispalense


El nacimiento de Avicena sé que está controverso, porque unos dicen que nació en Arabia, otros que en Córdoba, otros que en Sevilla. Otros hacen dos Avicenas. En contienda que no es mucho el interese poco se puede perder, mas como el don natural de la sabiduría, que el Sumo Hacedor de las cosas y padre de los hombres, aun en los enemigos, es digno de reverencia y estimación, Sevilla no quiere perder su derecho, teniendo por sí probanza de tres testigos mayores de toda excepción, pues todos son autores de gran crédito en la historia y la probanza de tres testigos es plena. Estos son el Bergomense o Suplementum Chronicorum en el año 1149; Jacobo Mindendorpio, libro 2 De Academiis, que dice así: «Hispalensis vetus Academia, quae doctissimos et prudentissimos viros protulit. Silvester enim Pontifex Maximus hic eruditus est, ut Volaterranus, Platina et Nauclerus testantur, Avicena etiam Medicus et Philosophus &»; Andrés Escoto, en la Biblioteca Hispánica: «Emicuit tot inter tantosque praestantissimos Hispaniae viros Avicena medicus, Hispali natum tradunt Annales: Licet Cordubenses suum esse dicant». Cristóforo Costa, en el libro de Los Aromas, tratando de los elefantes, dice que nació en la Bochoroa, en la provincia Usbeque, que es parte de la Tartaria.

Este es el pleito, y lo cierto es que cada uno juzgará como le pareciere en materia que las probanzas están tan varias. Mas justo es que Sevilla no quiera perder su derecho, por lo menos para ponerle en esta biblioteca o sinopsis, pues son todos extranjeros los que nos hacen a Avicena sevillano. De los estudios y academia hispalense en tiempo de los moros aún queda memoria, demás de los testimonios referidos, en una inscripción de mármol que se ve hoy en la iglesia colegial de Nuestro Señor San Salvador, en la torre, a la parte que mira al claustro, que, interpretada por Sergio Maronita, después de haber dicho: «En el nombre de Dios poderoso &», dice en el medio: «Este es el estudio del señor Maruán, que Dios nos dé su gracia». Véase lo que yo escribí en el libro 1º de las Antigüedades de Sevilla, capítulo 23. Alonso García Matamoros, en el libro De Academiis, no decide el pleito, sino lo deja suspenso, diciendo así: «Avicenam cordubensem, ut quidam tradunt Hispalensem et Bythinum regem, cuius Metaphisica a posteris valde probata fuit».





GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera