Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Señor”
Autor del texto editado:
Zatrilla y Vico, José, Conde de Villasalto
Título de la obra:
Engaños y desengaños del profano amor
Autor de la obra:
Zatrilla y Vico, José, Conde de Villasalto
Edición:
Nápoles: Giuseppe Roselli, 1688


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Fuentes
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[2]

SEÑOR


Si el haber consagrado a Vuestra Majestad con obsequioso rendimiento el primer fruto de mis estudiosos desvelos fue deuda indispensable de mi heredada obligación, el sacrificarle de nuevo este segundo es fervoroso culto de mi servidumbre leal que, deseosa de aspirar al mayor acierto, espera conseguirle mereciendo del piadoso agrado de Vuestra Majestad la más colmada dicha con permitir que tan pequeña ofrenda logre la feliz fortuna de verse colocada en las heroicas y reales plantas de Vuestra Majestad.

Entre los preciosos dones que ofreció Merodac al rey Ezequías, dice la Escritura que le envió unos libros 1 y, puesto que aquel juzgó por apreciable don aquesta oferta, no es dudable que el fin de habérselos enviado sería para que los leyera el rey, que como los libros no tienen estimación si no se leen, todo su caudal se oculta si no se abren y solo con abrirse logran el aprecio que merecen. Son un escondido mineral que al paso que enriquecen de noticias y de letras a los que saben abrirlos y penetrarlos, no son más que un enfadoso volumen o mal empleado papel para quien se desvía de ellos.

No pretendo, señor, persuadir a Vuestra Majestad que malogre el tiempo ocupándole en la ociosa leyenda de estos mal formados rasgos, solo debo desear que Vuestra Majestad honre y favorezca –como suele– a los que por sus altas discreciones y católica enseñanza dignamente merecen esta fortuna. Yo, con haber sido tan feliz que mis desveladas fatigas han podido lograr tan soberano protector, debo juzgarme por muy dichoso porque, al paso que el único fin de mi estudiosa aplicación y de sacar a luz esta obra fue solo de desengañar a los amantes de los engaños del ciego amor, hubo algunos no menos ciegos que intentaron injustamente su deslucimiento, mas no lo consiguieron por hallarse amparada de la razón y piadosamente defendida de protección tan alta.

Aun la calificada bondad de la humilde Madalena se vio maleada y perseguida de los que debieran defenderla y solo pudo librarla de tan injusta censura la sagrada protección de su divino maestro. Llegó aquella con reverente culto a ungir los pies de Cristo con aromas muy preciosos, 2 pero al paso que tan plausible operación edificaba y que merecía la aprobación de los del Apostólico Colegio, fueron estos los que más enfurecidos la culparon, 3 no sé si por el desperdicio que en ella suponían o si por la gloriosa aceptación que supo merecer y conseguir. Parece que en tan Sagrado Colegio pudiera caber emulación, y cupo, porque, como eran hombres y no todos fieles, fueron fáciles en calumniar lo que debieran aplaudir. Mas, por la misma razón que fue tan injusta su calumnia, no solo quedaron reprehendidos de su divino maestro, culpándolos por molestos, sino que, volviendo el mismo Cristo por el crédito de la Madalena, aprobó y calificó por bueno lo que aquellos intentaron reprobar. 4

Muy discretamente supo prevenir el real profeta David tan inevitable riesgo, pues sin embargo que conocía la candidez de su intención y que sus obras eran a todas luces muy plausibles, 5 no quiso aventurarlas sin asegurarlas del peligro dedicándolas todas al más supremo rey para que con tan alta protección quedasen más bien defendidas de sus émulos, 6 y si un Rey tan respetado y tan santo como David pudo recelar los injustos tiros de la envidia, con mucha más razón debo yo temer sus implacables iras, solicitando en el poderoso amparo y soberana protección de Vuestra Majestad el más seguro asilo, a cuya sombra no podrá introducir la emulación sus nocivos rayos, ni ofender con sus dañados influjos. Nuestro Señor guarde la católica real persona de Vuestra Majestad como la cristiandad ha menester.

El conde de Villasalto






1. Nota al ladillo: [1]. Misit Merodach libros, et munera ad Ezechiam. Isai. cap. 39. num. 1.
2. Nota al ladillo: [2]. Maria ergo accepit libram nardi pistici preciosi, et ungit pedes Iesu. Ioann. cap. 12. nu. 3.
3. Nota al ladillo: [3]. Videntes autem discipuli indignati sunt dicentes, ut quid perditio hæc. Matth. cap. 26. nu. 8.
4. Nota al ladillo: [4]. Iesus autem dixit, finite eam quid illi moests estis? bonum opus operata est in me. Ibid. n. 5.
5. Nota al ladillo: [5]. Eructavit cor meum verbum bonum. Psal. 44. num. 1.
6. Nota al ladillo: [6]. Dico ego opera mea Regi. Ibidem.

GRUPO PASO (HUM-241)

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2018M Luisa Díez, Paloma Centenera