Información sobre el texto

Título del texto editado:
“A quien leyere”
Autor del texto editado:
Santos, Francisco
Título de la obra:
Día y noche de Madrid
Autor de la obra:
Santos, Francisco
Edición:
Madrid: Pablo de Val, 1663


Más información



Fuentes
Información técnica





[17]

A QUIEN LEYERE


Pobre de mí, que sin haber estudiado doy un libro a los ojos del mundo; ojos que, creyéndose hermosos, murmuran de cuantos ven. Sólo culparé a las personas que me han animado a ello; pero aunque no hirió en mí el buril de la Gramática (falta que continuamente lloro, pues conozco que en lo misterioso del Latín están escondidos los más realzados secretos divinos y humanos), me sirve de consuelo el que naturaleza (aunque en mi nacimiento estaba llorando pobreza) me señaló parte de sus bienes para que pueda hablar contigo, lector enemigo (si acaso lo eres, que pocos se escapan de serlo de los libros que leen, sin saberlos hacer): suplico a tu condición no fleche a lo que por gusto he escrito, asegurándote que no me vinculo con presunción vana, pues ya sé que sé poco; pero sé que no me libraré de tu censura, pues a ella nacieron sujetos otros sujetos mucho mayores que el mío; que Lelio de Barrón fue censurado de Platón, y Sócrates de Aristóteles, y Aristóteles de muchos, siendo príncipe de la Filosofía y maestro de las ciencias; pero admírame que en el tiempo que gozamos hay quien en todo halla qué enmendar y morder, sin ser Platón ni Aristóteles. 1

Sólo me consuela el que mi Día es claro, y mi Noche no es obscura, aunque entre fantásticas imaginaciones le parezca a algún lector lindo 2 que a mi Día le podía servir de Sol, y a mi Noche de pedazo de estrella; y a fe que si se miraran las obras ajenas con los ojos que las propias, que habían de parecer todas buenas, y entonces algunos admiraran el atrevimiento de morder unas y publicar otras. Procura, si lo has de hacer, el creer que no te hace invisible el yelmo de Plutón, 3 pues sin él andas a la vista de todos cuantos ves. No hagas lo que Safo, que enseñaba a algunas aves alabanzas suyas y luego las soltaba al aire y en él decían lo que las habían enseñado, sin reparar que, aunque cuatro inocentes le alababan, le conocía el mundo por grandísimo majadero. 4 Si tú quieres librarte de serlo, lee piadoso y siente como discreto, que es el que, aunque siente, disimula, porque le parece que tiene qué le disimulen.

No te ofrezco todo lo que puede suceder en el Día y noche de este lugar, pues tan gran- de fuera en mí el desatino de pretenderlo como en ti el de imaginarlo: algo de lo mucho es sólo lo que escribo, valiéndome para ello de tiempo ajeno, pues se le quito al sueño y al descanso. Si éste te agrada (que sí hará, pues no tiene nada de tarasca), te ofrezco la Tarasca de Madrid, 5 que ya queda entre las nubes de los borradores todo el cuerpo, sin que la falte más de la cola. Suplícote no me la des, pues de ti espero fin dichoso y no cola; que para adornarle bastante brocado y jerga me ha quedado sobrado, tejido en los telares de mi amada patria; donde se conoce lo bueno por ser mucho, y, aunque no es poco lo malo, se sufre a vueltas del conocimiento, para obligarle. Que al conocimiento dé vueltas tu cordura, espero; que ese es mi "vale."





1. La frase es confusa, pero parece claro que está tomada del Relox de Príncipes de Antonio de Guevara: “Muy antigua pestilencia es todas las obras virtuosas aver quien murmure dellas, y en esta regla no sólo entran los que las obran, mas aun los que las escriven, y parece esto ser verdad porque Sócrates fue reprehendido de Platón, Platón de Aristótiles, Aristótiles de Avenruyz, Secilio de Vulpicio, Lelio de Varrón, Marino de Tolomeo, Ennio de Oracio, Séneca de Aulo Gelio, Crastonestes de Estrabo, Thésalo de Galieno, Hermágoras de Cicerón, Cicerón de Salustio, Orígenes de Hierónimo, Hierónimo de Rufino, Rufino de Donato, Donato de Prósper, y Prósper de Lupo. Pues en estos varones tan heroycos y en sus obras cupo correpción, los quales fueron lumbre del mundo, no es por cierto mucho que quepa en mí, sabiendo como sé tan poco. Con mucha razón le han de notar de vano y acusar de liviano al hombre que aquello que un sabio escrivió sobre mucho estudio y acuerdo, no más de por leerlo una vez lo tiene en poco. Muchas vezes son reprehendidos los auctores y escriptores no de los que saben componer o traduzir escripturas, sino de los que no saben entendellas ni aun por ventura leerlas, porque a fin que las mugeres y hombres simples que están presentes los tengan por sabios, toman por partido de calunniar y dezir mal de aquella doctrina; porque piensen los otros que el que lo dize es un pozo de sciencia”. En Obras Completas de Fray Antonio de Guevara. Emilio Blanco, ed. Madrid: Fundación José Antonio de Castro, Biblioteca Castro, 1994, tomo II, pág. 56.
2.  lindo: presuntuoso.
3.  yelmo de Plutón: según la mitología griega, el casco de Hades permitía ser invisible a aquel que lo llevara puesto
4.  Psafo: Safón, rey de Lidia vanidoso y necio, cuyo vicio comentan por ejemplo Andrés Ferrer de Valdecebro, Gobierno general, moral y político hallado en las aves… (capítulo del papagayo), el Padre Vitoria, Teatro de los dioses, (capítulo de Salmoneo) o el Padre Mariana en su Historia de España, con alguna variante.
5. Sobre esta novela y sus contenidos, véase la Introducción.

GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera