DE DON BERNABÉ DE LA SERNA RAMÍREZ
Con el calor de Apolo esclarecido
y el riego de las aguas del Pegaso.
la Vega del insigne
Garcilaso
dio ricas flores de un olor crecido,
a quien jamás agostará el olvido [5]
por más que alargue tras el tiempo el paso,
porque las nueves hermanas del Parnaso
guardan velando su verdor florido.
De
mayor
hermosura en nuestra Vega
el sacro
Apolo
ricas flores cría, [10]
libres de olvido y dignas de
memoria,
y hoy su
hortelano
Lope no las niega,
pues hasta
Arcadia
un ramillete envía
con larga
mano
y envidiada
gloria.