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El peregrino

Patria, adiós, pues sois discreta,
quedemos en paz los dos,
que si es palabra de Dios
que nadie es en vos profeta,
¿quién será profeta en vos? [5]
Por mi fortuna me rijo,
al mundo por patria elijo
y sólo al Cielo por padre,
que ya no os quiero por madre,
si no me queréis por hijo. [10]
Bástame aqueste sombrero
para el frío y el calor,
pues no conocí señor,
o natural o estranjero,
que me le diese mejor. [15]
Bástame aqueste bordón
defensa de mi opinión,
coluna de mi inocencia,
báculo de mi paciencia,
y espada de mi razón. [20]
¡Oh patria, el tiempo que encubre
a Troya en ceniza igual,
por infusión celestial
a vos de yerbas os cubre,
y a mí de tosco sayal! [25]
Yo con pedir me entretengo;
limosna, esperad, ya vengo,
partir con vos es partido,
porque diré que lo pido
para una madre que tengo. [30]
Si el sol que el mundo celebra
vuelve a vos, guardad por mí
las paredes donde os vi,
que os dejo como culebra
la camisa en que nací. [35]
Mas si no os toca su llama,
trocad en ciprés la rama
del laurel, que os dio por joya,
que a vos y a mí, como a Trova,
desdichas nos darán fama. [40]