De don Victorián Joseph de Esmir y Casanate, a doña María de Zayas y Sotomayor. Soneto
Amarilis,
pues
docta
y
elocuente
tu
pluma
(ya pincel) diestra colora
desde la undosa Thetis a la Aurora,
la honrosa
fama
a tus grandezas cuente.
Ocupa el mucho desplendor luciente, [5]
el Museo te alabe en voz canora,
y el rubio
Apolo
que los orbes dora
honre con claros círculos tu frente.
Nunca en largas edades se consuma
tu gran memoria,
admiración
del suelo, [10]
o vuele el tiempo o vaya a tardo paso.
Que has merecido en premios de tu
pluma
las palmas del gran Líbano y Carmelo
y los sacros laureles del
Parnaso