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De don Francisco de Quevedo al Peregrino de Lope de Vega Carpio
Las fuerzas,
Peregrino
celebrado,
afrentará del tiempo y del olvido
el libro, que por tuyo ha merecido
ser del uno y del otro respetado.
Con lazos de oro y yedra acompañado, [5]
el
laurel
en tu frente está corrido
de ver que tus
escritos
han podido
hacer cortos los premios que te ha dado.
La envidia, su verdugo y su tormento,
hace del nombre que cantando cobras, [10]
y con tu gloria su martirio crece.
Mas yo disculpo tal atrevimiento,
si con lo que ella muerde de tus obras,
la boca, lengua y dientes enriquece.