Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Aprobación del ilustrísimo y reverendísimo señor don fray Luis Díez de Aux y Armendáriz del Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, redención de cautivos cristianos, hijo de la provincia de Argón, que es la primera de su religión, maestro que ha sido de Justicia y del Número de dicha provincia, difinidor y elector general diversas veces por ella, compañero y consultor de diversos padres generales, que han sido de dicha religión, prelado diversas veces, de los mejores conventos de dicha provincia y últimamente provincial y padre de ella; después obispo de Alguer y sus uniones y actualmente arzobispo de Cáller, obispo de Iglesias y demás uniones, primado de Cerdeña y Córcega, vexilario de la Santa Iglesia Romana, señor de las Varonias de Sueli, San Pantlaeón, Santadi y Isla de San Antiogo, del Consejo de Su Majestad”
Autor del texto editado:
Díez de Aux y Armendáriz, Luis
Título de la obra:
Engaños y desengaños del profano amor
Autor de la obra:
Zatrilla y Vico, José, Conde de Villasalto
Edición:
Nápoles: Giuseppe Roselli, 1688


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Fuentes
Información técnica





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APROBACIÓN DEL ILUSTRÍSIMO Y REVERENDÍSIMO SEÑOR DON FRAY LUIS DÍEZ DE AUX Y ARMENDÁRIZ DEL REAL Y MILITAR ORDEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, REDENCIÓN DE CAUTIVOS CRISTIANOS, HIJO DE LA PROVINCIA DE ARGÓN, QUE ES LA PRIMERA DE SU RELIGIÓN, MAESTRO QUE HA SIDO DE JUSTICIA Y DEL NÚMERO DE DICHA PROVINCIA, DIFINIDOR Y ELECTOR GENERAL DIVERSAS VECES POR ELLA, COMPAÑERO Y CONSULTOR DE DIVERSOS PADRES GENERALES, QUE HAN SIDO DE DICHA RELIGIÓN, PRELADO DIVERSAS VECES, DE LOS MEJORES CONVENTOS DE DICHA PROVINCIA Y ÚLTIMAMENTE PROVINCIAL Y PADRE DE ELLA; DESPUÉS OBISPO DE ALGUER Y SUS UNIONES Y ACTUALMENTE ARZOBISPO DE CÁLLER, OBISPO DE IGLESIAS Y DEMÁS UNIONES, PRIMADO DE CERDEÑA Y CÓRCEGA, VEXILARIO DE LA SANTA IGLESIA ROMANA, SEÑOR DE LAS VARONIAS DE SUELI, SAN PANTLAEÓN, SANTADI Y ISLA DE SAN ANTIOGO, DEL CONSEJO DE SU MAJESTAD


Remíteme Vuestra Señoría la Segunda Parte de su obra, cuyo título es: Engaños y desengaños del profano amor, y habiéndola leído con atención estudiosa, empleando en su lección los ratos que me deja respirar el peso de mi gobierno, he llegado a conocer el gran caudal de ingenio y de doctrina y el tesoro grande de virtudes cristianas que adornan y enriquecen la nobleza e hidalguía calificada que ha Vuestra Señoría heredado de sus nobilísimos progenitores. Quien da vida a los hombres es el entendimiento, así se ha de suponer de la petición que hacía a Dios el rey David: da mihi intellectum, et vivant; 1 y de la distinción de los tres grados de vida que conoce la filosofía, cuyo primer grado es proprio de las plantas que, atrayendo por sus ocultas venas el alimento que las subministra la sustancia de la tierra, las hace crecer y las que más perfectamente viven son las que más crecen, extendiéndose en sus ramas, vistiéndose con sus hojas, adornándose con sus flores y enriqueciéndose con sus frutos. El segundo grado es proprio de los brutos que por él sienten y se mueven por sí mismos y los que más perfectamente viven esta vida son los que más prontos ejercen las operaciones de sentir y de moverse. El tercero grado así es proprio de los hombres que le participan los ángeles más libre de imperfecciones y en Dios se halla sin imperfección alguna. En los hombres quien más perfectamente vive esta vida que es la del entendimiento es quien más y más bien conoce penetrando los más indivisibles átomos de perfecciones o imperfecciones de los objetos representando a cada uno según su ser y sus propriedades, conveniencias y disconveniencias y las razones de malicia y de bondad que puede decir o reprobar el libre albedrío.

De aquí es que cuanto el hombre yerra en el conocimiento de los objetos tanto se niega a sí mismo de vida de hombre y cuanto más acertadamente conoce tanto más perfectamente vive. Erró en el conocimiento de la verdad el rey Nabuco, negando el ser al mismo Dios necesaria e inmutable verdad y por consiguiente abrazando todos los errores que proceden de este primero, y dejó luego de vivir vida de hombre, pasando a vivir vida de fiera: ex hominibus abiectus est, et fenum ut bos comedit, et rore Cœli corpus eius infectum est, donec capilli eius in similitudinem Aquilarum crescerent, et ungues eius quasi ungues avium. Levantó alguna vez los ojos al cielo y encontró con la luz que le guio al conocimiento de la verdad que su errado juicio le ocultaba y en este conocimiento halló su propria vida y ser de hombre: igitur post finem dierum: ego Nabucodonosor oculos meos ad Cœlum levavi, et sensus meus redditus est mihi. 2 Niégase pues el hombre a sí mismo el ser de hombre si yerra el entendimiento en la representación de la verdad. El entendimiento de Vuestra Señoría en el conocimiento de las cosas naturales, mortales y políticas cristianas que contiene su libro ha llegado a lo indivisible de la verdad sin asomo de error, ni amago de engaño, todo lo distingue y nada confunde. Descubre artificiosamente y con sutileza los males que el amor profano oculta y pone delante de los ojos los remedios más prontos y más eficaces para que las voluntades de los que leyeren su libro de Vuestra Señoría conozcan lo bueno que deben amar y lo malo que deben aborrecer, lo que deben cautelar con prudencia y lo que deben abrazar sin sospecha de engaño, y sírvenos todo esto de argumento muy eficaz u de clarísima luz para conocer una purísima verdad, libre de toda apariencia de error, digo la perspicacia y viveza de su entendimiento de Vuestra Señoría por quien vive feliz y perfectamente hombre.

Árbol de vida –dice el Espíritu Santo– es la sabiduría para los que la aprehenden y dichoso es el que la conservare: lignum vitæ est ijs qui apprehenderint eam, et qui tennerit eam beatus. 3 El entendimiento noticioso de las verdades más puras y más levantadas es la sabiduría y llámale árbol de vida el Espíritu Santo porque por ella vive vida feliz y perfecta el que la posee. Por eso es moribunda, infeliz e imperfecta nuestra vida sensitiva, porque en pena del pecado de Adán vedó Dios a todos gustar el vital fruto de aquel leño que nació en el Paraíso, poniendo por guarda de él un querubín con su montante de fuego: ad custodiendam viam ligni vitæ; 4 y si llegáramos a comer dese fruto, fuera nuestra vida animal feliz y perfecta, porque no experimentara desalientos, ni temiera los amagos de la muerte. Esta perfección y felicidad que niega el árbol del Paraíso a nuestra vida sensitiva da la sabiduría al alma racional, haciéndola vivir la feliz y perfecta vida del hombre con las noticias evidentes de las verdades más nobles y más levantadas.

El mismo espíritu de Dios que asegura la vida perfecta y feliz de el hombre en la sabiduría, nos enseña también como hemos de conocer al hombre sabio, dándonos la doctrina por el Ecclesiástico: sapientiam omnium antiquorum exquiret sapiens, et in Prophetis vacabit; narrationem virorum nominatorum conservabit, et in versutias parabolarum simul introibit, occulta proverbiorum exquiret, et in absconditis parabolarum conversabitur. 5 El mismo libro de Vuestra Señoría como propria cara de su autor, si en la cara se demuestra la sabiduría del hombre, como dice el Eclesiastés: sapientia hominis lucet in vultu suo, 6 da voces acreditando a Vuestra Señoría de sabio, porque en él habla la sabiduría de los más antiguos sabios; habla la de Dios en las Escripturas Sagradas, entendidas en sus legítimos sentidos, sin extorsiones, ni violencias; habla la de los Santos Padres y Doctores de la Iglesia san Gregorio, san Ambrosio, san Agustín, san Gerónimo, san Juan Crisóstomo, san Basilio y otros muchos santos y todos los sabios étnicos que Vuestra Señoría ha investigado con la agudeza de su ingenio para hacerse sabio. En ese mismo libro se leen claros los enigmas de los Profetas que amenazan a los vicios y alientan y consuelan a la virtud. Se practican los consejos cuerdos y graves sentencias de los hombres más discretos de el mundo, Sénecas y Tulios. Se penetran las mañas y cautelas de las parábolas, se investigan con sutileza los más recónditos sentidos de los proverbios antiguos y finalmente este libro saca a pública conversación lo que los sabios suelen proponer en emblemas y entre sombras para fatiga de los estudiosos.

Todo esto demuestra sabio a su autor y al mismo libro árbol vital de sabiduría para los que aplicaren su estudio a su enseñanza y doctrina. El que dudare la verdad de esta mi proposición lea el libro para que le oiga decir con Elizi, amigo de Job, que cuanto dice es suma verdad y el mismo aprobará la perfección de su ciencia: vere enim absque mendacio Sermones mei, et perfecta scientia probabitur tibi. 7 Léale porque en él hallará la perfecta ciencia y los verdaderos frutos de la buena sabiduría que son las virtudes : est enim in illa spiritus intelligentiæ, Sanctus, Suavis amans bonum, quem nihil vetat benefaciens, omnem habens virtutem. 8 En él están los documentos de la prudencia, la rectitud de la justicia, la política de la economía cristiana, la constancia de la fortaleza, la moderación y la templanza, el sosiego y suave seguridad de la paz, la afabilidad y dulzura de la amistad, la leal y sincera fidelidad, el recato de la modestia, le hermosura de la castidad, la hidalguía de la liberalidad, lo generoso de la magnanimidad y la vigilancia y solicitud de la estudiosidad.

Todas estas imágines ha expresado con primor artificioso su autor en este libro, sin que diese en el caso su modestia que sacaba a la luz la verdadera y propria imagen, siendo la verdadera imagen por quien se da a conocer el hombre su doctrina y enseñanza, como dice Salomón: doctrina sua noscitur vir. 9 Y es la razón de esta sentencia no poder alguno enseñar bien lo que no tiene bien aprehendido y practicado. Mucho teníamos conocido de las nobles prendas y virtudes de Vuestra Señoría pero no cuanto conocemos en lo que enseña en este libro; en él manifiesta lo que recata su modestia en el trato y comercio de todos los que le conversamos que si bien de la compostura exterior de el peso y medida de sus palabras, de la gravedad de sus acciones y de el semblante apacible y majestuoso aspecto inferíamos un espíritu muy compuesto, aún no distinguíamos bien el número, orden y grado de perfección de las virtudes que enriquecen y hermosean a ese noble y generoso espíritu.

Admirará alguno, por no entender más, campeen en Vuestra Señoría tantos astros de virtudes cuantas ofrece en su libro para practicarlas, pero a mi causara admiración si así no fuera: a ninguno pone admiración siendo cosa tan elevada e imposible a todo el ser creado ver el firmamento y octavo Cielo todo sembrado de la rica pedrería de las estrellas que Dios por su Divina mano engastó en él para hermosura y majestuosa gala del mismo Cielo –species Cœli gloria Stellarum, como dice el sabio 10 – porque cesa esa admiración conociendo que el Cielo es sujeto tan noble por su solidez y diáfana incorruptilidad y fuera deslucir su nobleza si se le negara tan lucida pompa y adorno de las estrellas que se miran en él como en sujeto connatural. Los que conocen la noble prosapia de los Zatrillas, no deben admirar lucean en Vuestra Señoría tan nobles prendas y virtudes tan heroicas o tantas estrellas porque lucen en su proprio Cielo a quien son connaturales como heredadas de sus generosos progenitores, cuyo glorioso nombre y heroicos hechos han resonado por todos los reinos de la Europa, como atestiguan de los Albertos, Gerardos y Ramones Zatrillas las historias, privilegios y cartas Reales, a quienes todos Vuestra Señoría, con la espada en la una mano para servir a su Rey y con la pluma en la otra para defender y enseñar la virtud y oprimir el vicio, sirve de la gloriosa Corona donde se engastan tan hermosas las virtudes y resplandeciente como estrella de la mañana la ciencia y la doctrina que con tanto acierto, claridad, sutileza, elegancia y propriedad dispone en su libro. Cuyo asunto es tan importante a los ciegos amantes, cuanto a la luz los que andan en tinieblas y a los que aun no han çegado con los humos de Amor cuanto la misma luz para antever sus vapores que les pueden embelesar la vista. Este nuevo remedio faltaba a ese mal tan antiguo y contagio casi universal, porque siempre y la mayor parte del mundo ha enfermado de esa dolencia, y sabiendo todos como agravar más su enfermedad inventando nuevos modos, trazas y marañas para solicitarse la muerte con el veneno del amor torpe, ninguno ha sabido aplicarse el remedio del desengaño, que es el antídoto más pronto, pudiéndolo deducir de ese mismo mal. Esto ha echo el ingenio piadoso de Vuestra Señoría que de los engaños, con que lisonjean a sí mismos los amantes, ha sacado los desengaños que destruyen su falsedad, de ellos es el pecado y la confusión, de Vuestra Señoría es la gloria de el remedio. Siento pues de este libro lo que sintió Salviano del libro de Lucherio, y tomando sus palabras, digo así de este: legi librum quem transmisisti, doctrina uberem, lectione expeditum, infructione perfectum, menti tuæ, ac pietati parem. 11 Así lo siento, de nuestro Palacio Arzobispal de Cáller a 30 de septiembre 1687.

Besa la mano de Vuestra Señoría su más obligado servidor y capellán, Fray Luis Arzobispo de Cáller






1. Nota al ladillo: [18]. Psal. 118.
2. Nota al ladillo: [19]. Dan. 4.
3. Nota al ladillo: [20]. Prov. 3.
4. Nota al ladillo: [21]. Gen. 3.
5. Nota al ladillo: [22]. Ecclesi. 39
6. Nota al ladillo: [23]. Eccle. 8.
7. Nota al ladillo: [24]. Iob. 36.
8. Nota al ladillo: [25]. Sapien. 7.
9. Nota al ladillo: [26]. Prov. 12.
10. Nota al ladillo: [27]. Eccl. 43.
11. Nota al ladillo: [28]. Salvian. Epi. ad Lucher.

GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera