Título del texto editado:
“A monsieur M. Gobelin, Sieur de la marche, Conseiller du Roy, et Controlleur general de ses finances en la Généralité de Rouen”
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À MONSIEUR M. GOBELIN,
SIEUR
DE LA MARCHE, CONSEILLER DU ROY, ET
CONTROLLEUR
GÉNÉRAL DE SES FINANCES EN LA GÉNÉRALITÉ DE ROUEN
Mi señor, pluguiera Dios que cada una de estas letras en particular se pudiese convertir en lenguas para manifestar en parte el merecimiento de Vuestra Merced, mas como cada uno hace lo que puede, yo haré lo que fuere en mí, y esto no porque salga de mí lisonja ninguna, porque nunca fui adulador, sino que la verdad es mi maestra, con el uso de las virtudes que yo he visto resplandecer en Vuestra Merced; y pues esto es así, yo me amparo en este trance
favoreciéndome
con su nombre, el cual servirá a hacer callar a los que quisieren morderme; y pues no es cosa nueva poner en las frentes de los libros personas dotadas de virtud y buenas costumbres,
imitando
a los que lo hicieron antes que yo naciese y lo harán después de mí, no tiene Vuestra Merced para qué tomarlo sino de buena parte, y recebir mi sencillez, pues recibo muchos premios con su presencia, de dar armas a mi libro para que le
defienda
por todo el mundo donde corriere, y también para que, a lo menos en parte, yo reconozca algunas de las señaladas mercedes que —como indigno y sin merecimiento ninguno— he recebido de sus manos, pues le soy y seré obligado toda mi vida. Porque tengo para mí que demás que Dios lo reconocerá, yo de mi parte me ofrezco como me he ofrecido a serle su
menor
criado,
y pecho por tierra humillarme a su servicio y a cosas suyas, aunque fuese ofrecer mi vida en sacrificio de tanto bien, y aguardando la ocasión, quedo rogando a Nuestro Señor le dé la vida, honra y salud que merece, en continuación de muy largos años, como este su muy humilde y obediente
amigo
y criado suyo (aunque indigno) le desea, quien sus manos besa.
Ambrosio de Salazar