Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Alonso García Matamoros”
Autor del texto editado:
Caro, Rodrigo (1573-1647)
Título de la obra:
Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla
Autor de la obra:
Caro, Rodrigo (1573-1647)
Edición:
ms. c. 1647


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ALONSO GARCÍA MATAMOROS


Con mucho gusto mío honra esta sinopsis Alonso García Matamoros, porque, además del honor que le adquirieron su ingenio y letras a Sevilla, donde nació, entro yo en parte de esta buena dicha por ser deudo mío dentro del cuarto grado, porque fue primo hermano de Catalina Jiménez, mi abuela paterna, que, aunque nació en esta ciudad, sus mayores fueron de Utrera. Ambas patrias se hallan dichosas con tal hijo, pues no solamente las honró, pero defendió a toda España contra la calumnia de algunos extranjeros, que, ofendidos o envidiosos de su glorioso y temido nombre, alabando las proezas de sus invencibles armas, culpaban los ingenios, como si fueran de los escitas o garamantas. A tan injusta calumnia se opuso valerosamente Alonso García Matamoros, imitando a Cicerón en su Bruto por los ilustres oradores, no solo en la elocuencia, sino también en la felicidad de su intento.

Había adquirido, aunque muy mozo, tanto nombre en toda España de su ingenio y elocuencia, que la Universidad de Alcalá de Henares le convidó con la cátedra de retórica, enviándolo a llamar con ofertas de mayores premios. Habíalos en aquella edad muchos, y las letras, así divinas como humanas, tenían gran lucimiento, y las universidades se frecuentaban con copia de maestros y discípulos, todos alentados por el premio que cada uno para sí esperaba. Y, a la verdad, entonces se atendía mucho más a los méritos, y así se vieron contemporáneos en España Arias Montano, Covarrubias, Fray Domingo de Soto, Vallés, Antonio Gómez, Ambrosio de Morales, Sánchez el Brocense; en sola la Compañía de Jesús, Salmerón, Vázquez Suárez; en Roma, Antonio Agustín, Pedro Chacón y otros innumerables.

Uno de ellos fue nuestro Matamoros, que en la Universidad de Alcalá y en toda España tuvo el primer nombre en su facultad de humanidad y buenas letras. Tuvo particular amistad con Arias Montano, como parece de aquellos versos del libro 2 de sus Retóricos, doliéndose de la muerte del doctor Luis Catena, cancelario de la Universidad:

Nam quid agas tanto, Matamore, orbatus amico
Alfonse, o nostrae decus hispalis et mihi vita
Charior, et nostro mecum constricte Cathena?


Después, en su muerte, le hizo el epigrama siguiente:

Foecundo nuper Matamorus fonte fluebat
dum culto iuvenes imbuit eloquio;
atque e saxoso dum falcifer Henarus amne
audit hunc, laeta fronte superbus erat.
Non tulit ipse pater Baetis, qui miserat illum, 5
Privarique isto munere se doluit.


Los libros que publicó y dio a la estampa son los siguientes: Arte y preceptos de Retórica, dos libros; De reformando stylo et concionibus, uno; De Academiis et viris Hispaniae, lib. I.

Por la afición a la patria y parentesco me atrevo a acompañar su memoria con este epigrama:

Pacem umbrae requiemque tuae, Matamore, precatur
Hispalis, auxisti qui Ciceronis opes.
Doctos ipse viros tutasti doctus iberos;
tu quoque pro impenso munere munus habet.
Officium officio pensat tibi Baetis alumnus; 5
manibus hoc gratum sit, Matamore, tuis.


Hace memoria de él Álvar Gómez de Castro en la Vida de don Francisco Jiménez, libro 4, por estas honoríficas palabras: «Alfonsus Matamorus Hispalensis primum est praeditus: vir multiplici eruditione, et latini sermonis puritate excellens, ut ex libris qui hactenus edidit omnes inteligunt. Hic unus ni cum podragra allisque morbis assidue luctaretur potuit et eloquentia studia mirum in modum provehere, et academiae nostrae multo maiore esse ornamento». Más copioso anduvo Andrés Escoto —aunque todo parece corto en su alabanza— en su Biblioteca Hispánica, en la clase de los béticos, págs. mihi 455 et 456.





GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera