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Al rey nuestro señor
Si entre los títulos de vuestra merced resplandece más el de rey de Jerusalén que el de emperador de las Indias Orientales y Antárticas, justamente se le debía dedicar la
historia
de su conquista por los felicísimos reyes Ricardo y Alfonso VIII, que fue la primera acción que vuestra merced tuvo a este título; pues deciende por la línea de Inglaterra y Castilla de la esclarecida reina doña Leonor, hija de Ricardo y mujer de Alfonso, abuelo del santo Fernando, que ganó a Sevilla. Reciba vuestra merced este
humilde
tributo (tan desigual a sus méritos) de quien le quisiera ofrecer más mundos que tiene reinos. Dios guarde a vuestra merced.
Lope Félix de Vega Carpio