Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Prólogo al lector”
Autor del texto editado:
Penso de la Vega, Joseph
Título de la obra:
Rumbos peligrosos por donde navega con título de Novelas la çosobrante nave de la temeridad.
Autor de la obra:
Penso de la Vega, José
Edición:
Amberes [Ámsterdam]: [Jahacob de Córdoba], 1683


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PRÓLOGO AL LECTOR


Entiendo que esta sea la primera vez que en un libro de novelas se haya hecho prólogo a cada una. Mas, siendo que las que te presento no parecen ramas de un propio tronco ni flores de una misma rama, formando juntas más abortos de una emulación que partos de un ingenio, quiero que logre cada cual su prólogo y su dedicatoria, tanto para que se reconozca en ellas que ninguna se imita, y que parezca fruto de otro árbol, proemio de otro discurso, y preludio de otra harmonía, como para que campee la singularidad al paso de que fenezca la envidia. Tengo a cada una su estilo, por igual en la traza o en la sutileza, y no es justo desigualarlas en la protección o en el agasajo.

En la primera quise ver si podía vincular en lo metafísico lo agudo; en lo dulce, lo serio; y, en lo fabuloso, lo heroico. En esta procuré experimentar si uniendo Calíope a Clío, tenía lugar lo erudito de introducirse en lo galano y de lucir entre lo amante lo noticioso. Costome más trabajo y gasté más tiempo, porque las agudezas puede producirlas con brevedad el juicio, mas las noticias ha menester que las recoja sin vuelo el estudio. Si el método te agrada, no será poca la lisonja para la novedad. Si no te satisface, a mí sí el darte la materia, o para el divertimento, o para la censura.

Rumbos peligrosos intitulo a estos ocios del genio o elevaciones del capricho, y creo que el norte que en la presente galantería sigo sea el más peligroso de los rumbos. La retórica es remontada, mas clara; la colocación ruidosa, mas suave; la erudición copiosa, mas inteligible; y, aunque se le represente a la mordacidad, que es impropio para las novelas la energía, para fábulas, la elocuencia, y para historias, la Historia. No hubo ley que señalase términos al realce, imponiendo que no se enlace lo útil en lo entretenido, y que como hay divertimentos para las damas, no los pueda haber para los doctos. Antes pregonan los Tulios, los Sénecas y los Platones que los cuerpos de los libros que no aspiran a hermanar con la hermosura de las agudezas el alma de los conceptos, son voces sin espíritu, monstruos sin forma, y cuerpos sin alma.

Apostaron dos célebres pintores sobre la maravillosa perfección de sus pinceles, y, siendo sublime el sitio en que había de colocarse los retablos, el primero hizo prodigios en el arte, mas, acomodando el cuadro en lo erigido de su esfera, parecían bosquejos los prodigios. El segundo formó con tal arte los rasgos, con tal especulación las proporciones, y con tal industria las perspectivas que, pareciendo bosquejos del acaso las líneas y confusión de las ideas los impulsos, campeó después de encumbrarlo con primores de raro, con encomios de inimitable y con vislumbres de portentoso.

Esta novela de los Retratos de la confusión y confusión de los retratos la compuso mi ingenio para los entendimientos que, como nobles y discretos, ajustan los maridajes de la moralidad con la sentencia de la fruición, con la enseñanza, y, del provecho, con el gusto. Si no se hallaren depositados en su centro estos retratos, podrá ser que parezcan "confusiones" los colores, sombras las luces y borrones las sombras. Mas, introducidos en el relevante intelecto de los prudentes, podrá ser también que, en vez de tenerlos por Retratos de la confusión y por confusión de los retratos, causen "confusión" estos retratos a los zoilos, y se conozcan que son retratos de la curiosidad estas "confusiones."

Seis novelas he prometido, y empecé a darlas a la estampa sin tener hecho más que la primera y la mitad de esta. Fue arrojo de la temeridad el atreverme a componer para imprimir, mas fue temeridad de la confianza el atreverme a imprimir lo que apenas había empezado a componer. Seguir a la imprenta mi pluma bien puede servir de disculpa a las erratas y a los errores, pues que, si librara como la fiera Calisto los partos, si no saliesen muy lúcidos, no saldrían a lo menos tan disformes. En la primera presenté a la atención lo florido, en esta te ofrezco lo fructuoso. Alguna habrá en que blasone lo óptimo o, bien, bizarree lo sazonado. En aquella apliqué lo jocundo, en esta lo grave. No faltará en alguna lo histórico, en otra lo marcial, lo ingenioso en la que sigue, y, en la última, lo jocoso. Yo lo estoy en querer consagrar a tu urbanidad el recelo, o dudar de tu cortesía el aplauso. Son cobardías de lo defectible y triunfos de lo desconfiado. Eres bizarro, eres agradecido, eres generoso. Vive feliz, vive bien y vive mucho, que solo vive mucho quien vive bien y solo quien vive bien es feliz en lo que vive.

Don José de la Vega






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera