Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Biografía. La condesa de Paredes”
Autor del texto editado:
Ramírez de Arellano, Carlos (n. 1814)
Título de la obra:
El Espósito: periódico de literatura, teatros y modas, a beneficio de la casa de maternidad de esta ciudad.
Autor de la obra:
Manuel Diez Fernández de Córdoba. Director
Edición:
Córdoba: Imprenta García y Manté, 1845


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Fuentes
Información técnica





Biografía.

La condesa de Paredes


Error muy vulgar es, pero no por eso menos común, el creer que las mujeres son menos aptas que los hombres para los trabajos serios del entendimiento. Excusado es decir que los redactores del Espósito, jóvenes y, como tales, apasionados entusiastas del bello sexo, no participan de tan disparatada creencia, contra la cual pudieran aducir muchas y muy fundadas razones, si no dijeran más que todas ellas los nombres de las señoritas Avellaneda, Coronado, Armiño y otras dignas rivales en nuestros días de los Zorillas, Rubís, Larrañagas y demás vates, honra y prez de la poesía castellana, y, si al siglo de nuestra literatura remontamos, en él veremos no con menos brillo lucir entre otras los de Lucia Sigea, Cecilia Morillas, Juliana Morell, Oliva Sabuco, Cristobalina de Alarcón y sor Luisa de la Magdalena, antes condesa de Paredes, con cuyos apuntes biográficos vamos a principiar una serie de artículos, que dedicaremos a dar a conocer las escritoras españolas, y que creeremos no desdecirán en un periódico que, como el presente, debe su existencia al bello sexo de Córdoba.

Doña Luisa Manrique Enríquez fue hija de don Luis Enríquez, comendador de Montemolín en la Orden de Santiago, capitán general de Galicia y del Consejo de Guerra de Felipe III; y de doña Catalina de Lujan, natural de Madrid. Dedicose desde sus primeros años al estudio de la literatura y lenguas con tal aprovechamiento, que consiguió saber con toda perfección los idiomas francés, italiano y latino. Casáronla sus padres con don Manuel Manrique de Lara, conde de Paredes y comendador mayor de Montalbán en la Orden de Santiago, quien apreció tanto sus virtudes que, cuando falleció en el año de 1626, no solo la dejó la tutoría de sus hijas, sino la fio toda su última disposición, dándola poder para testar en su nombre. Dio tales muestras de prudencia y acierto en la educación de sus hijas, que el rey Felipe IV, después de haber servido de dueña de honor a la reina Isabel y guarda mayor de sus damas, la nombró aya de la infanta doña María Teresa, su hija mayor.

Ejercía la condesa su empleo con suma satisfacción del rey cuando, fatigada de los cuidados de la corte y deseando vivir en más retiro y austeridad, hizo renuncia de sus destinos y tomó el hábito de carmelita descalza en el convento de Santa Teresa de Malagón el año de 1648. Allí concluyó santamente su vida dedicada a los ejercicios piadosos de su instituto, a escribir sus meditaciones y contestar la correspondencia que constantemente mantuvo con ella Felipe IV, y que se conserva en el archivo de su casa

Fue autora de la obra titulada Año cristiano, o meditaciones para todos los días sobre los misterios de nuestra redención, impresa en Madrid, año 1654, en seis tomos, y de otros escritos piadosos que conservan con gran estimación sus ilustres descendientes. Solo tuvo de su matrimonio tres hijas, a saber, doña María Inés Manrique de Lara, condesa de Paredes, que casó con don Vespasiano Gonzaga, duque soberano de Guastala; doña Isabe,l que fue esposa de don Francisco de Orozco, marqués de Mortara; y, doña Antonia, que murió de corta edad.

Carlos R[amírez] de Arellano






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera