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AL LECTOR
Rasgos que los forma no la ambición persuadida, sí un
ocio
entretenido, una imaginación divertida, bien te merecen, lector mío, si no el agrado, la benevolencia; si no el apaluso, el disimulo; que en el modo de cometerla disminuyó su culpa mi
error.
No te pretendo del todo cebado en tan pequeño plato de mal sazonados manjares, que fuera en mi desvanecida locura y en ti dificultoso empeño. Solo solicita mi atención el que se quiera, por variar el gusto, llegues a probarlos; y oyendo a
Marcial,
lib. 13. Eprigr. 3: «Praetereas, si quid non facit ad stomachum»,
que el pasar adelante en lo que te desazona será empeñarte voluntariamente en tu disgusto, a más de que puede ser que lo que a ti te ofende halle en otro el agrado, pues es cierto que
«Pro captu lectoris habent sua fata libelli».
No quiero detenerte en esta forzosa prevención de los que escriben, porque no es tan seguro prometerse por ella favorable tu condición; solo si inexorable mueves el diente de tu mordacidad contra lo que te guisó mi pluma, diré lo que Marcial,
lib. 13. Epig. 2.
Quid dentem dente iubabit,
Rodere? Carne opus est, si satur
esse velis.
Ne perdat operam, qui se mirantur
in illos.
Visus habe, nos haec novimus
esse nihil.