Información sobre el texto

Título del texto editado:
“La vida de Luciano”
Autor del texto editado:
Aguilar Villaquirán, Juan de
Título de la obra:
Las obras de Luciano Samosatense, orador y filósofo excelente, traducidas de latín en romance castellano por Joan de Aguilar Villaquirán, natural de la villa de Escalona. Año 1617
Autor de la obra:
Luciano de Samósata
Edición:
1617


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Fuentes
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LA VIDA DE LUCIANO


Luciano samosatense –por sobrenombre “el blasfemo o maldiciente” o, por que usemos del vocablo griego, el atheos o “ateísta”, que es en castellano el “sin dios”, porque en sus diálogos propone por de burla las cosas que el mundo tiene recibidas por divinas y sagradas– vivió, según Suidas, en los tiempos de los emperadores Trajano y Adriano. Al principio de su vida fue en Antioquía de Siria abogado, pero, como este modo de vida no le armase mucho, convirtió su gusto y cuidado en escribir y escribió casi infinitas cosas; ya viejo, alcanzó del emperador plaza de ser procurador fiscal en todo el reino de Egipto con muy crecido salario. Finalmente, es fama certísima que murió despedazado de perros, por haber exercitado su rabiosa condición de “maldecir contra la misma verdad”; porque en el diálogo que él intituló Vida y muerte del Peregrino persiguió el cristianismo, y del mismo Cristo aquel más que malvado y atrevido habló contumeliosísimamente. por lo cual, justísimamente, comenzaron a tomar la venganza de esta rabia, en la vida presente, perros rabiosos, y en la venidera será coheredero del fuego eterno con Satanás.

Añade Volaterrano, por de no sé qué autor, que la primera ley que profesó fue lade los cristianos, de la cual apostató después, diciendo que no había sacado de ella otracosa más que su nombre corrompido de Lucio hecho Luciano. Fue natural de Samósata, ciudad sita no lejos del río Éufrates, metrópoli de la provincia Comagena, según Plinio y Estéfano. Tiene esta ciudad una laguna que lleva un cieno de tan admirable naturaleza que se enciende con agua y se apaga con tierra y no con otra cosa, con el cual sus moradores defendieron su ciudad de Lucio Lúculo, quemando a sus enemigos y a sus armas con él, como lo dice Plinio.

Comúnmente afirman de él que fue muy supeditado del vicio nefando, lo que hoy día no contradicen las pinturas que de él andan, pues en ellas se ve siempre estar vuelto de espaldas y desnudo, que no es justo se vea la cara de hombre que tal comete. Otros quieren que sinifique el estar vueltas las espaldas su natural humor de hacer burla de todo y de todos, sin conceder con cosa alguna ni satisfacerle, y ansí se ve estar vuelta la cabeza a otra parte, como negando lo que le dicen.

Fue su lengua materna la griega y, con eso, supo la latina perfetísimamente, como se colige del diálogo intitulado Pro eo, quod inter salutandum verbo lapsus fueratantes del fin, y en aquella fue conocidamente el padre de la Retórica.





GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera