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Título del texto editado:
Historia de la literatura española desde mediados del siglo XII hasta nuestros días. Tomo II. Lección I. Del teatro en la poesía romántica: Lope Félix de Vega Carpio (II)
Autor del texto editado:
Sismondi, Jean Charles Léonard Simonde de (1773-1842) Amador de los Ríos, José (1818-1878)
Título de la obra:
Historia de la literatura española desde mediados del siglo XII hasta nuestros días, tomo II
Autor de la obra:
Sismondi, Jean Charles Léonard Simonde de (1773-1842)
Edición:
Sevilla: Imprenta de Álvarez y Compañía, 1842


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Fuentes
Información técnica





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Hemos visto en nuestra lección séptima del tomo primero cuales fueron los primeros pasos del teatro español, según el testimonio de Cervantes, y los esfuerzos que este célebre ingenio hizo para sacarlo de tal estado, admirando el genio prodigioso del hombre que en su mismo tiempo creó en cierto modo el arte dramática, dando él solo más obras al teatro de su patria que poseen quizá todos los teatros de Europa reunidos. Este hombre, llamado Frey Lope de Vega Carpio, nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562, quince años después que Cervantes; sus padres que, aunque nobles, estaban reducidos a la pobreza, intentaron darle una educación literaria, muriendo desgraciadamente antes que Lope pudiese entrar en la universidad de Alcalá, a donde fue enviado, sin embargo, por el inquisidor general y obispo de Ávila don Jerónimo Manrique, concluyendo allí sus estudios y dando ya pruebas, según se cuenta, en estos primeros tiempos, de su prodigiosa imaginación y buen talento. Tomole el duque de Alba por su secretario, contrayendo poco tiempo después matrimonio con doña Isabel de Urbina, pero un lance de honor le obligó a reñir y habiendo herido peligrosamente a su adversario, se vio precisado a fugarse, pasando algunos años desterrado de la corte y perdiendo al volver a ella su esposa, cuya pesadumbre uniéndose al celo religioso y patriótico que le animaba, le hizo abrazar el servicio de las armas, agregándose a la Invencible armada que debía conquistar la Inglaterra, pero cuya destrucción aseguró el trono de Isabel.

A su vuelta a Madrid volvió a casarse con doña Juana Garrido, viviendo algún tiempo feliz en el seno de su familia, pero la muerte de su segunda mujer le decidió a renunciar al mundo, abrazando una de las órdenes religiosas. (C) Continuó, no obstante, hasta el fin de su vida cultivando la poesía con tan inconcebible facilidad que una obra dramática de más de dos mil versos, mezclados de sonetos, tercetos y octavas, fecunda en intrigas y acontecimientos inesperados o en situaciones interesantes, no le costaba a menudo más que un solo día de trabajo, asegurando él mismo, que:

[…] más de ciento en horas veinte y cuatro
pasaron de las musas al teatro.


Había en el tiempo de Lope de Vega muchos improvisadores castellanos, que hablaban tan fácilmente en prosa como en verso, pero ninguno le igualaba en facilidad y elevación, siendo sin duda el más notable de todos, por no causarle el trabajo de la versificación ni un instante de entorpecimiento al expresar sus ideas. Su grande amigo y biógrafo Juan Pérez de Montalbán, observa que componía más de priesa que sus copistas podían escribir, no dejándole nunca los autores de los teatros, que siempre le tenían ocupado, el tiempo necesario para leer y corregir la obra que acababa de crear, y llegando de esta manera a producir con una asombrosa fertilidad mil ochocientas comedias y cuatrocientos autos sacramentales, que componían dos mil doscientas piezas dramáticas, de las cuales han visto la luz pública poco más de trescientas en veinte y cinco volúmenes en 4.°: las muchas poesías que escribió de otros géneros fueron reimpresas en Madrid el año de 1776 bajo el título de Obras sueltas de Lope de Vega, en veintiún tomos en 4.° también. (D) Estos prodigiosos trabajos literarios adquirieron a Lope casi tanta riqueza como gloria, llegando a reunir una vez en su poder cien mil ducados, pero no se estacionaba por largo tiempo el dinero entre sus manos, y los pobres hallaban siempre en la de Lope una casa abierta a sus necesidades, disipando al par el gusto de la fastuosidad de la corte y el orgullo castellano, que le ligaba al desorden de la fortuna, cuanto había ganado a fuerza de vigilias, y dejando muy pocos bienes a su muerte, después de haber vivido con tanta esplendidez.

Ningún poeta ha gozado en vida de tanta gloria como él: por donde quiera que pasaba, en donde quiera que el pueblo lo veía, rodeábalo en tropel, saludándole con el nombre de prodigio de la naturaleza, siguiéndole los muchachos entre las más alegres aclamaciones, y siendo, en fin, el blanco de todas las miradas. La congregación de sacerdotes naturales de Madrid, de la cual era miembro, lo eligió su capellán mayor, enviándole el Papa Urbano VIII la cruz de Malta, el título de doctor en teología y el diploma de fiscal del colegio apostólico, distinciones debidas tanto a su celo fanático como a sus obras poéticas. Escogiole también la Inquisición por uno de sus familiares, y llegando en medio de tantos triunfos alcanzados por su talento a la edad de setenta y tres años, pasó de esta vida el 26 de agosto de 1635. (E) Fueron celebradas sus exequias con una pompa regia, oficiando tres obispos vestidos de pontifical por el espacio de tres días en los funerales del Fénix español, cuyo nombre conserva aún en los títulos de sus comedias. Calcúlase que escribió más de veinte millones y trescientos mil versos en ciento treinta y tres mil doscientos veinte y dos pliegos de papel.

Seguiremos, pues, respecto a las obras de Lope, el mismo método que hemos empleado en el análisis de escritos menos voluminosos, dando a conocer circunstanciadamente una parte de ellas, más bien que juzgándolas en masa y por medio de la aplicación de ideas generales. Por mi parte, conozco solamente treinta de estas obras dramáticas, que forman la décima de las que se han impreso, y la sesentona parte de las que escribió Lope; mas juzgo, sin embargo, que serán bastantes para poder apreciar su talento justamente y señalar también sus defectos.

La esencia del teatro español es la intriga: en todas sus comedias se encuentra una complicación de acontecimientos, de amores, de astucias y de combates, extraordinaria sin duda si la comparamos con nuestras costumbres, pero muy difícil de seguir y más aún de comprender. Asegúrase que los extranjeros se ven siempre obligados a hacer los mayores esfuerzos intelectuales para concebir la marcha de una comedia que ven representar en los teatros de Madrid, mientras los españoles, acostumbrados de por sí a la intriga y a las aventuras romancescas, toman siempre el hilo del argumento con una facilidad sorprendente. Esta marcha complicada de todas las obras dramáticas pertenece demasiado a la literatura española, para que no tratemos de darla a conocer al tratar de tan insigne ingenio como Lope de Vega: seguiré, pues, en este propósito la marcha regular de la primera comedia que vamos a analizar, y que es al mismo tiempo una de las más sencillas, las demás me contentaré con indicar lo que me ha parecido más digno de atención, tanto artístico como poético y, sobre todo, como descriptivo en las costumbres.

NOTAS DEL TRADUCTOR


(C) Lope de Vega tuvo en su segunda mujer dos hijos, Carlos y Feliciana: el primero murió en su niñez y la segunda contrajo matrimonio con don Luis Usategui, sobreviviendo a su padre y teniendo algunos hijos. No hemos querido pasar en silencio esta circunstancia de la vida del padre del teatro español, olvidada por Sismondi. Por leve que sea cualquiera de las que ocurrieron a los grandes hombres, presentan siempre algún interés para los amantes de las glorias nacionales.

(D) En la edición de las Obras sueltas de Lope se hallan también inclusas las comedias siguientes: El guante de doña Blanca, Las bizarrías de Belisa, La mayor virtud de un rey, Porfiando vence amor, El amor enamorado, El desprecio agradecido, La mayor victoria de Alemania y Si no vieran las mujeres. El tomo XVIII de la misma obra se compone todo de loas, entremeses y autos, y el XX y parte del XXI contienen una colección de versos intitulada: Fama póstuma de la vida y muerte del doctor Frey Lope Félix de Vega Carpio y Elogios panegíricos a la inmortalidad de su nombre, escritos por los más esclarecidos ingenios nacionales y extranjeros, que a solicitud del doctor Juan Pérez de Montalbán se presentaron gustosos a rendir al genio los últimos homenajes. Al mismo tiempo que se publicaba esta obra, que fue en el año de 1636, dio a luz en Venecia Fabio Franchi otra corona fúnebre, cuyo título era: Essequie poetiche ó vero lamento delle muse italiane nella norte del signor Lope de Vega, poeta spanuolo. Esta noticia nos ha parecido digna de este lugar, porque nos pone en claro el grande aprecio en que era tenido el Fénix de los ingenios españoles en el suelo clásico de las letras, honrando sobremanera su memoria.

(E) No son de esta opinión don Nicolás Antonio, León Pinelo, ni el curioso Álvarez Baena, que establecen como positivo que Lope de Vega pasó de esta vida el 27 del mismo mes que Sismondi señala. No sabemos de qué fuente haya tomado este autor que murió el 26; ni por la inscripción que escribió el maestro Gil González de Ávila para el monumento que el duque de Sesa mando erigir a su amigo, en la cual se lee: recesit á vita et cármine 25 augusti; ni por lo que Montalbán dice en su Fama Póstuma puede deducirse que expirase Lope el día señalado por el historiador francés. Pero en vista de las observaciones hechas por los tres autores que arriba mencionamos, creemos positivamente que el fundador de la escena española dejó de existir el 27 de agosto y que padecieron una grave equivocación los que variaron esta fecha.





GRUPO PASO (HUM-241)

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2018M Luisa Díez, Paloma Centenera