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AL PRÍNCIPE [DE ESQUILACHE].
Teócrito
español,
en quien se humana
Apolo con blandura tan divina,
que sin voz
extranjera
o peregrina
eternizas
la tuya soberana;
honor de nuestra
lengua
siempre llana, [5]
como su propio nombre determina,
que, sin perder la
imitación
latina,
no excedes la pureza castellana,
pues con tan alto
estilo
se levanta
donde la envidia tus laureles mira [10]
y de tu pluma la excelencia
canta,
escribe, inventa, mueve, enseña, admira,
y las Harpías de su mesa espanta,
Alcides, con el arco de la lira.