Del doctor Juan Pérez de Montalbán, SONETO
Dulce
Sirena,
que la voz
sonora
Apolo
te prestó desde su esfera,
de la Acidalia diosa verdadera,
imagen por quien Marte tierno llora.
Luz de estos valles, que, cual blanca Aurora, [5]
fertilizas su verde primavera,
cuya
elocuencia
aficionar pudiera
al rubio amante que un laurel adora:
Prevéngate la
fama
mil altares,
su guirnalda te dé el señor de Delo, [10]
quede tu nombre en bronces
esculpido.
Préciese de tal prenda Manzanares,
pues enriqueces su florido suelo
contra las fuerzas del caduco
olvido.
El laurel merecido [15]
te dé, Amarilis, la parlera Fama,
que ya por sin
igual
tu lira llama.