[2]
Soneto al rey nuestro señor
Hombre soy como eres, no te espantes
de oír la
majestad
y el poderío,
pues de ambas cosas, solo el uso es mío,
según lo fue de otros monarcas antes.
Provincias grandes, reinos importantes, [5]
sujeta este gallardo y justo brío,
mas si al morir no pueden dar desvío,
que son, puesto que fuesen de diamantes.
Del uno al otro polo, al mundo abarco,
y sujeto, mejor que Atlante al cielo, [10]
sobre hombros de mi claro nombre y marca.
Y aunque cuando el vibrar la espada y arco
señalo, están temblando el mar y el suelo,
a mí me hace temblar sola una parca.
LAUS DEO