[14]
DE DON DIEGO SILVE[I]RA
Don Joseph, tus discreciones
obligan a que te alabe.
¡Qué vanas presuncïones!
¿No cabrá en mis razones,
en mi
admiración
no cabe? [5]
Solo puedo encarecer
que tu
sabio
discurrir
con fama llega a tener,
y esto vengo a saber
de haberlo oído decir. [10]
Espeluznando el lenguaje
tu
ingenio
en heroica suma,
para escribir con coraje,
deja prudente la pluma,
toma resuelto el plumaje. [15]
Cuantas noticias adquieres
noble tu afecto reparte,
pues tan generoso eres
que mucha parte refieres
para dar a todos parte. [20]
Quien ignorare indiscreto
la juiciosa extravagancia
de un
estilo
tan perfecto,
si tropieza en la elegancia,
luego caerá en el
concepto.
[25]
Tus
novelas
singulares,
por modo muy singular,
huyen estilos vulgares,
y siendo tan
"ejemplares,"
ninguna tiene
"ejemplar."
[30]
Los
zoilos
te anuncian glorias
cuando con envidia ven
cuántas consigues victorias,
pues siempre buscando historias
sales de todas muy bien. [35]
Los enredos muy atentos,
la prosa de buen capricho,
tan
nuevos
los pensamientos
que yo los tengo por cuentos,
pues nadie tal cosa ha dicho. [40
De tus
discursos
famosos
tal doctrina conjeturo
que encuentran los más curiosos
entre
"Rumbos peligrosos"
el camino más seguro. [45]
Quien a ver tus obras llega,
cuando en la
agudeza
tope
ya la suspensión se entrega,
si no dice «esto es de Lope»,
dirá absorto «Esto es de Vega». [50]
Ya de mi musa el compás
en tus elogios felices
de seguir se ve
incapaz,
mas sobre lo que tú dices,
no se puede decir más. [55]