[9]
De Fernando Bermúdez de Carvajal
Lope, en vuestra
primavera,
cantando humanos
amores,
distes agradables flores,
Vega de la edad primera;
pero ya que la
postrera
[5]
tan divino
cisne
os hace,
fruto que a Dios satisface
el fénix que nace en vos,
porque quien se vuelve a Dios
muere cisne y
fénix
nace. [10]