Información sobre el texto

Título del texto editado:
“La vida de Juvenal. Sacada de algunos lugares de sus obras”
Autor del texto editado:
López, Diego (1598-1649)
Título de la obra:
Declaración magistral sobre las Sátiras de Juvenal, príncipe de los poetas satíricos
Autor de la obra:
López, Diego (1598-1649)
Edición:
Madrid: Diego Diaz de la Carrera, a costa de Pedro Lasso, mercader de Libros, 1642


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Fuentes
Información técnica





LA VIDA DE JUVENAL.

SACADA DE ALGUNOS LUGARES DE SUS OBRAS


Fue Junio Juvenal natural de Aquino, como se colige cuando, fingiendo que le habla Umbricio, dice:

Et quoties te
Roma tuo refici properantem reddet Aquino (Sat. 3)


Estudió retórica, lo cual se colige de la esplicación de este verso

Et nos consilium dedimus Sylla, privatus ut altum
Dormiret. (Sat. 1)


También estudió filosofía, y de ella sacó la dotrina moral que enseña en sus Sátiras, en que escedió a Horacio, a quien antes habían tenido por el más aventajado, pues ninguno podía igualarse con él, como dice Acrón: "Nisi Iuvenalis scripsisset, Horacio nemo esset melior." Y fue más libre, porque se atrevió reprehender al emperador Domiciano, en cuyo tiempo floreció, como se ve en la “Sátira segunda”, donde le reprehende de incesto, y en la “Cuarta” de glotón y comedor y cómo llamó a los de su Consejo para tratar qué se había de hacer de un pece que le habían presentado. En el modo de escribir no solamente se aventajó a todos los que antes habían escrito sátiras, pero su intención fue escribir una política con nombre de ellas, porque muy política y muy bien instruida y adornada será la república donde no hubiere los vicios que reprehende y florecieren las virtudes y dotrina que amonesta sin perdonar a nadie, pues se atrevió al mismo emperador, porque, si el rey, emperador o príncipe es vicioso, muy poca o ninguna política puede haber en la república, porque muchos los imitarán. Tuvo muy grande amistad con Marcial, con quien algunos procuraron ponerle mal, de donde tomó ocasión de reprehender a los maldicientes y murmuradores, diciéndoles:

Cum Iuvenale meo, quae me committere tentas,
Quid non audebis perfida lingua loqui? (Lib. 7. Epig. 23)


Y, por ser tan grandes amigos, solía enviarle presentes y regalarle en las fiestas saturnales.

De nostro facunde tibi Iuvenalis agello
Saturnalitias mittinus ecce nuces (Lib. 9 Epig. 90)


Donde con mucha razón le llama facundo, título bien merecido y que se debe a la muy gran facundia con que siguió los agudos pensamientos en sus Sátiras, estendiéndolos con la dotrina de diferentes filósofos. Vivió honestamente, porque en su presencia no se había de hacer deshonestidad alguna, como lo escribe a su amigo Persio convidándole a cenar, a quien dice no espere ver en su casa después de cena los bailes deshonestos de las mujeres de Cádiz ni otra cosa que le mueva a deshonestidad, porque no quiere que en ella haya ocasiones semejantes.

Forfitan expectes, ut Gaditana canoro
Incipias prurire choro, plausoque probatae,
Ad terram trémulo descendat clune puellae
Irritamentum Veneris languentis, et acres
Dibitis urticae. (Sat. 1)


Añade poco más adelante que después de cena se leerá Homero o Virgilio en lugar de los bailes y saraos deshonestos que se usan en otros convites y cenas.

Haec eadem illis
Omnia cum fasciant, hilares, nitidique vocantur,
Nostra dabunt alios hobie convivia ludos,
Conditor Iliados contabitur, atque Maronis
Altisoni dubiam facientia carmina palmam. (Ibidem)


Y, aunque usa de algunas palabras lascivas y deshonestas, hácelo por la gran cólera con que reprehende los vicios, torpezas y deshonestidades. Enojado Domiciano contra él por le haber reprehendido muy libre y ásperamente, le desterró, y no falta quien diga murió en el destierro, pero engañase, porque primero murió Domiciano, pues con su muerte acabó la “Sátira cuarta”:

Sed perijt, postquam cordonibus esse timendus
Coeperat, hoc nocuit Lamiarum caede madenti.


No se sabe si escribió otra obra, pero con esta se aventajó a todos los poetas de su profesión, porque fue el más agudo, sentencioso y grave reprehensor de vicios, y así fue el príncipe de los satíricos entre todos los latinos que escribieron sátiras. Yo no he hallado quien trate de su muerte, ni quien diga cómo, ni dónde murió.


FIN






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera