Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Don Agustín Collado del Hierro a los lectores”
Autor del texto editado:
Collado del Hierro, Agustín
Título de la obra:
Rimas de don García Salcedo Coronel, caballerizo del serenísimo Infante Cardenal (…)
Autor de la obra:
Salcedo Coronel, García de (ca. 1592-1651)
Edición:
Madrid: Juan Delgado, 1627


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DON AGUSTÍN COLLADO DEL HIERRO A LOS LECTORES


Entre muchos excelentes ingenios que tiene España en el estudio de la verdadera poesía, tanto en la épica y lírica como en la trágica y cómica, cuyos escritos en número, elegancia y cultura pueden compararse con los que más la antigüedad celebra, merece lugar entre los primeros don García de Salcedo Coronel, caballero de tan loable codicia en la lección de los más graves autores antiguos y modernos (teniendo por honrosa ocupación de sus ocios el ejercicio de las letras humanas), que en el rigor de estos estudios (antes inacesibles por la eminencia del arte, hoy tan dificultosos por la grandeza de las elocuciones) quien con atención estudiosa leyese sus Rimas conocerá que sus versos no solamente están llenos de toda la felicidad poética, pero generosamente ilustrados del conocimiento de todas las buenas letras, con no menos igual juicio en la disposición de las sentencias y la colocación de las palabras. Si la Pieria fuente (como notó Estrabón 1 ) carece de corriente y siempre se mira llena de agua potable y luciente; si Estacio las llama doctas corrientes, docti largius evagentur amnes; 2 y Claudiano 3 siente lo mismo,

-------------------- Fluxit Aganippe,
Largior et docti riserunt fontibus amnes


copiosamente bebió don García de las fuentes doctas, llamadas así de Solino 4 porque inspiran letras y erudición; y de él se puede decir con no menos verdad que Adriano Junio 5 de Estacio: Latices pleno ore hausit poeta noster, qui illum a profano vulgo excludunt. Pues tantas ciencias, tanta arte de buen decir inspiraron la copiosa erudición de sus versos, con que le hacen tan retirado del común estilo. Furor es generoso el de estos poemas varios de sus Rimas, hoy castigados en la edad prudente, y que disculpan (aunque fueran verdores de la edad primera) Platón, Aristóteles y Cicerón, llamándolo ardor del ingenio y docta inflamación del ánimo, mientras con mayor felicidad prosigue el poema heroico de la conquista de Granada, para que tenga España en ambos estilos una gloriosa competencia con los príncipes de la poesía épica y lírica que en otras lenguas con tan grande instancia veneramos. La musa le concedió la antigüedad a Homero y el juicio a Virgilio, que de tal suerte le excedió en la materia, que confió más la invención de la destreza de su ingenio que de la felicidad de sus elocuciones. Cuanto del juicio de Marón diste el de Homero conocerá quien le hubiere hecho de ambos poemas y quien advirtiere la censura de Julio Cesar Escalígero. 6 Imita don García (no traduce como lo hacen muchos poetas de este siglo) en su poema a Homero y Virgilio, notando en ellos el modo de escribir de un sujeto solo, el orden de proponer, invocar y narrar, de concluir una acción y de ampliar el volumen con digresiones más convenientes a la materia. Pequeño es el número de los versos de este libro, que la demasiada redundancia de ellos, cuando muestre la copiosa y afluente vena, no será indicio de prudente ingenio y de elegante cultura.

Saepius in libro memoratur Persius uno,
quam levir in tota Marsus Amazonidae


dijo Marcial 7 agudamente, y puede verse también en la estimación que tenemos por su brevedad erudita a Museo y Mosco entre los griegos, a Tibulo y Persio entre los latinos, y a Juan de la Casa y Francisco María Molza entre los italianos. En los versos de don García se mira un espíritu grande, las sentencias son graves y agudas; los números, suaves y generosos; las voces, sonoras y escogidas; las oraciones, llenas de lumbres y ornatos poéticos; y las imitaciones, de los más ilustres escritores latinos y toscanos, de cuya fecundidad ha enriquecido cultísimamente estas obras suyas, imitándolos con tanta destreza, que a ninguno de ellos es inferior, y muchos quedan gloriosamente excedidos. Juntando la dulzura y gravedad del estilo (que tiene Tulio por tan difícil) con tanta excelencia, que, sin hacer comparación de sus versos con los de ninguno, antes hablando con la moderación que en su templanza conozco, los que advirtieren el rigor con que guarda los precetos verán que no hay cosa escrita sin cuidado y sin imitación. Muestra siempre el furor poético tan templado, siguiendo el parecer de Estacio, 8 Docto pectora concitaui aestro, que no con violencia alguna obliga las translaciones (como dice Gerónimo Vida 9 ), antes suavemente tienen en todos sus escritos su lugar decente: Namque aliqui exercet vim duram et rebus inquis, Nativam eripiunt formam indignantibus ipsis, Invitasque iubent alienos sumere vultus. Así, en ellos no el ímpetu conceptuoso admiro, sino la majestad del atento juicio con que lo dispone, siendo tan cuerdo moderador de la variedad suya, que, aunque las oraciones son tan retiradas del común modo de hablar nuestra lengua, no empero fastidiosamente las figuras por inusitadas molestan los oídos, como siente bien Quintiliano: 10 At qui nimium affectaverit, ipsam illam gratiam varietatis amittet. Na, secretae, ideoque magis nobioles, aut novitate aurem excitant, ita copia satiant. El arco de la sabiduría, así lo dijo Laercio 11 y lo confirma Horacio, 12
---------------neque semper arcum tendir Apollo.

Una y muchas veces ha de volverse a fortalecer con el estudio y la atención laboriosa. Así, es diligentísimo en la igualdad, cuidando siempre de que con arte ayuden las voces a la significación de sus conceptos, sin perdonar ningún estudioso trabajo y sin descaecer jamás de la grandeza de las sentencias y las imitaciones: Studium cum spe senescit (dijo Veleio Paterculo 13 ) et quod adsequi non potest, sequi desinit et, velut occupatam relinquens materiam, quaerit novam, praeteritoque eo in quo eminere non possumus, aliquid in quo nitamur conquaerimus, sequiturque ut frequens, ac mobilis transitus maximum perfecti operis impedimentum sit. Toda la excelente poesía consiste en la imitación, y de ella tiene su etimología el poeta. Así en sentencia de Aristóteles: 14 “Si alguno compusiere diferentes géneros de versos y le faltare la imitación, no puede tener nombre de poeta”. La hermosura de las voces, la variedad de la frasis, la alteza de los pensamientos, la contestura de los versos en que (según parecer de Fracastorio 15 ) consiste el fin del poeta, hacen los de don García igualmente llenos y elegantes. Esparcidas están en sus obras las sentencias de los más grandes autores, y que los que tuvieren conocimiento de estos estudios hallarán imitadas con no menos nervio, con no menos espíritu y cuidado. ¿A qué escritor antiguo ni moderno no iguala la artificiosa compostura de los sonetos, que sirven en la lengua española en lugar de los epigramas y las odas griegas y latinas, y cuyos argumentos ciñen tan altamente los precetos y la religión rigurosa del arte en la composición de sus números? ¿A quién es inferior en la grandeza heroica y en la dulzura de sus canciones, donde muestra el ingenio tan agudo, el juicio tan despierto y tan espiritoso? En la poesía mélica de las elegías es igualmente grande, comparando su elegancia a cuantas he visto escritas, pues las de Calinoo, que (según piensa Mauro Terenciano) fue autor del verso elegíaco (si ya no fue su inventor Teocles Naxio), las de Hermesianacte Colofonio, ni las de Calímaco Cirenio, a quien da Quintiliano el primer lugar en la composición suya, quitarán nunca el honor de estas elegías, donde no es menos dulcísimo que Propercio ni tiene menor venustidad que Catulo. ¿Con qué figuras no se muestra adornado y con qué metáforas no resplandece en la elegía a la muerte del venerable honor de los ingenios españoles, del nobilísimo caballero don Luis de Góngora, imitando a Ovidio 16 cuando dice:
Eunt anni fluentis aqua &c.

Corre el tiempo veloz con paso mudo,
y las pasadas horas, el cuidado
jamás ni el arte revocarlas pudo.


Bastaba para prueba de este conocimiento el lugar de Séneca el trágico 17

Res humanas ordine nullo
Fortuna regit, spargitque manu.
Munera caeca, peiora fovens.


Esta sentencia está imitada felizmente en la elegía tercera, en los cinco tercetos que empiezan “Sin orden rige la mudable diosa &c.”, pues en la misma elegía donde dice “(…) no cerca la cohorte esclarecida” ¡cómo imita gloriosamente a Juvenal! 18 :
------- Rarus venit in caenacula miles.

La tragedia de Ifis y Anajárate, donde con suave estilo dramático mueve a conmiseración y miedo los ánimos, está escrita con tanto decoro, que en el modo verdaderamente trágico es grave imitador de Eurípides, a quien (como dice Aristóteles 19 ) reprendieron algunos de los antiguos porque acababa siempre sus tragedias con infelicidad, no advirtiendo que acabarlas prósperamente no es de poetas doctos, sino de los que miran más al gusto del teatro que a la rigurosa observación del arte. Estacio altísimamente, y don García con igual espíritu:

Fluctivagam sic saepe domum madidosque Penates
Alcione deserta gemit cum pignora saevus
Auster, et algens rapuit Tethis invida nidos.

Como suele quejarse en la ribera
del proceloso mar embravecido
tristísima Alción, cuando severa
fuerza del Austro destruyó su nido.






1. Estrabón, I,8.
2. Estacio in Genethliaco.
3. Claudiano in [ Panegyricus dictus Manlio ] Theodoro consuli
4. Solinus in Polihistor.
5. Adrianus Junius 1,2 animadversorum.
6. Escaligero, lib. 6.
7. Marcial, l. 4, epi. 29
8. Estacio in Genethliacon Luca.
9. Gerónimo Vida en su Poetica.
10. Quintiliano, lib. 9, c. 3.
11. Laeritius, epigra. in Theo.
12. Orat. I, cap. 10.
13. Paterculo, l. 10, Historia romana.
14. Aristoteles in Poetica.
15. Fracastorio in dialogo De poetica.
16. Ovidio, lib. 3 de ar.
17. Seneca in Hy. , act. 3.
18. Iuvenal, sat. 10.
19. Aristoteles in Poetica.

GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera