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Por mandato y comisión de vuestra alteza, he visto la
Ilíada
de Homero
traducida
en versos castellanos. No tiene cosa alguna que contradiga a nuestra santa fe y
costumbres.
El traductor fue docto, herencia en su casa, desde el insigne español Antonio de Lebrija, a quien tanto debe nuestra nación; Homero fue príncipe de los poetas griegos, tan célebre que en muchos santos se hallan hoy algunos de sus versos, no necesita de censura, sino de
alabanza
en nuestra lengua, como la tiene en la suya. Puede vuestra alteza, siendo servido, dar licencia para que los que ignoran la lengua griega y latina le gocen en la castellana. Que este es mi parecer. A 7 de noviembre de 1627.
Lope Félix de Vega Carpio