Información sobre el texto

Título del texto editado:
“El Curial al lector”
Autor del texto editado:
Mártir Rizo, Juan Pablo (1593-1642)
Título de la obra:
El Curial del Parnaso
Autor de la obra:
Reyes, Matías de los
Edición:
Madrid: viuda de Cosme Delgado, 1624


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Fuentes
Información técnica





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EL CURIAL AL LECTOR


Dícese, lector amigo, que antiguamente el libro y la espada tuvieron entre sí reñida controversia en razón de su precedencia, cuya cuestión fue tan reñida que hubieron de remitir a juicio su decisión, para lo cual acudieron ante los tribunales, audiencias y universidades; y siendo allí aducidas por ambas partes largamente sus provechos, gracias y prerrogativas, fue pronunciada sentencia en favor del Libro y deposición de la Espada, de que ella, mal contenta, apeló para ante las tiendas de campaña, donde siendo revocada la sentencia en favor del libro, se pronunció en el de la espada. Si yo en el grado tercero fuera juez de esta causa, declarara –supuesto que las dos sentencias son tan ex diametro contrarias– que en los dos juicios se juzgó con equidad y acierto, respeto que cada cual juzgó dentro de los límites de su profesión. ¡Qué bueno y qué compuesto anduviera el mundo si todos sus juicios fueran a este modo! ¡Pero triste cosa es que el zapatero pase en sus juicios desde la costura del zapato a la simetría del cuerpo! Bien nos vengó de él Apeles: inventivos son de la envidia, de quien es hija la murmuración, que de tiempos muy atrás contrajo matrimonio con el ocio: porque, como dice –y muy bien– Jerónimo sobre Oseas, «es muy fácil al ocioso disputar de las ajenas vigilias». Que es ver a uno de los tales torcer el rostro al aplauso del escrito ajeno que apenas –y aun con penas– apercibió, juzgando en breve espacio lo que pesó y remidió el dueño con largos estudios. Y si se les pregunta por qué se enfadan, no dan más razones: porque sí o porque no, conclusión muy hija de un emulante capricho, y puédeseles responder con el Poeta Lírico, que dice:

Cum tua peraideas oculis mala Lippus inunctis,
Cum in anticorum uitÿs tam cernis accutum?


Que verdaderamente es digno de reprehensión el que, siendo topo en sus defectos, es lince en los ajenos descuidos. Que bien tienen los tales el castigo de la susurrante abeja que, si bien pica, se deja en la herida el estimulante aguijoncillo y la vida con él. ¿Qué murmurador hay que no sea redargüido y convencido con el mismo vicio o defecto que detrae? No seas, suplícotelo, de tan perniciosa secta. Celebra los ajenos estudios, que si ya lo experimentaste, sabrás lo que cuesta de desvelos y desconfianzas sacar al teatro del mundo no digo un libro, un soneto. Estos Avisos remití desde el Parnaso de mi estudio al dueño que los dirijo. Si ya los viste, no sería en este traje: estímalos por la fuente de que se derivan, si algún tiempo bebiste sus cristales, perdonando el mal sabor que han recebido pasando por los minerales de mi desabrido ingenio, pues es solo mi intento comunicar algunos de sus agudos conceptos a nuestra lengua, episodiados con las novelas que los enlazan. Si con este servicio te obligas, te remitiré otros, dándome vida el Cielo, el año que viene. Esto conoceré en la liberalidad con que pagares al librero el porte de estos y el de seis comedias que tras estos saldrán y, en tanto, vale.

El Curial






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera