Título del texto editado:
“Al ilustrísimo señor don Bernardo Abarca de Bolea, Castro, Fernández de Híjar, Heredia y Portugal, marqués de Torres, conde de las Almunias, barón de Gavin, Sietamo, Clamosa y Botorita, señor de la villa de Maella y de la Valle de Rodellar”
[3]
AL
ILUSTRÍSIMO
SEÑOR DON BERNARDO ABARCA DE BOLEA, CASTRO, FERNÁNDEZ DE HÍJAR, HEREDIA Y PORTUGAL, MARQUÉS DE TORRES, CONDE DE LAS ALMUNIAS, BARÓN DE GAVIN, SIETAMO, CLAMOSA Y BOTORITA, SEÑOR DE LA VILLA DE MAELLA Y DE LA VALLE DE RODELLAR
Estos de ingenio
estéril
mal sazonados frutos, estas de inculta selva nada fragantes flores, buscan sazón y
aliento
en la verde primavera de las floridas prendas de vuestra señoría en quien, si como dijo
Cicerón,
«pro Coelio: Studia, quae sunt in adolescentia, tamquam in herbis significant, quae virtutis maturitas et quantae fruger industriae sunt futurae»,
felicísimo auspicio es de fértil, abundante cosecha tanto tan noble empeño de inclinaciones doctas, tanta tan cierta esperanza de designios nobles que, o por flores de la más gloriosa planta, o por rayos del más augusto genio, presto crecerán frutos, lucirán soles. Pero qué mucho
si venit a radicibus humor et patrum in matos abeunt cum femine mores.
Aquel humor, generosa
sangre
del progenitor difunto, cuyas prendas realmente esclarecidas, dignamente coronadas, venera aún la admiración, muerde la envidia, anima y alienta en vuestra señoría –como en generoso renuevo de su deshecho tronco– símiles doradas influencias para que cante el Poeta:
Quo avulso non deficit alter aureus et simili fronderit virga metalo.
Y si, según
Séneca,
Epistl. 33: Non est admirationi una arbor in cuius altitudinem tota silva surrexit,
será vuestra señoría todo de la eminencia, pues al noble humor de tan altas raíces, tan heroicas comunicadas prendas, sube a coronarse rey en las selvas de esclarecidos héroes. Y si vid generosa al cariño de eminente galán olmo trepa con seguridad alturas y vence cumbres afianzada en sus [s]ombras, porque no le faltase a vuestra señoría esta mejora en su semejanza, parece que cuidadoso el Cielo le conserva tan noble e ilustre madre, idea sin duda de aquel epigrama del
Marcial
Britano en que le dice:
Si nos Pitagorae non fallunt
dogmata corpus.
Intrarunt Pallas, Iuno,
Venus quae tuum.
En cuyos brazos, o a la doctrina o a la imitación llegue sin dificultad a esfera donde todo sea lo más. Bien pudiera aquí con tales dos tan excelentes sujetos hallar digno empleo un conceptuoso
panegiri
de
Plinio,
pero no sé si religiosa mi atención esforzó grande encomio en cláusula breve; séalo la admiración de tan noble hijo, este del mismo Oven:
Es similis Matri, de ti mihi
dicere plura,
Nil opus est, Matri te
similem esse sat est.
No dedigne vuestra señoría oferta, que por ser de las primicias del ingenio, a fuer de la supersticiosa antigüedad, consagro humilde al templo de sus felices musas para que, logrando mi obsequio tan noble designación, diga atrevidamente al crítico lector lo que
Plinio
a Vespaciano:
Multa ideo videnrur preaciosa, quia templis sacrata. Y a vuestra señoría lo que Salviano, in Prefat: Mens boni studii, ac pii votis etiam si effectum non invenit, ceppi operis abet tamen praemium voluntatis.
Beso su mano de vuestra señoría, su mayor servidor.
Andrés de Prado