Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Dedicada a la señora Fenisa Camila”
Autor del texto editado:
Vega, Lope de (1562-1635)
Título de la obra:
Decimaquinta parte de las Comedias de Lope de Vega Carpio, procurador fiscal de la Cámara Apostólica y familiar del Santo Oficio de la Inquisición
Autor de la obra:
Vega, Lope de (1562-1635)
Edición:
Madrid: Fernando Correa de Montenegro/Alonso Pérez, 1621


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Fuentes
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Dedicada a la señora Fenisa Camila


Desde que supe que querían imprimir La vengadora de las mujeres, que por ventura por este intento andaba perdida por la corte, previne dirigirla vuestra merced, como a persona a quien más justamente tocaba el título, pues ha vencido más mujeres con su hermosura que hombres han engañado con palabras de casamiento, lazo en que tan fácilmente caen. Y aunque yo estaba en sagrado, así por el oficio como porque en las ventanas de los años no alcanza el toro, quise hacer este gusto a vuestra merced por si pudiese persuadir su imaginación que fue el dueño de esta fábula. Vanidad es en una mujer despreciar los hombres, pues, cuando Aristóteles dijo que la mujer le apetecía como la materia a la forma, no pensó que era pequeño encarecimiento. Mas responderá vuestra merced que Dios, habiéndole criado, le halló solo, y que le dio la mujer por compañía, de donde querrá inferir que él debe apetecerla y que ella puede huirle. El argumento es falso, porque saliendo del mismo, ha de volver a su primera causa como a la mar los ríos. Él solo dijo el Filósofo que era Dios o bestia. Vuestra merced no puede ser lo primero; mire al peligro en que se pone con lo segundo, y si le ha de suceder lo que a Laura, que con todas sus letras, sus estudios, cuidados y melindres vino a querer sujeto donde si la mentira del disfraz fuera verdad de la persona, más que de las mujeres, había sido la vengadora de los hombres.

No intente por vanidad cosas que, no teniendo por fundamento la virtud, se oponen a la naturaleza. No ame vuestra merced, pero no aborrezca; no diga bien de los hombres, pero no los infame; siquiera porque sus padres desearon que lo fuese y les pesó de que naciese mujer, y aun a la misma naturaleza, que por su falta la hizo hombre imperfecto, título que dieron a la mujer tantos filósofos. Mas porque no parezca que, habiendo de ser esta carta dirección de esta comedia y, como en los libros se usa, primera en las licencias de las lisonjas, aseguro a vuestra merced que la tengo por hermosa y que la tendré por discreta si la veo de la opinión de Laura, con algún dichoso Lisardo que la merezca; porque la más pintada mariposa, sin que la busque la llama, se abrasa en ella, y nos han enseñado los ejemplos de las historias, así antiguas como modernas, notables castigos de semejantes libertades; por lo menos entran aquí los avisos de los poetas y el de Horacio con Garcilaso, cuando dijo:

En tanto que de rosa y azucena.


Porque vuestra merced podría aguardar a tiempo que los mismos de quien ahora se burla se burlasen de ella. Dios guarde a vuestra merced.

Capellán de vuestra merced,


Lope de Vega Carpio






GRUPO PASO (HUM-241)

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2018M Luisa Díez, Paloma Centenera