Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Aprobación del ilustrísimo y reverendísimo señor don fray Gerónimo de Velasco y Mendoza, obispo de la ciudad de Alguer y sus uniones, del Consejo de Su Majestad”
Autor del texto editado:
Velasco, fray Gerónimo de
Título de la obra:
Engaños y desengaños del profano amor
Autor de la obra:
Zatrilla y Vico, José, Conde de Villasalto
Edición:
Nápoles: Giuseppe Roselli, 1688


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Fuentes
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APROBACIÓN DEL ILUSTRÍSIMO Y REVERENDÍSIMO SEÑOR DON FRAY GERÓNIMO DE VELASCO Y MENDOZA, OBISPO DE LA CIUDAD DE ALGUER Y SUS UNIONES DEL CONSEJO DE SU MAJESTAD

MUY ILUSTRE SEÑOR


Señor mío, sumamente gustoso pasé los ojos por el libro de Vuestra Señoría que intitula Segunda parte de la historia del duque Federico, siguiendo el asunto de la obra que ya salió con la inscripción de Engaños y desengaños de amor. Convídome dulcemente un capítulo para leer otro con su excelente y sana doctrina, argumento de su gran piedad de Vuestra Señoría, como escribe mi dulcísimo Padre san Bernardo: sanctitatem miracula probant, doctrina pietatem. 1 Y aunque la obra por sí misma es preciosa y como sol no necesita de ajenas luces, como luz de arreboles extranjeros no dejo de conocer que echaría sobre mí un lunar feísimo si confesando lo sabroso de la lección pasara en silencio el provecho que ella trae principalmente para la juventud a quien entre los verdores de la edad es la paráfrasis de la Historia del duque Federico una fuerte sobarbada para no precipitarse temerario. Verán los que atentamente leyeren la obra de Vuestra Señoría como no es sola la madre perla la que vive en medio del mar sin tomar gota alguna de agua marina y que no son solas las aves que llaman piraustas las que vuelan en las llamas sin quemarse las plumas, porque el gran juicio y comprehensión de Vuestra Señoría palpablemente muestra con sus escritos que se puede vivir entre las llamas de apetitos terrestres sin quemarse las alas de sagrados deseos del temor y amor de Dios y de la virtud, y que puede una alma vigorosa y prudentemente avisada vivir en el mundo sin recibir algún humor mundano. Esto es haber dado Vuestra Señoría y enseñado en los engaños el desengaño mayor y haber hecho de dos venenos un valiente preservativo, renovando en lo mítico del hombre interior con sus piadosos estudios y costosos trabajos de su ingenio de Vuestra Señoría aquel notable caso que celebró el poeta Ausonio: et cum fata volunt, bina venena iuvant. 2 Un veneno, es el suceso, tenía prevenido una enemiga doméstica para matar al dueño de la casa y para asegurar más el golpe buscó otro veneno y mezclados entrambos los dio a beber la traidora a su marido que si bien no era Mitrídates, los bebió sin lesión, porque la guerra mortal que habían de hacer al corazón la hicieron entre sí y en vez de matar, se mataron. Eso es puntualmente lo que hace Vuestra Señoría con su obra y más con esta segunda parte, porque nadie duda que los amores torpes del duque Federico fueron poderosísimo veneno para matarle el alma, los engaños de estos amores fueron otro veneno para el mismo Duque y para su dama, y uno y otro veneno tan perjudicial que, bebido como le suelen preparar con sus impresiones los autores que gastan sus ingenios en escribir estas profanidades, matan las almas de muchos que beben por los ojos o por los oídos este veneno. Y no fue la mano del hado, sino soberano acierto de Vuestra Señoría el que echó estos dos venenos en un mismo vaso, juntando el amor y sus engaños con los mismos desengaños, haciéndose con esto entre sí la guerra mortal que habían de hacer a muchas almas y matándose en vez de matar.

Y aun no se declara bien con lo que he dicho el acierto grande de Vuestra Señoría en la empresa de esta obra y debo de añadir que con ella su piedad de Vuestra Señoría fue a ganar la impiedad por sus mismos pasos. Destos decía un rey tan santo como político que era un andar circular: in circuitu impij ambulant. 3 Los malos, decía, andan en giro o ya porque como se dice de aquel animal estólido que da tornos a una noria o tahona: proficiscitur, sed non proficit. De la misma manera son vanos e inútiles todos los pasos y cansadas vueltas que la malicia da en sus apetitos o sea por la dificultad que hallan los malos en salir de aquel mal estado, sucediéndoles lo que experimentan los que andan en círculo y es que moviéndose de un lugar tanto más se van llegando a él cuanto más se apartan. A este andar pues de la malicia ingirió diestramente Vuestra Señoría el hermoso descamino, mejor diré camino o atajo, para interrumpir los giros eternos de los que andan enlazados con torpes amores, mostrándoles el desengaño en sus mismos engaños con tanta eficacia que el más desvanecido de cabeza con sus giros lascivos podrá, si quisiere, hallar el remedio en su misma enfermedad. Ni tendrán jamás la escusa que confesamos y admitimos o admiramos todos en aquella simple avecilla que llaman mariposa, porque esta, enamorada de la hermosura de una llama, curiosamente la da muchas vueltas por probar si es tan dulce como hermosa, y apretada desta fantasía no cesa un punto hasta que al primer encuentro se quema, pero los que revolverán la Historia del duque Federico en sus escritos de Vuestra Señoría no pueden ignorar que es mayor la actividad de un fuego amoroso para quemar, que su hermosura para lisonjear el gusto, palabras casi todas del doto máximo san Gerónimo, escribiendo remedios para conservar la integridad y pureza y vienen nacidas para mi intento, porque juntando, como junta Vuestra Señoría, la conciencia con la política, he observado que todo cuanto escribe es oro y en todas sus palabras parece que va echando la hierba angélica, de quien escriben los naturales que los que la comen tienen siempre el aliento dulce y agradable, porque en toda esta obra, siendo la historia de torpes amores, reluce grandemente la honestidad que es la virtud angélica con las voces limpias, corteses y vergonzosas, y aunque le faltasen –es evidente que le sobran– todas las calidades que hacen célebres las obras de autores gravísimos. Este nuevo género de escribir que inventó su raro ingenio de Vuestra Señoría le da eminente lugar en el templo de la fama y hace plausible este siglo que pudo gozar de sus escritos de Vuestra Señoría a quien no solo apruebo el darlo luego a las prensas, sino que, con la veneración que le debo de padre, eficazmente le exhorto y como apasionado de Vuestra Señoría se lo pido y suplico y este será siempre mi sentir venerando el de los demás. Dios Nuestro Señor guarde a Vuestra Señoría muchos años en su mayor felicidad, como he menester. Alguer y deciembre a 24 de 1687.

Besa la mano de Vuestra Señoría, su mayor amigo y servidor, Fray Gerónimo, obispo de Alguer






1. Nota al ladillo: [29]. In ser. S. Patris Benedicti.
2. Nota al ladillo: [30]. Auson.
3. Nota al ladillo: [31]. Psalm. 11.

GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera